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Las mujeres los prefieren ricos

Una investigación europea concluyó que en el momento de buscar pareja hay dos pilares que influyen en la decisión: la belleza femenina y el estado financiero masculino.

Redacción Vivir
10 de diciembre de 2008 - 11:00 p. m.

Es común que las mujeres digan que lo más importante un hombre es la actitud, que la parte física, aunque necesaria, no es  la principal arma de seducción  de la que se dejan herir. El razonamiento masculino, en cambio, cree conocer la clave que despierta la libido de su género opuesto, y le da todos los créditos al tamaño de las billeteras. Los hombres suelen creer que es mucho más fácil coquetear cuando se tienen los bolsillos llenos o se anda en carro o se tienen propiedades. Pero, ¿tiene esto alguna explicación científica?

Investigadores de la Facultad de Zoología de la Universidad de Gotemburgo en Suecia, y de Oxford en Inglaterra, se dieron a la tarea de confrontar estadísticamente qué tan reales son estas sospechas.. El grupo encontró que así como las mujeres le apuestan a conquistar lo que se conoce como un buen partido, los hombres le apuntan a parejas más jóvenes y atractivas.

 Luego de dedicarse a analizar más de 400 anuncios de búsqueda de pareja, publicados en los diarios suecos y portales especializados de internet, los responsables del estudio entregaron los resultados en la revista Evolutionary Psychology.

De 97 hombres que se tuvieron en cuenta (entre los 20 y los 79 años de edad), sólo tres buscaron a una pareja de más edad, mientras que de 92 mujeres, a parte de presentarse una tendencia hacia los hombres mayores, 80 se preocuparon por la estabilidad económica y social de sus pretendientes.

Así, al tiempo que los patrones que rigen las búsquedas masculinas en los anuncios están atados  principalmente por adjetivos como “bonita”, “atlética” y “guapa”; las de las mujeres, sin despreocuparse por un buen físico,  centraron sus preferencias en hombres “económicamente estables”, “inteligentes”, “independientes”, “con casa grande”.

No se trata de simples caprichos. Según los expertos, todas estas exigencias han venido forjándose a la par con la evolución humana desde hace miles de años. Los machos son más carnales, en el cerebro primitivo una mujer joven y bonita activa los anhelos reproductivos básicamente por dos razones. Su belleza es algo así como el reflejo de la calidad de sus genes y su juventud supone el momento indicado para procrear y preservar la especie.

Las mujeres, por otro lado, aún conservan el rezago antiguo de su dependencia a un macho protector, que de una u otra forma se convierta en el reemplazo de sus padres una vez se apartan de su lado.

Si los hombres tildan de interesadas a las mujeres y ellas a su vez creen que sus opuestos son demasiado superficiales, la culpa no es de nadie, más que de la evolución según los investigadores. Lo realmente importante, sugieren, es que cada uno se percate de cuáles de sus fuertes debe explotar y qué frentes atacar para seducir a los unos y a los otros.

Por Redacción Vivir

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