Un 15,5 por ciento del total de los desmovilizados en Colombia, es decir, 55 mil personas, son reincidentes; paralelamente, los combatientes de bandas emergentes ascienden a 6.000 personas. Las desalentadoras cifras salieron del II Informe Nacional de Desarme, Desmovilización y Reintegración (DDR), presentado ayer por la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación (CNRR).
Pero no son las únicas cifras que alertan. Más del 90% de los niños que militaban en las filas de los grupos armados ilegales nunca llegaron al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) y es muy posible que estén en grupos al margen de la ley. El 30% de los desmovilizados no tienen empleo, los que se dedican a alguna actividad lo hacen informalmente y sólo el 10% ha conseguido un trabajo formal.
Además de la aparición de otros grupos rearmados o reconformados, el informe advierte de la proliferación de redes criminales y de bandas de la delincuencia organizada en territorios de impacto de los procesos de desmovilización.
También quedan en evidencia las relaciones de integración, cooptación, alianzas y disputas entre todos estos grupos armados ilegales y delincuenciales. El análisis se logró a través de la recolección de datos, aportes y consideraciones de distintas fuentes en el ámbito nacional. También hubo trabajo de campo en las zonas de anterior presencia de las estructuras de las Auc.