Una vez al año en cada junio, durante la celebración de las festividades del Corpus Christi, aparece en el Guamo, a una hora y 15 minutos de Ibagué, el plátano paso, un exquisito manjar preparado con energía solar y miel, sus únicos ingredientes.
Su origen todavía es un secreto, pero los ancianos cuentan que desde 1.800 su preparación se convierte en todo un rito y una costumbre transmitida de generación en generación. Junio es el mes más esperado por los campesinos de la vereda Rincón Santo, el único lugar donde se prepara este exquisito alimento.
El plátano paso es preparado durante 40 días, únicamente por los campesinos de este lugar, a 20 minutos del Guamo.
“Es la herencia que nos han dejado nuestros ancestros. No podemos dejarla de lado porque sería como matar nuestro futuro” dice Carminia Rayo, quien le ayuda a su esposo en la preparación de los plátanos.
Allí, hombres y mujeres se abstienen durante ese tiempo de tener relaciones sexuales y se cuidan de todo lo malo.
“No se puede hacer el amor, ni la persona que lo prepara puede dejarse llevar por sentimientos negativos como envidias, celos o iras, porque el plátano pierde sus cualidades” dice José Martínez, uno de los campesinos con más experiencia.
“Ese es el secreto mayor para que el manjar se llene de sabor y sus bondades no desaparezcan” dice José Pérez, otro habitante de la vereda Rincón Santo.
Con la conciencia lista para renunciar a los placeres mundanos y corporales, dan comienzo a lo que será la transformación del alimento: cortan los racimos, los amontonan y los dejan ocho días hasta que maduren. Después los ponen en barbacoas construidas en guadua. Todas las mañanas, durante 30 días, los asolean y en las tardes permanecen en cuartos oscuros. De esta forma van tomando color negro. Los siguientes cinco días los limpian y bañan con miel y, entonces, quedan listos para comer.
El parque Simón Bolívar del Guamo se llena de estantes repletos de plátano paso, durante las fiestas del Corpus Christi, que este año se celebrará entre el 13 y el 15 de junio.
Cientos de turistas llegan a la celebración, con el único propósito de comprar este manjar. “Es delicioso, dulce, afrodisíaco, da energía” son algunas opiniones de visitantes que en otras festividades han comido el paso.
Quien no venga al Guamo en estas fechas deberá esperar un año más para deleitarse con el delicioso alimento. La yunta de tres plátanos cuesta 1.000 y 2.000 pesos.
Más de la celebración
Otro atractivo de las festividades del Corpus Christi lo constituyen las artesanías de la Chamba. A 15 minutos del casco urbano de Guamo, la vía Espinal- Suárez (`pavimentada) o por la vía Guamo-Purificación, carretera destapada se llega al centro artesanal La Chamba, donde toda una vida las campesinas de esta vereda, se han dedicado al arte de transformar el barro.
Los turistas pueden encontrar elementos de finos acabados como cazuelas, poporos, olletas, vajillas, chocolateras, soperas, salseras, materas, muñecos, floreros, bandejas, filtradores de agua y otros.
Los ceniceros y salseros se consiguen a 1.000 pesos; los floreros a 20.000, y los poporos gigantes hasta en 180.000 pesos. Los precios son muy variados y al alcance y gusto de todos.