El 20 de septiembre se cumplía un año de la captura de muchos de los implicados en el caso Huracán de la Frontera, que en Ecuador investiga los nexos de 27 personas con los movimientos de cocaína de las Fuerzas Revolucionarias de Colombia. Y de no haber sido llamados a juicio, muchos de ellos habrían recobrado la libertad.
Pero a contrarreloj, el juez Segundo Caicedo, de San Lorenzo, Esmeraldas, llamó a juicio a los implicados en el Huracán de la Frontera, entre ellos a José Ignacio Chauvín, ex subsecretario de Coordinación Política del presidente Rafael Correa, y a los tres hermanos Ostaiza: Jefferson, Édison y Miguel, acusados de posesión de droga perteneciente a la guerrilla colombiana.
Chauvín, según la providencia del juez de Esmeraldas, será juzgado como cómplice de las operaciones de los Ostaiza. El ex subsecretario fue capturado en febrero de este año, pero tras la petición de un Hábeas Corpus, salió de prisión en junio, aduciendo que sufre de persecución política.
Los abogados defensores tienen hasta mañana para apelar el fallo y luego comenzaría el juicio en una corte de Esmeraldas. Los nexos entre Chauvín y Edison Ostaiza se han convertido en uno de los indicios más preocupantes de que algunos miembros del gobierno de Rafael Correa tendrían nexos con las Farc.
El diario del líder guerrillero Raúl Reyes y el contenido de sus computadores, hallados tras el bombardeo de su campamento, en marzo de 2008 en Ecuador, son hoy parte de las pistas que señalan los nexos entre el ex funcionario y la guerrilla colombiana.