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Centenares de turistas del mundo entero llegaron esta semana hasta las puertas del Santuario de los Penes en Bangkok, un exótico rincón de la capital tailandesa en el que se exhiben decenas de figuras fálicas. El propósito no era otro que rogar por favores sexuales y pedir solución para problemas de fertilidad.
Según dicta la tradición, los visitantes deben depositar en los altares alguna figura fálica e invocar al espíritu femenino que habita en el lugar para que le sea concedido el don de la fertilidad.
“Nosotros visitamos este templo en 2004, cuando tras intentar sin éxito tener un hijo, nos enteramos de que existía y pensamos: ¿por qué no? —confesó a la agencia EFE un turista francés, acompañado de su mujer y su hijo de cinco años—, desde entonces hemos vuelto tres veces para agradecer al espíritu el hijo que nos dio”.
Según algunos tailandeses, los penes de Mae Tuptim (nombre con que se conoce al espíritu del lugar) también son depositados por maridos que, al enviudar, dejan la ofrenda para apaciguar a la esposa fallecida y evitar así apariciones desagradables.
La costumbre de utilizar figuras en forma de pene como símbolos de fertilidad hace parte de la tradición hindú que perdura y predomina en este país asiático, sin ser exclusiva de éste.
Sin embargo, el aumento en las visitas al santuario que se observa en esta época coincide con la celebración del día de los enamorados, una festividad típica de la tradición cristiana y occidental.