‘Colombia actúa o la CPI lo hará’

Las confesiones del abogado Jorge Molanoun, defensor de Derechos Humanos.

El Espectador
31 de marzo de 2010 - 10:00 p. m.

Después de lo que se ha conocido del DAS, ¿cómo hace un defensor de Derechos Humanos para trabajar en Colombia?

Bajo ambiente de intimidación y negación de la libertad. Para defender los Derechos Humanos debe renunciarse a dos derechos, la libertad y la privacidad. Hoy los defensores tienen que estar escoltados, bajo permanente monitoreo de sus comunicaciones, bajo absoluto espionaje.

Muchos defensores de Derechos Humanos han sido asesinados.

El riesgo de defender los Derechos Humanos en Colombia es perder la vida, la libertad o ser sometido a la desaparición forzada.

Es un contrasentido: defensores de Derechos Humanos que tienen en peligro su vida.

Desafortunadamente el presidente Uribe consideró que los defensores de Derechos Humanos son auxiliadores del terrorismo.

¿Será que Colombia es el único país del mundo donde no ha terminado la Guerra Fría?

La construcción de que existe un enemigo difuso, de que los sindicalistas son enemigos, de que los opositores políticos son enemigos, de que los defensores de Derechos Humanos son enemigos, sigue siendo parte de las viejas escuelas de cuando existía el Muro de Berlín.

¿Hasta dónde llegará la investigación sobre el Holocausto del Palacio de Justicia?

Creemos que la justicia debe llegar a establecer la responsabilidad del ex presidente Belisario Betancur. Recientemente se abrió investigación por el asesinato del magistrado Carlos Horacio Urán. Los procesos están indicando la responsabilidad de miembros de la Fuerza Pública. Esperamos pronto la sentencia contra el general Iván Ramírez, el coronel Plazas y que avance el caso del general Jesús Armando Arias Cabrales.

¿Por qué si los testimonios han sido los mismos desde hace 25 años apenas se viene a mover el proceso ahorita?

Porque nunca existió voluntad por investigar y porque sólo hasta este momento estamos cercanos a que organismos internacionales emitan sanciones contra Colombia por este hecho. Pronto va a haber audiencia sobre el caso del Palacio de Justicia en Washington ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Usted también forma parte del grupo encargado del expediente por la masacre de San José de Apartadó, en donde resultaron señalados varios militares. ¿En qué va el caso?

Colombia actúa o la Corte Penal Internacional tiene que actuar. El Estado decidió dar una política de exterminio contra una comunidad de paso, que se conformó con 1.200 personas y que en 12 años ha sufrido 700 violaciones de sus Derechos Humanos.

Pero es absurdo que en el país haya sitios adonde no pueda acceder la Fuerza Pública...

El Derecho Internacional Humanitario ha reconocido la figura de los campamentos humanitarios como lugares para proteger a la población civil

La obligación de la Fuerza Pública es prestar seguridad y copar el territorio nacional, ¿no?

Puede prestarse seguridad a través de un control perimétrico que se haga sobre los lugares, pero el problema es que si se hace presumiendo que las comunidades de paso son parte de la estructura guerrillera, sobre dicha base los elementos de agresión son los que aparecen.


En ese expediente resultó salpicado el general Mario Montoya.

Los coroneles Néstor Iván Duque y José Acosta Celis, de la Brigada 17 del Ejército, señalaron que el general Montoya ordenó desarrollar la ‘Operación Fénix’, participó de la planeación, la supervisó y dio la orden de que las tropas fueran con guías. Esta es una operación que hacen conjuntamente el general Montoya con los hombres de Don Berna.

¿Cómo define a Eduardo Umaña Mendoza?

Un luchador incansable por la justicia.

Jesús María Valle.

Un convencido de la verdad.

Héctor Abad Gómez.

De los grandes defensores de Derechos Humanos.

Alirio Pedraza.

Un abogado defensor de presos, amante de la libertad.

Tarsicio Roldán.

Alguien con aspiraciones de justicia para el país.

El padre Javier Giraldo.

Ética en Derechos Humanos.

¿En cuál región de Colombia se vivieron los peores vejámenes de los paramilitares?

El laboratorio de la represión y el paramilitarismo ha sido y sigue siendo Antioquia.

De todas las masacres, ¿cuál le causa más repulsión a usted?

Varias. Está lo ocurrido en Trujillo, Mapiripán, El Salado, la de San José de Apartadó, donde mataron cuatro niños. Es muy doloroso que una sociedad no se conmueva cuando un niño de doce meses es degollado con el argumento de que cuando grande pudo ser guerrillero.

De la guerrilla, ¿qué masacre ha repudiado?

El caso Machuca o la masacre de La Chinita, en Apartadó.

¿Quién le presta seguridad a usted, el DAS?

En Colombia resulta un poco como que se deja a Drácula cuidando el banco de sangre.

Por El Espectador

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