La fama lo abrumó; se mudó al campo, ya adepto al budismo zen y se convirtió en un escritor excéntrico: no se deja ver, no da entrevistas, ni se deja tomar fotografías y cuando alguien se acerca a su casa lo saca corriendo con una escopeta. En una época intentaron prohibir El guardián entre el centeno, debido a que en 1980 al asesino de John Lennon, Mark David Chapman, le encontraron la novela y dijo que todos tenían que leerla; también la tenía John Hinckley Jr. cuando en 1981 atentó contra el presidente y mal actor Ronald Reagan para impresionar a la actriz Jodie Foster, que no daba importancia a las cartas y poemas que éste le enviaba. Y en 1989, Robert John Bardo, asesino de Rebecca Schaeffer, llevaba el libro el día que mató a la actriz. Podría creerse que es un libro escrito para niños problema o para inadaptados como su autor. Al contrario de lo que dice la prensa, parece que el asesino de la estrella de los Beatles no era admirador suyo, ni era hombre violento y además trabajaba para la Asociación Cristiana de Jóvenes. Ya casi cumple treinta años de estar encarcelado y se cree que nunca saldrá libre.
Considerada una de las mejores novelas del siglo XX, es la historia de Holden Caulfield, contada en primera persona desde un hospital adonde lo han llevado a recuperarse: un adolescente que después de ser reprobado de un internado en Pensilvania, decide fugarse y vagabundear por Nueva York. Tiene 16 años, es muy mal estudiante, odia el cine, pero tiene un hermano que hace guiones para Hollywood, se considera el mentiroso más grande del mundo, es virgen y no entiende nada del sexo, aunque lo atraen mucho las chicas; es supremamente sensible y tiene una hermanita de 10 años, Phoebe, uno de los personajes más tiernos de la literatura norteamericana, que hace años está escribiendo un libro que nunca termina sobre una niña detective llamada Hazel Watherfield.
Descubriendo a Forester, la película protagonizada por el primer James Bond, Sean Connery, y dirigida por Gus Van Sant, el mismo de Harvey Milk, está inspirada en Salinger.
Salinger también escribió Nueve cuentos, 1953; Franny y Zooey, 1961; Levantad, carpinteros, la viga maestra, y Seymour: una introducción, 1963; en estos libros conmueve mucho el estilo cadencioso, la descripción del ambiente y las costumbres de los personajes. El cuento “Un día perfecto para el pez banana” es el mágico ejemplo de un narrador impresionante, dueño de una técnica exacta y creador de un clima sobrecogedor desde la primera línea. Es probable que en este cuento estén los mejores diálogos telefónicos que puedan leerse. El guardián entre el centeno, cuyo título es inspirado en un poema de Robert Burns, el gran poeta escocés, es uno de los textos más conmovedores del mundo, una especie de educación sentimental plena de una exacerbada poesía que engrandece el espíritu humano. La historia de la literatura halló a un personaje que todos llevan adentro. El lector vislumbra la inmensa, terrible soledad de Holden Caulfield en su propia soledad y en la soledad del hombre moderno.