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‘El Niño’ cambia de cara

Desde hace un poco más de un mes los científicos y meteorólogos han registrado el calentamiento progresivo de las aguas del océano Pacífico.

El Espectador
13 de julio de 2009 - 10:36 p. m.

En la franja comprendida entre los 10 grados de latitud norte y 10 grados de latitud sur, tomando como referente la línea del Ecuador, el mar ha subido de temperatura medio grado centígrado, lo que representa el factor decisivo para establecer que el fenómeno climático de El Niño ya se encuentra en formación.

De acuerdo con Humberto González, director de la oficina de pronósticos y alertas del Ideam, El Niño es posible gracias al debilitamiento de dos factores: los vientos alisios y la corriente oceánica Humboldt, que es la encargada de traer agua fría a lo largo de toda la costa de Suramérica, desde la Antártida hasta el sur de Ecuador, en donde gira hacia el occidente para seguir su recorrido aguas adentro del Pacífico; cuál de los dos falla primero, si los vientos (encargados de impulsar la corriente) o la Humboldt, es aún un enigma para los especialistas.

Típicamente, cuando ocurre El Niño, la temporada de huracanes del Atlántico, que azotan con regularidad el Golfo de México, además de las costas de Norte y Centroamérica, suele debilitarse.

Sin embargo, un estudio reciente elaborado por la Escuela de Ciencias Atmosféricas y Terrestres de Georgia, Estados Unidos, sugiere que el fenómeno está cambiando, lo que resultaría en la formación de huracanes más poderosos, así como también incrementaría su número.

“Este nuevo tipo de El Niño crearía huracanes con más posibilidades de tocar tierra”, afirmó a la revista Science el profesor Peter Webster, uno de los autores del estudio. El Niño Modoki, como ha sido denominada esta variación del fenómeno climático (y que en japonés significa similar, pero diferente) es posible debido a que su lugar de formación ocurre en el Pacífico central y no en la región más occidental del océano, donde solía crearse. De acuerdo con los investigadores, el calentamiento del agua en la nueva región donde se gesta El Niño Modoki está asociado con la ocurrencia de una mayor cantidad de tormentas con más intensidad y con mejores probabilidades de llegar a tierra.

Los científicos aún no tienen claro por qué está ocurriendo la modificación.

Por El Espectador

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