En medio de rumores de desalojo a la fuerza y de unos diálogos con el Gobierno estancados, los 1.939 desplazados asentados en el Parque Tercer Milenio cumplieron ayer exactamente cuatro meses de vivir en el lugar. Son 122 días los que han pasado desde que estas familias desarraigadas arribaron allí provenientes en su mayoría de Chocó, Huila y Meta.
La impresión que existe hoy es que con el correr de los días la manifestación que nació para exigir al Estado vivienda, proyectos productivos y un techo digno ha experimentado un declive, al punto que muchos creen que en cualquier momento estallará como si fuera una bomba de tiempo.
En la mesa de concertación que se instaló el jueves de la semana pasada —de la cual forman parte representantes del Distrito, del Gobierno Nacional, los desplazados y una secretaría técnica a cargo del PNUD—, al parecer, no se ha podido alcanzar aún el primer acuerdo.
Al menos, eso es lo que se dice en voz baja, pues todas las partes involucradas se declaran impedidas para referirse oficialmente al tema hasta que no haya un resultado. “No hablaremos con la prensa, a menos que sintamos que las autoridades están planeando desalojarnos por la fuerza”, le contó a El Espectador uno de los 12 líderes de los desplazados que participan en la negociación.
Precisamente, ése es el más grande temor de las víctimas de la violencia que están protestando: que la Fuerza Pública los desaloje sin contar con ningún compromiso del Estado para con ellos. El miedo se ha ido acrecentando en las últimas horas.
Pero, ¿qué es en concreto lo que exigen con una firmeza nunca antes vista los desplazados al Gobierno? Son cinco puntos, cada uno con sus especificaciones los que presentaron en la mesa de concertación. Uno de los manifestantes se los explicó a este diario horas antes de que empezaran los diálogos. Acerca de estas peticiones, el alcalde Samuel Moreno ha dicho en varias ocasiones que son “irrealizables”, pues desbordan la capacidad del Distrito.
“Lo pedimos porque en nuestra tierra lo teníamos”
Vivienda integral:
“Hemos sido claros en un punto: no estamos dispuestos a aceptar subsidios de vivienda. Queremos que nos incluyan en uno de los proyectos que existen para tener nuestras casas… esto no tiene que ser necesariamente en Bogotá. Cada quien escogerá el sitio en el que quiere vivir. Esperaríamos que esta vivienda ya estuviera lista para poder salir del parque”.
Proyecto productivo:
“Esta será la manera como cada uno de nosotros podrá ganarse la vida… Mire, en el campo, en nuestras tierras, nosotros teníamos el sustento casi que asegurado, ahora no. El proyecto productivo se entregará por familia y la idea es que sea mínimo de 17 millones de pesos para cada núcleo familiar. Nos basamos en la sentencia T-025 de la Corte Constitucional”.
Arriendo:
“Mientras se concreta lo de la vivienda, pedimos alrededor de salario y medio para cada una de las familias desplazadas, con el fin de que podamos vivir dignamente… Claro que este punto es temporal”.
Alimentos permanentes:
“Cada desplazado necesita adecuarse a su nuevo entorno primero antes de empezar a ser productivo. Mientras cada quien estabiliza su economía, pedimos alimentos de manera permanente por parte del Gobierno”.
Seguridad para los líderes:
“Las autoridades deberán hacer estudios de seguridad a los líderes de la protesta, y a otros desplazados, para garantizarles la preservación de su vida… Pedimos esquemas de seguridad si la situación lo amerita”.