Durante 17 años esta mujer ha sido mantenida con vida gracias a una sonda que la alimenta. Según los médicos, Eluana respira por sí sola, pero necesita tubos para mantenerse con vida. Esta condición “irreversible”, como dice el diagnóstico de los especialistas, hizo que su familia pidiera que se aplicara la eutanasia.
Después de una larga batalla legal que dividió a Italia —la Iglesia y el gobierno conservador del primer ministro, Silvio Berlusconi, se oponen ferozmente a su muerte; y los liberales y la familia de la joven la ven como un triunfo de las libertades individuales— la Corte Suprema de Italia dio luz verde para desconectarla. Esta semana, Eluana fue trasladada a la clínica “La Quiete”, de Udine, institución que aceptó realizar el procedimiento lo más pronto posible.
Con todas las condiciones dadas, el neurólogo que atiende a esta mujer anunció que hoy se comenzará a retirar el alimento para que Eluana empiece a morir. Expertos médicos calculan que una vez le sea retirada la sonda que la alimenta, la mujer de 37 años morirá en una o dos semanas.
Pero el Gobierno no se da por vencido y anunció la posibilidad de detener la orden de la Corte. “Estamos preparados para intervenir”, afirmó Berlusconi. La Iglesia hace lo suyo: “Van a matar a un ser humano de sed y hambre”, aseguró el Vaticano. La familia, por su parte, dice que “no queremos verla sufrir más”.