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El efecto ‘alemán’ en Urabá

La Fiscalía le imputa al ex congresista de Cambio Radical, el antioqueño Humberto Builes, el delito de concierto para delinquir. El ente indaga sus posibles vínculos con el bloque Élmer Cárdenas, comandado por alias ‘El Alemán’.

El Espectador
03 de diciembre de 2008 - 10:28 p. m.

Desde que Rubén Darío Quintero Villada fue elegido como senador para el período 2002-2006, su suerte ha estado inevitablemente ligada a la del hombre que, en ese momento, fue su segundo renglón: Humberto de Jesús Builes Correa. Quintero abandonó el Senado al poco tiempo de haber sido electo para competir por la Gobernación de Antioquia, lo que le dio vía libre a Builes para ejercer como senador. Pero apenas la Corte Suprema de Justicia comenzó a indagar los posibles nexos de Quintero con el paramilitarismo, ésta concluyó que la investigación no podía cobijarlo sólo a él. Para el alto tribunal fue el triángulo que conformaron las Auc, Quintero y Builes, el que provocó que el último haya sido llamado a juicio.

Para la Fiscalía, tanto Builes como Quintero podrían haber incurrido en el delito de concierto para delinquir agravado. Los expedientes contra ambos fueron abiertos por la Corte Suprema cuando ésta encontró serios indicios de que Freddy Rendón Herrera, alias El Alemán, había interferido en la actividad política en Antioquia, en especial en la región del Urabá, en donde Builes Correa era un reconocido ganadero y comerciante. Quintero fue elegido nuevamente en 2006 como senador, pero él y Builes renunciaron a su curul en octubre  y agosto, respectivamente, para que sus procesos quedaran en manos de la Fiscalía General. El primero había sido detenido el 27 de marzo y, el segundo, el 16 de abril pasado.

Los casos de Builes y de Quintero se remiten a la injerencia del bloque Élmer Cárdenas en el Urabá. Según el documento de la Fiscalía contra Builes Correa, conocido por El Espectador, El Alemán participó directamente en la consolidación del proyecto político ‘Por un Urabá grande, unido y en paz’, el cual, según testimonios de la zona, le dio el aval a Builes Correa para que fuera la fórmula de Quintero. “La vinculación política del bloque Bananero hace referencia a un proyecto político que se llevó a cabo en Urabá, que se llamaba ‘Proyecto político por un Urabá grande y unido’ (...). Se trataba de que se unieran todas las fuerzas para buscar una representación por la zona de Urabá (...). Muchas reuniones (fueron) lideradas por El Alemán”, reveló Hébert Veloza, alias HH, en una de sus diligencias de versión libre.

De hecho, inicialmente, Builes ni siquiera figuraba para ser el segundo renglón de Quintero por el partido Cambio Radical, sino un hombre de Chigorodó llamado Elbo Escobar Zúñiga. Pero éste fue desestimado y en enero de 2002 Builes se convirtió en el aliado de Quintero. Según testificó Escobar Zúñiga, el cambio le molestó tanto que renunció, y a la mañana siguiente, El Alemán lo citó para decirle que “reconsiderara esa dimisión”. Jorge León Pinzón, coordinador de este proyecto político, le indicó al alto tribunal que la propuesta existía desde mucho antes de que las autodefensas hicieran presencia en la zona, pero confirmó que los ‘paras’ sí se mostraron interesados en el tema.

Pinzón dijo que El Alemán lo mandaba citar frecuentemente, que le pedía explicaciones sobre el movimiento, aunque aseveró que el bloque de este comandante nunca tuvo una participación directa. Sin embargo, para la Corte Suprema, otros testimonios fueron más contundentes a la hora de dejar en evidencia la supuesta relación establecida entre Builes, Quintero y las Auc, como el de Norman Harold Cardona. Éste aseguró que el proyecto político en cuestión fue apoyado por Cambio Radical, a la cabeza de Rubén Darío Quintero, y que Builes fue su segundo porque tenía “la bendición de la zona”. “El bloque Élmer Cárdenas decidía quién podía y quién no podía hacer política. No le daban libertad a nadie”, expresó Cardona.

Para la Fiscalía, a estas alturas, es irrefutable la “intervención efectiva de las autodefensas del Urabá en el proyecto político”. No obstante, llama la atención del órgano investigador que Rubén Darío Quintero haya obtenido 37.611 votos en Antioquia cuando se lanzó a la Cámara de Representantes en 1998 y que, sorpresivamente, haya doblado esta cifra sólo cuatro años más tarde. Y que Humberto Builes lo haya acompañado y respaldado en su campaña para las elecciones de 2002, en una región con tan marcada influencia paramilitar como el Urabá en esa época, y que ambos nieguen haber sentido presión alguna a la hora de promover sus candidaturas al Senado. Ahora, tanto Builes Correa como Quintero Villada esperan desde una celda en La Picota que la justicia les diga cuándo podrán esgrimir los argumentos con los que defienden su inocencia.

Por El Espectador

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