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La aventura de viajar por tierra

Para conocer y llegar hasta los lugares más hermosos de Colombia es necesario tomar carretera y atravesar trochas.

Christian Quiroga Sánchez
17 de marzo de 2009 - 11:00 p. m.

El viaje no es llegar al destino, el verdadero viaje está en el camino. Esa es la premisa de todas las personas que prefieren recorrer el país por tierra para descubrir por qué es una de las geografías más diversas del planeta y disfrutar de lo bello, agreste, frío, caliente, verde, lejano, alegre y multicultural que es Colombia.

Viajar por tierra es, para muchos, la respuesta a no contar con dinero para tomar otro medio de transporte o por simple ideología de ‘mochilero’, pero esas no deben ser las únicas razones en un país donde los paisajes abundan, los ríos permiten tener experiencias de adrenalina, las montañas y el aire facilitan la aventura de volar, las vías están habilitadas y la confianza de la gente, recuperada.

Aunque el país no tiene un 100% de sus vías en un estado óptimo, lo cual se convierte en una ventaja para los que practican deportes como el ciclomontañismo, con las que existen ya hay mucho camino por explorar. Y así lo manifiesta Luis Fernando Castro, director comercial de Viajes Clorofila y viajero asiduo de este país, quien asegura que sólo en el entorno de Bogotá se pueden encontrar alrededor de 100 rutas.

Las empresas de transporte terrestre también hacen un gran aporte a esta dinámica de viajar por tierra, al contar dentro de sus flotas con buses modernos y cómodos, aptos para viajes largos, donde lo que menos debe preocupar a los turistas son las condiciones de los vehículos y sí las maravillas de paisajes, poblaciones y gente que pueden encontrarse a través de sus ventanas.

Viajar por tierra, además, es el motor del turismo ecológico y el de aventura, que hoy se consolidan como los planes preferidos de los viajeros ansiosos por encontrarse con la naturaleza e interactuar con ella como forma de descanso y conocimiento real de todo lo que ofrece Colombia como destino.

Con las condiciones externas listas, el paso a seguir es preparar el viaje, para lo cual Luis Fernando Castro recomienda, en primer lugar, informarse muy bien sobre los lugares por donde se va a hacer el recorrido, pues para llegar a algunos no se puede viajar de noche, se presentan bastantes congestiones a ciertas horas o el clima es diferente al lugar de origen de las personas.

Por su parte, Marcelo Bedoya, gerente de Waira Colombia, un operador de turismo especializado y a la medida, como él mismo describe su agencia, dice que es fundamental comprar una guía de carreteras y tener mapas topográficos en los que se puedan ver curvas de nivel que permiten saber la altitud, el tipo de vegetación y las temperaturas de los destinos a donde se desea llegar. A lo anterior, el directivo y viajero constante agrega la necesidad de llevar una brújula.

Con toda esta información ya se puede proceder a armar el equipaje con la ropa adecuada, el calzado perfecto y las herramientas necesarias para disfrutar de un viaje cómodo y saludable, en el que no pueden faltar reservas de comida, suficiente líquido, bloqueador solar (no importa el clima), repelente y, nunca sobra, tener la vacuna contra la fiebre amarilla.

Es cierto que el plan se hace más entretenido y provechoso si se viaja en un carro particular. La posibilidad de parar en todos los lugares por donde se pasa y disfrutar de su gastronomía (diferente en cada departamento del país), es la gran ventaja de hacer un viaje por tierra en este tipo de transporte, además de convertirse en una de las razones por las que andar por carretera deja un buen sabor.

En lo que se refiere a los gastos, Marcelo Bedoya dice: “el paseo puede ser más económico si uno sabe viajar, pero la mejor inversión es quedarse a dormir en buenos sitios, conocer los mejores lugares del destino y disfrutar de la comida típica más deliciosa de la región”.

Plata en el bolsillo, conocimiento de los destinos, maleta empacada, comida lista y guía en la mano, El Espectador le recomienda algunos de los destinos ecológicos y de aventura más destacados en la geografía colombiana.

San Gil es adrenalina

Esta población santandereana es el lugar predilecto de los que disfrutan  los deportes extremos. Rafting, rappel, canyoning, espeleología, parapente, kayak, ciclomontañismo y caminatas, entre otras prácticas de aventura, son las que la naturaleza de San Gil permite disfrutar. Aquí se da otro tipo de paseo, donde el viaje por carretera es protagonista y la geografía de Santander pone de manifiesto por qué hay que recorrer Colombia por tierra.

Por Christian Quiroga Sánchez

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