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Diez niños han muerto de hambre en Chocó

Diez niños indígenas han muerto de hambre en las selvas del Chocó en lo que va corrido de este año. Así lo denunciaron portavoces aborígenes y eclesiásticos de Quibdó. Según las autoridades del departamento, otros 23 menores de edad, enfermos de desnutrición, fueron hospitalizados la semana pasada en Quibdó. Se calcula que 45 menores más están en la misma situación de riesgo.

El Espectador
02 de junio de 2008 - 09:26 p. m.

En un comunicado conjunto, la Asociación de Cabildos Indígenas del Chocó (ACIC) y la Diócesis de Quibdó dijeron que esta crisis alimentaria afecta a la comunidad del pueblo Embera en Aguasul, situada en Bagadó, localidad a unos 600 kilómetros de Bogotá. Es una emergencia grave que “requiere de la coordinación de todas las instancias gubernamentales para darle solución” , advirtieron las fuentes.

La ACIC y la jurisdicción regional de la Iglesia católica destacaron que el problema alimentario es común a todos los pueblos indígenas del Chocó, fronterizo con Panamá y considerado como el más pobre de Colombia. Según los registros de las mismas fuentes, la desnutrición causó la muerte de 52 menores indígenas de Bagadó, en 2006 y de otros 28 en 2007.

Según cifras de Naciones Unidas, en Colombia, 64 personas de cada 100 no comen bien. El problema es mayor entre la población campesina y para los pobres extremos, cuyo ingreso diario no alcanza para cubrir los productos de la canasta familiar básica.

Sin embargo, de acuerdo con el Ministro de Agricultura, Andrés Felipe Arias, “el país está blindado ante la crisis alimentaria de nuestro tiempo”, pues la balanza comercial agrícola es positiva y la oferta nacional cubre el 90% de la demanda. Arias anunció a finales de abril que para el segundo semestre de 2008 se pondrá en marcha un programa de apoyo al almacenamiento de arroz con el fin de incrementar las siembras.

El sector más vulnerable en Colombia es el de los granos.Según las estadísticas, sólo en mayo subieron un 2.5%. De igual forma, en los últimos quince meses las harinas subieron 23,26%, las pastas 32,54%, el pan 16,1% y los aceites 37,95%. Colombia no envió delegación de alto nivel a la Cumbre de la FAO. La Viceministra de Medio Ambiente que iba a asistir, canceló a última hora.

OEA debate el tema

Aunque inicialmente no estaba contemplado en la agenda de la Asamblea General de la OEA, que se lleva a cabo en Medellín, el pasado lunes algunos cancilleres decidieron tratar el tema por considerarlo de vital importancia, teniendo en cuenta que el número de indigentes está creciendo y que se deben buscar salidas para combatir la pobreza. Samuel Lewis, canciller de Panamá, aseguró que el Gobierno de su país está tomando medidas al respecto, como la creación de una bolsa regional con excedentes alimentarios para aliviar un poco la situación en los países más afectados. Por su parte, la canciller mexicana, Patricia Espinosa, afirmó que de acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el alza de los precios de los alimentos generará alrededor de 15 millones de indigentes más en la región. Según el Banco Mundial, los precios de los productos alimenticios han tenido un incremento del 83%.

En cifras

2500

Delegados de más de 80 países llenarán las oficinas de la FAO en Roma. Asistirán  entre 40 y 60 Jefes de Estado o de Gobierno.

1.100’000.000

De dólares es la cifra que Naciones Unidas está pidiendo a los países desarrollados para ayudar a mejorar la situación en 22 naciones que sufren hambre.

El panorama mundial

Unos 800 millones  de personas en todo el mundo sufren hambre crónica. Más de dos millones no pueden comprar comida y millones de niños están en peligro por falta de alimentos.

En América Latina  y el Caribe el encarecimiento de los alimentos aumentará la pobreza e indigencia en más de 10 millones de personas, estimó el Sistema Económico Latinoamericano.

Los países ricos  deben incrementar diez veces la ayuda a la agricultura, es decir, hasta 30.000 millones de dólares anuales para resolver la crisis en el mundo, según el ‘Financial Times’.

Las reservas de cereales se encuentran en unos mínimos históricos: 420 millones de toneladas, el nivel más bajo desde 1983, y aunque este año la producción crecerá un 3,8%, no servirá.

Se calcula que  22 naciones son especialmente vulnerables por sus niveles de hambre crónica y su condición de importadores netos de petróleo y alimentos, como Eritrea, Níger y Liberia.

Los precios de  los alimentos están en una espiral ascendente y aunque no se van a mantener los actuales niveles récord, se espera que para los próximos años suban un 80%.

Por El Espectador

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