Las cartas están echadas. Los sondeos realizados en Ecuador le auguran al presidente Rafael Correa su reelección inmediata sin necesidad de ir a una segunda vuelta. Según revelan los últimos datos, el ecuatoriano ganaría por 10 puntos más de lo que exige la ley (40%).
Con ese panorama, los últimos días de campaña, que termina mañana por la noche, se están convirtiendo en una feria de acusaciones: el ex presidente Lucio Gutiérrez señaló a Correa de tener vínculos con las Farc y el narcotráfico. Al mismo tiempo, Rodrigo Granda, ex canciller de las Farc, sostuvo que Gutiérrez se reunió con él mientras era Presidente.
Los cuestionamientos han caído en saco roto, pues la principal preocupación de los ecuatorianos es la crisis económica. Y este aspecto, explican analistas, será determinante en las urnas el domingo. “Farc y narcotráfico pasaron a un segundo plano. Cuando el bolsillo de los contribuyentes está en juego, eso ya no le importa al votante. Ellos lo que quieren es que les aseguren que habrá trabajo y que no sufrirán los efectos de la crisis mundial”, explicó la analista política Martha Balbi desde Quito.
El jefe del Estado, que pretende otro período en el poder de cuatro años, señaló que sus adversarios se han dedicado a agredirlo en la campaña, porque “saben que van a perder. Correa, elegido en 2006, ha logrado cierta estabilidad política y económica. Sus predecesores fueron derrocados por protestas callejeras, alentadas por la frágil economía ecuatoriana. “El triunfo nuestro está asegurado”, dijo Correa.