Para quienes lo vieron como actor natural en el papel de El Primo, en la película Sumas y restas, como representante de jugadores del fútbol profesional colombiano o como entrenador de divisiones menores, Carlos Arturo Valencia Toro era un personaje afable y apasionado por su trabajo, lejano a cualquier actividad relacionada con narcotráfico. Sin embargo, después de haber sido detenido por la Policía y la Fiscalía en enero de este año, dentro de una operación en la que cayeron cerca de 14 directivos y ex directivos del Deportivo Independiente Medellín, el ente acusador, con base en el relato de un testigo protegido por Estados Unidos, cree que hay mérito suficiente para mantenerlo detenido.
El declarante, quien responde al nombre de Carlos Jaramillo y a cuyo testimonio tuvo acceso El Espectador, manifestó que eran tan evidentes los contactos que tenía Valencia con el mundo del narcotráfico que hizo negocios con Alberto Orlandés Gamboa, alias El Caracol o con hombres cercanos a Pablo Escobar. Dijo que conoció a Valencia Toro desde 1988 y por encargo de él movía droga y dinero en la ciudad de Bogotá, labor que cumplió hasta 1993. Tras un receso volvió a trabajar con Valencia en enero de 1996 y su misión fue la de trasladar dinero en el Sanandresito de la 38, en la capital del país. Dijo que un año más tarde y desde Estados Unidos le llevaba dineros de lavado de activos a Valencia en Bogotá.
Al ser preguntado sobre las actividades que supuestamente relacionaban a Carlos Arturo Valencia con actividades de narcotráfico, Jaramillo recordó que en 2002, cuando vivía en Miami, fue llamado por el dirigente deportivo quien le pidió el favor que le recogiera un dinero de una droga y unas escrituras de Puerto Rico.
Un año más tarde, aseveró, le solicitó que estuviera pendiente de un cargamento que iba a llegar a esa isla del Caribe, porque era de un “duro” que había comprado el equipo de fútbol de Bucaramanga y que se encargara de buscarles almacenamiento a esos estupefacientes, aunque luego tuvo un inconveniente porque tras haber cumplido la misión le incautaron US$200.000 antes de la Semana Santa de 2003. Según Jaramillo, Valencia le dio el nombre de una persona a quien debía entregarle el dinero, que resultó ser un agente encubierto. Tras ese percance tuvo que viajar a Miami y entregar unas cuentas bancarias que tenía en esa ciudad.
Pero no es todo. Aparte de cumplir con esas labores, también aseguró que fue a hacer negocios de droga a Aruba, Curazao, San Martín y Panamá, donde recuerda que una vez entregó, por encargo de Valencia, cien kilos de cocaína. El testigo fue más allá y recordó los contactos de Valencia con el mundo del fútbol. Dijo que en el Mundial de Italia 90, el entonces representante de jugadores viajó con toda su familia y se encontró con “su amigo personal” Luis Augusto El Chiqui García para ver los partidos (ver recuadro). También aseguró que Valencia “era muy amante del fútbol, siempre jugaba los fines de semana y El Chiqui lo llevaba a que entrenara”. A pocos días de que un juez de Medellín tenga que decidir sobre la legalidad de la captura de Valencia Toro, la Fiscalía cree que son evidentes los vínculos del procesado con narcotráfico.
¿Qué dice ‘El Chiqui’ García?
Preguntado por El Espectador sobre su supuesta relación con Carlos Arturo Valencia Toro, el actual técnico de Millonarios, Luis Augusto García, aseguró que lo conoció como representante de jugadores y, aclarando que para ese momento no estaba en el club, fue quien estuvo detrás del paso del arquero Didier Muñoz al conjunto albiazul en 2006. Dijo que para ello Valencia habló con un integrante de la junta directiva del club. Manifestó que no está seguro de haberlo visto en el Mundial de Italia 90, pero sí lo recuerda como entrenador de divisiones inferiores.