Cuando habla, varias veces se le escapa decir “nuestra novela, o nuestra televisión”, refiriéndose a María, de Jorge Isaacs, o a la televisión colombiana. Aunque Fernando Allende es mexicano de nacimiento, norteamericano por adopción y boricua por filiación, su relación con nuestro país ha hecho que una parte de sí se sienta un poco vallecaucano, un poco bogotano.
Por una parte, está el hecho de que su primer personaje en el cine, hace casi 40 años, fue el Efraín de Jorge Isaacs en la versión de María del chileno Tito Davison (1972). Y sin duda alguna, el hecho de haber participado en telenovelas históricas como Sangre de lobos o María Bonita lo acercaron tanto a nuestra idiosincrasia que por momentos refleja que para él no existe la distancia de la nacionalidad o el territorio.
Ahora, además, como capitán de El Dorado Films, él y toda su familia se embarcaron en la travesía de una nueva María que él llama “nuestro bebé”. “Es una versión muy fiel de la historia del escritor valluno, en la que mi única propuesta es que Efraín es en realidad Jorge Isaacs. Del resto, quisimos rescatar ese primer amor, pues todos, de un modo u otro, lo hemos tenido”, dice Allende desde Cartagena, adonde llegó a mostrar su primera película como director y a ser jurado de la competencia de cine colombiano.
De esta experiencia, que le permite ver una selección de lo que hizo en cine nuestro país en 2009, afirma que más allá de la película ganadora, “cuando uno visualiza todo el espectro de películas en competencia, se da cuenta de que además de estar bien seleccionado, está bien balanceado. Me da muchos gusto ver cómo Colombia tiene cine de todos los géneros”.
Así como reconoce esta variedad en el cine, este actor que ha hecho una larga carrera en la televisión, ve en la telenovela la virtud de estar presente en la vida de las personas de manera que se identifican con las historias, y añade: “Como actor es una gran oportunidad poder desarrollar un personaje por varios meses. La verdad es que yo respeto todos los géneros, desde la fotonovela hasta el cine de autor, pues es la manera de llegar a un amplio espectro de personas, no todo el mundo está preparado o interesado en comprender el mensaje de una película”. Que en su caso es mostrar que “hace falta más compasión y que todavía no estamos tan dañados que no podamos sentir el significado del primer amor”, concluye.