La lluvia durante el desarrollo del Abierto de Estados Unidos ha alumbrado a una nueva estrella: el californiano Ricky Barnes, el 519 del escalafón mundial, se encaramó al liderato, con récord incluido: 132 golpes en 36 hoyos (8 abajo). Después del parón prolongado por los aguaceros, el campeón del Open USA amateur en 2002 camina felizmente, sin frenos y aceptando la inercia.
Barnes, de 28 años, parece no sentir el pánico escénico. Sigue líder después de una tarjeta al par (70 golpes) y con -8 en el acumulado. Además, el californiano se puso en el hoyo cuatro y tras un ‘eagle’ con doble dígito bajo par (-11). Así, con esa magia rescatada de no se sabe dónde y que correspondería más a golfistas como Tiger Woods, se convirtió en el cuarto hombre en conseguirlo en la historia del torneo.
La referencia inesperada del torneo aventaja en un golpe a su compatriota Lucas Glover, otro ‘anónimo’ que juega sin guante en la mano izquierda pero que pujará hoy por el título.
Lo curioso para la ronda final es que entre Barnes y Glover, cuyos padres fueron jugadores de la NFL, y sus inmediatos perseguidores existe un escalón que asusta. Por detrás de ambos asoman a cinco golpes de Barnes el estadounidense David Duval y el inglés Ross Fisher.
En la parte baja
El colombiano Camilo Villegas, número 12 del mundo, marcha en el puesto 32 del torneo, con +4. El primer día, el antioqueño firmó una tarjeta de +1, con cuatro berdies y cinco bogeys. En la segunda ronda también marcó +1, con tres berdies y cuatro bogeys, y ayer, se fue con +2 (un berdie y tres bogeys) para un total de 214.
Tiger Woods no ha brillado en su máximo esplendor, al figurar en la casilla 15, con +1, mientras que el español Sergio García retrocedió sus opciones después de sellar 72 golpes.