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La guerra según Chávez

El presidente venezolano se prepara para una eventual guerra asimétrica contra Estados Unidos y Colombia.

Maye Primera / Caracas
27 de octubre de 2009 - 10:25 p. m.

La primera instrucción que deben seguir los venezolanos, en caso de invasión extranjera, es encender la radio para sintonizar la emisora comunitaria encargada de transmitir ‘la clave’ de la rebelión. “Atención, atención… la familia Guerrero invita a toda la comunidad, en especial a todos los parceleros… repito: a todos los parceleros… a la asamblea extraordinaria a efectuarse hoy en la Casa Comunal. ¡Asiste! ¡Te esperamos!”, es lo que tendría que decir el locutor; el uso de la marimba como sonido de fondo es opcional.

Cuando escuchen esta señal, según estos entrenamientos, los combatientes deben tomar sus posiciones en la “guerra popular de resistencia”, para la cual los ha estado entrenando la Fuerza Armada de Venezuela desde el año 2005, por órdenes directas del presidente Hugo Chávez, quien no deja de pensar en lo que  denomina la invasión imperialista.

El comandante-presidente suele supervisar las maniobras detrás de unos binoculares o a través de una pantalla de televisión. En al menos tres oportunidades, estas operaciones cívico-militares han sido transmitidas en directo durante su programa dominical Aló, Presidente, entre 2005 y 2008.

Las grabaciones de estos ejercicios de comando eran la burla de la oposición en el portal de YouTube hasta la semana pasada, cuando el gobierno promulgó las reformas a la Ley Orgánica de la Fuerza Armada (LOFAN) y a la Ley de Conscripción Militar, que les otorgan carácter legal y rango militar a las “milicias bolivarianas”, protagonistas de estos videos.

Desde este 21 de octubre, las milicias bolivarianas son, legalmente, “un cuerpo especial organizado por el Estado”, integrado por la milicia territorial y los cuerpos combatientes, que complementan la Fuerza Armada Nacional “en la defensa integral de la nación” para garantizar la “independencia y soberanía” y que depende directamente del Presidente de la República. Es decir, que obedece órdenes directas de Hugo Chávez. Su función primordial es la de organizar a los cuerpos de combatientes para ejecutar operaciones de defensa nacional y “orientar” la conformación de Comités de Defensa Integral, similares a los Comités de Defensa de la Revolución de Cuba.

Los cuerpos de combatientes, en tanto, son unidades conformadas por ciudadanos “que laboran en instituciones públicas o privadas, que de manera voluntaria son registrados, organizados y adiestrados”. Empresas como la estatal Petróleos de Venezuela (Pdvsa) ya cuentan con su propio cuerpo de combatientes. “Ahora seremos militares todos o los que quieran serlo. Es el pueblo en armas”, ha dicho Chávez en varias oportunidades, y lo repitió el miércoles en la noche, cuando estampó su firma sobre la reforma de ambas leyes.

La nueva reforma a la Ley de Conscripción y Alistamiento Militar también establece que es un “deber” de todos los venezolanos, de entre 18 y 60 años de edad, prestar servicio militar durante un período mínimo de un año. Quienes no se inscriban en el registro podrán ser penados con multas de hasta US$300, mientras que los altos cargos de la administración pública que no exijan a sus empleados el certificado de inscripción militar también deberán pagar multas hasta de US$500.

Colombia, en la mira

La conformación de estos cuerpos de combate civiles responde a la Nueva Doctrina Militar Bolivariana, que comenzó a discutirse en los cuarteles en 2005 como respuesta a una eventual y casi inminente “guerra asimétrica contra Estados Unidos o contra Colombia”, según analistas. Alberto Garrido, experto militar, explicó entonces: “En la región el punto conflictivo es la frontera colombo-venezolana, y allí podría presentarse una guerra de mediana intensidad, con influencia del eje Bogotá-Washington”.

Un libro, que lleva el mismo nombre de la doctrina, –La doctrina militar bolivariana, escrito por el teniente coronel retirado Héctor Herrera Jiménez, editado en noviembre de 2006 y prologado por el comandante de la Aviación de la época, el general Róger Cordero Lara—, explica de qué se trata este asunto: “Importa señalar que el uso del concepto “guerra asimétrica” en los documentos públicos del Gobierno Bolivariano se refiere, esencialmente, a la manera de contrarrestarla con la ‘guerra de todo el pueblo’ y demás formas de la guerra popular prolongada (…). Guerra asimétrica es la que prepara el imperialismo norteamericano contra nuestra nación, para recuperar el terreno perdido en su dominación neocolonial y retornar al poder la vieja oligarquía corrupta y decadente”.

Según esta nueva doctrina, el mejor ejército para combatir con efectividad en una guerra asimétrica, es la guerrilla del pueblo: “El soldado de los ejércitos convencionales es el producto de un sistema que lo saca de su vida ‘normal’ y lo convierte en un profesional en el uso de la fuerza y la violencia letal. Él es responsable ante su cadena de mando y cumple las órdenes de sus superiores, actuando para lograr las metas de los Estados imperialistas y neocoloniales. Por el contrario, el guerrillero está inmerso en su pueblo. Es pueblo en armas”, señala Herrera Jiménez en su obra. Una opinión que comparte al pie de la letra el presidente venezolano.

“Guerrilla en el agua, guerrilla bajo el agua”, pidió Chávez en junio de 2008, cuando supervisó el simulacro de reabastecimiento de víveres desde el mar que ejecutaron el Comando General del Ejército y el cuerpo de resistencia “Cacique Guaicaipuro” en las playas de Puerto Cabello. “Un ejército grande, poderoso, jerárquico, burocrático y protocolario difícilmente podrá contra una guerrilla enfocada y dispuesta a todo”, dijo con orgullo el oficial que comandó la Operación Guaraguao, en septiembre de 2008, en el oriente del país.

La sustitución de armamento y el reequipamiento militar, que se ha traducido en la compra de armas a Rusia por más de US$4.400 millones, es parte de la estrategia de preparación del gobierno venezolano para enfrentar un eventual conflicto armado. También lo es la construcción de túneles, al estilo de Corea del Norte, que Chávez ha bautizado como los “cuarteles invisibles”.

 En un Aló, Presidente, Chávez dijo, por ejemplo, que la Fuerza Armada Nacional estaba abriendo túneles en el oriente del país. ¿Cuáles son las intenciones de la doctrina militar que está instrumentando Chávez? No está muy claro, pero desde Colombia descartan completamente una aventura bélica con el país vecino.

Por Maye Primera / Caracas

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