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Una historiadora frustrada: Marcela Gallego

En 1992 se hizo famosa por su papel como La Pereirana, en ‘Fronteras del regreso’. Ahora es mamá y quiere volver a hacer ‘stand up comedy’.

El Espectador
21 de enero de 2010 - 09:38 p. m.

Su mejor papel.

Voy a responder con una frase cliché, pero que es real: los personajes son como los hijos, distintos; unos nos exigen más paciencia, otros más horas de juego, algunos son agradecidísimos, otros muy divertidos.

El primero.

Una colegiala, en Juegos prohibidos.

El que más le costó.

Julia, el personaje de la obra de teatro Closer. Fue demasiado exigente a nivel emocional.

El que la lanzó a la fama.

La Pereirana.

El que le hubiera gustado interpretar.

Bolívar, pero creo que no tengo muchas posibilidades.

El que le falta por hacer.

Cantante de ópera, bueno, de lo que sea, pero cantante.

Su más grande orgullo.

Ser la mamá que soy.

Su mayor logro.

Seguirme apasionando y divirtiendo con lo que hago.

Lo más difícil de ser una mamá famosa.

A las mamás actrices nos toca responder delante de nuestros hijos preguntas como: ay ola, ¿y usté cayéndole al policía?, uich, tan coqueta.

¿Qué la inspira para construir un personaje?

A veces me inspiro en gente que conozco, en cosas que he vivido, en la música, en un personaje de un libro. Muchas cosas llegan cuando uno empieza a conocer un personaje.

Una actriz que admire.

Meryl Streep.

La mejor actriz colombiana de todos los tiempos.

Vicky Hernández.

El amor de su vida.

Mis hijos.

Una frustración.

No haber seguido estudiando historia.

El mejor plan.

Hablar carreta.

Un proyecto.

Retomar el stand up comedy.

¿Teatro o televisión?

Cada uno con su adrenalina. Uno es más reflexivo y el otro más frenético, pero ambos son necesarios.

¿Qué le saca la piedra?

La hipocresía.


La parte de su cuerpo que menos le gusta.

El dedo meñique del pie izquierdo.

¿Y la que más admira?

Mi boca.

Pero sus piernas en ‘Fronteras del regreso’ eran más famosas que las de Viena Ruiz.

Ah, no sabía. Voy a correr a asegurarlas.

Un recuerdo de La Pereirana.

Mucha pasión. Es de los personajes más entrañables que he hecho. Me tocó el alma de verdad.

Lo mejor de trabajar con Víctor Mallarino en la ‘Baby sister’.

La mamadera de gallo y a la vez el nivel de verdad al que llegábamos en nuestras escenas dramáticas.

¿Qué le dejó Carmencita, su personaje en ‘Me llaman Lolita’?

El sentirme sexy.

Su primer trabajo.

En unas vacaciones, en un almacén de ropa que se llamaba Mauricios.

¿En qué se gastó el primer sueldo?

En ropa de ese almacén.

¿Ser artista en Colombia sí es buen negocio?

Debe haber mejores, a lo mejor más aburridos, pero seguro que los hay.

Un secreto para mantenerse bella.

No tener secretos para mantenerme bella.

El mejor piropo que le han echado.

No es el más ingenioso, pero el que mejor me queda: Eso..., así bravita es que me gusta.

Un amor platónico.

Johnny Deep.

Lo primero que le mira a un hombre.

Los ojos.

Su talento oculto.

Leer las plantas de los pies.

¿Qué quería ser cuando niña?

Cantante y actriz, y después psiquiatra, azafata, secretaria, profesora, entre otras.

Por El Espectador

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