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Diego León Hoyos, un narizón sin olfato

El actor y director cree que el periodismo colombiano es valiente pero, a veces, falto de profundidad.

El Espectador
23 de junio de 2009 - 11:00 p. m.

¿Y qué quedó de ‘Quac, el noticiero’?

Una valiente carcajada y una lágrima flotando en la memoria de todos los colombianos.

Una anécdota con Jaime Garzón.

El rector del seminario le pregunta a la monja encargada de la alimentación: “¿Cómo así madre que yo la acabo de llamar por teléfono para decirle que la autoricé para que Jaime Garzón desayunara dos veces?”.

¿Se cree un Bergerac?

Más bien un Armañac.

¿Pero su nariz le impidió ser galán?

¿Ser galán?, ¿a mí?, no. Tal vez al ex ministro Lozano.

Y cómo andamos de olfato…

Pésimo. Mi nariz es una broma de la Divina Providencia. Me miro al espejo y me pregunto: ¿cómo es posible que yo con estas portentosas ñatas, respire tan mal?

¿Qué le huele mal?

Esa desconfianza en la democracia. Esa terrible convicción que existe entre los de izquierda, los de derecha, los de centro y en todos de que un verdadero acuerdo colectivo sea posible. Esa guerra sin final que ha logrado que prospere un solo y aterrador principio ético: “O la monto, o me la montan”.

Un reto actoral.

Representar a una mujer sin defenderse de ello, sin comentarla, sin establecer distancia entre ella y yo…

Su mejor papel.

Yo soy actor y hasta actriz, todos…, en todos se me ha ido la vida.

¿Qué tan león es?

Tan León como Diego… O sea, más bien un gatico indefenso. Claro que él se cree astuto y feroz. ¡Qué pesar!

¿Ha hecho hoyo en uno?

Nada como hacerlo en 16.

¿Y usted también es como el oso?

Tal vez, no sé si por lo primoroso, lo horroroso, lo ridículo o lo plantígrado.

¿Actor de teatro o de TV?

Actor.


¿Qué le dejó la herencia paisa de su familia?

¡Ave María! ¡Qué pregunta tan hermosa y tan difícil de contestar en menos de una novela de tres tomos, ¡hombre…!

¿En dónde dejó el periodismo?

Ya quisiera sentirme periodista, he sido divulgador de asuntos culturales.

¿Qué le falta al periodismo en Colombia?

A veces, la profundidad investigativa que le sobra en valentía, independencia y coraje.

Una crónica memorable.

Las de Alfredo Molano. Ni las sesudas y brillantes explicaciones históricas, sociológicas, o socioeconómicas logran desentrañar la esencia profundamente humana y trágica de este país como las historias de vida de Molano.

¿Actor, director, cronista o periodista?

Las cuatro cosas, pero como ya dije, no me atrevo a llamarme periodista.

¿Cómo le fue en su faceta de profesor universitario?

Inolvidable. De mis alumnos aprendí mucho más de lo que les enseñé.

¿Cuándo lo picó el bichito de la actuación?

Cuando traté de conocer la naturaleza y el alma de los actores, para poder dirigirlos, terminé convertido en uno de ellos.

Lo más difícil de ser actor.

Si a un ingeniero se le cae un puente, de todas maneras le quedan sitios en donde refugiarse: su autoestima, su familia, su vanidad, etc. Si un actor fracasa, el puente que se cae es él mismo, su cuerpo y su alma, por eso nos enloquecemos tan fácil.

Un personaje que lo haya marcado.

Todos, pero especialmente María Leona, por aquello de la pestañina.

El que más trabajo le costó elaborar.

El sacristán sordomudo de Sangre de lobos. Los sordomudos no miran los ojos del interlocutor, miran su boca. Y si uno no le mira los ojos al otro, no entiende nada de lo que dice. Por eso fue tan difícil.

¿Cómo es un pequeño crimen conyugal?

Hacerle sentir al otro que aunque esté ahí, no existe.

¿Cuánto mide un pequeño crimen conyugal?

Una mujer que adoré y adoro, me presentaba así: “Él es barómetro, es mi varón y mide un metro”.

¿Usted ha querido ‘matar’ a su pareja?

¿Quién no?

¿Uno muere de amor o por amor?

“Te quiero y eso me mata”.

En ‘Tentaciones’ usted era un ángel, ¿cómo es su ángel de la guarda?

No puedo contestar sino de esta manera: hace poco se me acercó una preciosa mujer de 20 ó 25 años, sinceramente me dijo: “Usted hizo feliz mi infancia”.

¿En qué se parecían Diego León y Serafín?

En que Diego León adora que Serafín les haya producido felicidad a los niños.


¿Cree en los ángeles y en los demonios?

No creo sino en los seres humanos, así me fascinen y me duelan, porque son a la vez ángeles y demonios.

¿Es más divertido hacer de malo?

Tal vez sí es más divertido interpretar a Cruela De Vil, con sus pieles, su insolencia  y su cuerpazo que a un cachorro dálmata lastimero y llorón. Son los villanos los que resaltan las virtudes de los buenos.

¿María Leona Santodomingo era el lado femenino de Diego León?

¡Nada de eso!, Diego León era el lado masculino de María Leona Santodomingo.

¿Le gustaba el look de María Leona?

A mí no, pero a los taxistas sí. Increíble, yo tan feíto y tuve más éxito como mujer que como hombre..

¿Qué fue lo mejor de ‘Los Pecados de Inés de Hinojosa’?

Que en ese tiempo se apostaba más a menudo a hacer una televisión importante para este país.

Dicen que usted fue el primer hombre en desnudarse en televisión…

¡Dios mío!, ¡Qué honor! No tenía ni idea.

¿Eso es cierto?

En realidad, no podría afirmarlo.

Qué le dice la frase: ‘una gran nariz pensante y sonante?

Que es brillante, que para allá vamos, que es el curso ineludible de la evolución: A más nariz, más distancia del antropoide. El ser humano terminará siendo una gran nariz pensante y sonante.

¿De los actores que ya no están con nosotros, cuál es el que más falta le ha hecho a Colombia?

Es difícil responder… Jaime Garzón, claro. Pero nunca nos dejará de doler que Fanny Mikey se haya ido. Siquiera existió, siquiera la conocimos, nosotros los del oficio, y todos los colombianos.

Un sueño

Paz.

Una mujer despampanante

¿Una?... Por Dios, casi todas. ¿Qué sería del mundo sin ellas

Por El Espectador

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