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Seis años sin Eudaldo Díaz

En medio de intimidaciones y asesinatos de testigos, la justicia trata de encontrar a los responsables del crimen del alcalde de El Roble, Sucre, que frente al presidente Álvaro Uribe anunció que lo iban a matar.

Redacción Judicial
10 de abril de 2009 - 09:00 p. m.

Amenazas y asesinatos de testigos, retractaciones, la captura y  juzgamiento del ex gobernador de Sucre, Salvador Arana, que aún continúa, y la herida abierta que dejó en sus familiares y los habitantes del municipio de El Roble, que él ayudó a fundar y del que fue su primer alcalde, es el lúgubre balance luego de seis años  del asesinato de Eudaldo Tito Díaz Salgado, a manos de paramilitares. Poco antes de su trágico deceso él mismo advirtió, en un consejo comunitario de gobierno frente al presidente Álvaro Uribe, que sabía que lo iban a matar e insinuó que detrás del plan estaba el gobernador Arana, a quien había denunciado por corrupción.

Díaz se posesionó como alcalde de El Roble el 1° de enero de 2002, tras haber vencido en las elecciones a nombre del Polo Democrático. Para llegar a ese cargo durante 10 años había luchado para que esa localidad pasara de ser un corregimiento a convertirse en un municipio del departamento de Sucre. Mientras forjaba su carrera como dirigente político, Eudaldo Díaz se ganaba la vida como dueño y administrador de una farmacia en el municipio de Magangué.

No obstante su sueño no tardó en empezar a desvanecerse. Sin haber completado un año al frente del cargo fue suspendido por la Procuraduría regional que lo investigaba por 14 denuncias en su contra por presunto manejo irregular del presupuesto, de las que fue absuelto dos años después de haber sido asesinado. Encontrándose suspendido asistió el consejo comunitario de gobierno el 1° de febrero de 2003, en el municipio de Corozal, y dijo frente al Jefe del Estado: “Ya hubo la suspensión, ahora llega la destitución y después viene mi muerte. Ahora viene el otro paso y es que a mí me van a matar”, anunció.

Y sus palabras fueron proféticas. Fue secuestrado el 5 de abril de ese año cuando supuestamente había sido citado a una reunión con Arana y otros políticos, en la que “se iban a arreglar las cosas por las buenas”. Cinco días después y tras haber sido torturado apareció sin vida en inmediaciones del municipio de Sincelejo. El día que fue efectuado el levantamiento del cadáver dentro de uno de sus zapatos le fue encontrada una carta a Díaz, que había tratado de enviar sin éxito al entonces jefe paramilitar Rodrigo Mercado Peluffo, alias Cadena, quien, según la investigación, habría ordenado el crimen luego de haber llegado a un acuerdo económico con Salvador Arana. La había escrito dos días antes y en ella pedía por su vida.

Durante el juicio en su contra, el ex gobernador Arana ha manifestado que es inocente de las acusaciones de haber ordenado el crimen, pese a haber estado prófugo por más de dos años tras haber sido representante diplomático de Colombia en Chile. Entre tanto, las autoridades investigan los atentados y asesinatos de los que fueron víctimas testigos o familiares de involucrados en el homicidio, que ya superan la decena, algunos de los que se han retractado. Mientras tanto los allegados del alcalde piden justicia al tiempo que temen que el crimen quede impune.

Por Redacción Judicial

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