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“Esa guerra no era nuestra”

La estigmatización de una población, tachándola de subversiva, fue la justificación que permitió a los paramilitares acabar con El Salado entre el 16 y el 21 de febrero de 2000.

Redacción Nacional
12 de septiembre de 2009 - 09:00 p. m.

Entre el 16 y el 21 de febrero de 2000, el corregimiento de El Salado y otras localidades de la comprensión municipal de El Carmen de Bolívar fueron escenario de la “más notoria y sangrienta escalada de eventos de violencia masiva perpetrados por los paramilitares entre 1999 y 2001. Si bien la masacre de El Salado dejó 61 personas muertas, el ciclón de violencia en la región se materializó en 42 masacres que dejaron 354 víctimas fatales”.

La conclusión es del grupo de Memoria Histórica de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación (CNRR), que esta semana hará público su segundo informe, bajo la dirección del historiador Gonzalo Sánchez. El año anterior, el equipo de investigadores entregó a la sociedad una pormenorizada investigación sobre la masacre de Trujillo (Valle). Esta vez lo hace con uno de los episodios más vergonzosos en la reciente historia de Colombia.

La masacre de El Salado fue cuidosamente planeada en la finca El Avión, perteneciente al municipio de Sabanas de San Ángel (Magdalena), y en ella participaron, en calidad de autores intelectuales, los jefe paramilitares Salvatore Mancuso, Jorge 40 y alias H2. La ejecución de la matanza estuvo a cargo de 450 paramilitares que se dividieron en tres grupos y literalmente sembraron el terror en esta zona de los Montes de María.

El informe demuestra cómo los paramilitares sometieron a la población a extremas circunstancias de terror. A los sobrevivientes se les obligó a ver las torturas y los suplicios de sus familiares, amigos y vecinos; las acciones de violencia se convirtieron en un espectáculo festivo de crueldad extrema, y en medio de la estigmatización de la población, destruyeron desde sus objetos más valiosos hasta sus gallos de pelea y sus burros.

Después de la masacre, El Salado se convirtió en un pueblo fantasma y el sueño de erigirse en municipio quedó enterrado. Aunque en febrero de 2002 regresaron a la región unas 300 personas, ya el pueblo no tiene la misma perspectiva de hace una década. Hoy viven en El Salado 730 personas y dejó de ser el corregimiento más próspero de El Carmen de Bolívar para convertirse en una localidad golpeada por la desmemoria.

Pero además de recordar la inhumanidad de los victimarios y el silencio de la sociedad, que dejó entre los pobladores un sentimiento de impotencia, hoy subsiste un reclamo a la Fuerza Pública por su omisión y presunta acción en los hechos. Su gente sigue cuestionando que habiendo advertido la presencia de los paramilitares, la Fuerza Pública en vez de perseguirlos optó por confinar a las víctimas en el pueblo.

El informe del grupo de Memoria Histórica de la CNRR desentraña las claves de esta masacre. Desde los antecedentes en la región, donde la guerrilla ostentó un dominio territorial por muchos años, hasta las denuncias de un ganadero y político de la región apoyado por un gobernador encargado, de que un robo de reses requería mayor presencia militar. Hoy El Salado representa el dolor de un pueblo arrasado, cuyos habitantes, la mayoría desplazados, se siguen repitiendo: “Esa guerra no era nuestra”.

La segunda semana por la memoria

A partir de este domingo y hasta el 25 de septiembre se realizará la segunda versión de la semana por la memoria. El evento comenzará en El Salado, con la presentación del informe, una muestra fotográfica, un partido de fútbol y un acto cultural con la comunidad. El lunes se replicará la actividad en Cartagena y a lo largo de la semana habrá eventos en Bogotá.       

Como aporte complementario, el grupo de Memoria Histórica de la CNRR, entregará un  valioso documento llamado ‘Recordar y narrar el conflicto’. Un material pedagógico con varios instrumentos conceptuales, éticos y psicosociales que permitan a las comunidades la construcción de sus memorias y el esclarecimiento de sus propias verdades.

Los Montes de María, una zona de guerra

La región de los Montes de María está ubicada entre los departamentos de Bolívar y Sucre y está integrada por 15 municipios. Durante muchos años y en especial en la época de la masacre paramilitar, los frentes 35 y 37 de las Farc tenían azotada la región. La fuerza pública sigue haciendo presencia, especialmente a través de la infantería de Marina y los comandos de Policía.   

A su vez el paramilitarismo, primero hizo presencia a través del frente Rito Antonio Ochoa, pero después fue estructurado el bloque Héroes de los Montes de María que extendió sus tentáculos desde Sucre y Bolívar hasta las calles de Cartagena o Sincelejo, además de lo municipios conexos.

Hoy está claro que el comandante máximo de esta estructura fue Edwar Cobo Téllez, alias ‘Diego Vecino’, y que como segundo operó Uber Enrique Banquez Martínez, conocido como ‘Juancho Dique’. En la región actuó también Rodrigo Cadena, de cuya suerte no se sabe.

Por Redacción Nacional

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