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Transfuguismo: quién gana y quién pierde

Debate por aval para que los congresistas cambien de partido.

El Espectador
01 de junio de 2009 - 11:00 p. m.

Un parágrafo transitorio en el primer artículo del proyecto de reforma política, que en la actualidad hace curso en el Senado y al que sólo le falta un debate en la Plenaria, tiene con los nervios de punta a la alta política nacional. Se trata de la norma que permite lo que se conoce como “transfuguismo”, es decir, la que autoriza, “dentro de los dos meses siguientes a la entrada en vigencia de la ley y por una sola vez”, a los miembros de los cuerpos colegiados de elección popular o a quienes hubieren renunciado a su curul, para inscribirse en un partido distinto al que los avaló, sin renunciar a la curul o incurrir en doble militancia.

Según la oposición, el parágrafo sólo busca beneficiar al Partido de la U —que ya tiene a Roy Barreras haciendo el trabajo de convencer a otros para irse a sus filas–. Pero ¿quién gana y quién pierde con el transfuguismo? Lo que se vislumbra es un fuerte pulso entre partidos por atraer gente con alta votación. Así, por ejemplo, se dice que los senadores de Convergencia Ciudadana Carlos Barriga y Óscar Josué Reyes partirían al Partido Conservador, pero que en las toldas azules también habría ‘bajas’, como la del senador Mario Varón Olarte, quien podría recalar en Cambio Radical.

Hay quienes creen que el polémico parágrafo sólo busca golpear al partido de Germán Vargas, Cambio Radical, el cual, según se dice, podría sufrir el abandono de senadores como Javier Cáceres, Elsa Gladys Cifuentes, Nancy Patricia Gutiérrez o Plinio Olano. Otros aseguran que la intención es también ‘sonsacarle’ al Partido Liberal uno que otro congresista molesto con las directrices de su jefe, el ex presidente César Gaviria, y cansados de hacer oposición.

En otra orilla están los partidos pequeños o minoritarios –caso Apertura Liberal, Colombia Democrática o Alas-Equipo Colombia, entre otros–, cuyos integrantes, para poder ‘sobrevivir’, se verían obligados a pedir pista en las grandes colectividades. Claro que el juego también es de doble vía y puede llegar a ser contraproducente para el uribismo. El senador Armando Benedetti, ponente de la reforma, cree que si el parágrafo fuera a beneficiar sólo a la U, “seguro que los otros partidos no iban a ser tan bobos para aprobarlo”. El ex presidente Gaviria, por su parte, está convencido de que serán más los que lleguen que los que se vayan porque, dice, en el uribismo también hay más de uno inconforme con el maltrato del Gobierno y no hay tantos puestos para repartir.

Por El Espectador

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