La actual temporada taurina se vislumbra determinante para el futuro de la fiesta brava en Colombia. Uno de los hechos que le hacen adquirir esos matices es que será la primera sin el nombre de César Rincón, el torero nacional más importante de la historia, quien les dijo adiós a los ruedos el pasado mes de febrero.
Luis Bolívar, por calidad de triunfos y por ser el colombiano que más cartel tiene en España, es quien lidera la ‘nueva saga’ que apunta a convertirse en los ídolos de la tauromaquia nacional. Sin embargo, hay una generación que mezcla juventud y experiencia, que si no alcanzó gran trascendencia en tiempos de dominio de César Rincón, ahora tiene la oportunidad de causar mayor impacto en la afición colombiana.
El caleño Bolívar apenas cumplirá su cuarta temporada como matador de toros, pero hoy es el eje de los carteles de las plazas colombianas. Tres tardes en Cali, dos en Bogotá, Manizales y Medellín, y una en Cartagena, Armenia y Duitama, así lo demuestran.
Sin embargo, él señala que su responsabilidad no es por ocupar el vacío de César Rincón y que la trascendencia de esta temporada es para medirse “de igual a igual” con las figuras del toreo mundial que actúan por estos días en Colombia.
Para su apoderado, Luis Álvarez, Bolívar tendrá que ratificar este año los triunfos conseguidos en España en las casi 40 tardes en que se vistió de luces. “Quizá muchos toreros vengan a Colombia sin mayores obligaciones, pero Luis Bolívar tiene que defender su reputación, porque es el primer torero del país”.
Además, dice Bolívar, “ya mal acostumbré” a la afición colombiana a verme salir a hombros cada tarde. Así lo hizo la temporada anterior en cada una de sus actuaciones en Cali, Manizales, Medellín y Bogotá, en lo que no dejó de convertirse en un ‘récord’ de difícil superación.
La experiencia
Los carteles dicen que después de Bolívar, Pepe Manrique será el que más actúe en la temporada grande. Lo hará en Cali, Cartagena, Manizales, Medellín y Bogotá. El bogotano, con casi 17 años de alternativa, tiene experiencia, o lo que en el mundo de los toros se conoce como “oficio”, para conquistar triunfos de resonancia. “Es el momento de llevarse uno de los trofeos de las ferias colombianas”, dice.
Otros nombres, en similar condición, apuntan a convertirse en ídolos de la afición. Sebastián Vargas, quien en Bogotá hará el paseíllo junto con José Tomás (considerado por la crítica el mejor torero del mundo), Dinastía, Diego González, Paco Perlaza, Ramiro Cadena y Guerrita Chico.
La nueva savia
Ricardo Rivera, como lo hace Luis Bolívar, es el otro torero colombiano que forja su carrera en el exterior. A diferencia, lo hace en México, el segundo país en importancia del llamado ‘planeta de los toros’, donde, en su primer año como matador , ha salido a hombros en Guadalajara, Aguascalientes y Monterrey.
Dos tardes en la Feria de Cali, su ciudad, son su principal carta para empezar a conquistar a la afición colombiana, que aún lo desconoce. Como Rivera, Cristóbal Pardo, Andrés de los Ríos, Héctor José y José Arcila (quien tomará la alternativa el 10 de enero en Manizales), son la esperanza de la afición colombiana por ver un nuevo ídolo de la tauromaquia.
Rivera dice que para los “toreros jóvenes cada tarde es determinante, porque supone un nuevo contrato”. Por eso asegura que en su caso no hay presión por competir por quien será el sucesor de César Rincón.
“La presión o la responsabilidad es de cada quien. Tengo mis propias metas y mis propias ilusiones. Acá no estoy para ocupar el lugar de nadie. Rincón es único e irrepetible. Estoy para ganarme mi propio destino. Sería muy lindo que se acercara en algo al destino que se ganó el maestro César”, dice Rivera.
Primera temporada sin Rincón en los ruedos
César Rincón fue durante más de quince años el eje central del toreo en Colombia. Desde que se convirtió en figura máxima del toreo mundial en 1991, El Maestro, como se le recuerda fuera de los ruedos, no sólo era el que más tardes actuaba en las plazas colombianas, el que más gente atraía a los tendidos, sino que su figura de ídolo hizo que la fiesta brava en nuestro país se convirtiera casi que en sinónimo de César Rincón.
Paradójicamente, la ausencia de Rincón de los ruedos ha hecho que la presente temporada sea apasionante, porque una nueva zaga de toreros colombianos ha entrado en la disputa, no por ocupar el lugar que ostentó Rincón, ni mucho menos por ser calificado como su sucesor, pero sí por alcanzar la condición de ídolo y de ‘mandón de la fiesta.