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Víctimas no denuncian

El director del CTI de Sucre, Jaime Cuervo, hizo un llamado para que los familiares denuncien formalmente para poder realizar las investigaciones e identificar  las víctimas.

Sincelejo
14 de diciembre de 2008 - 10:00 p. m.

Aunque en los últimos 15 años han sido de común ocurrencia las noticias sobre casos de desaparición forzada en varios municipios  de Sucre, apenas 500 denuncias formales aparecen reportadas por el Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) de la Fiscalía seccional del departamento.

Y es que pese a la desmovilización del bloque Montes de María de las autodefensas, la gente aún tiene miedo de acercarse a denunciar la desaparición de sus seres queridos, como ocurre con los habitantes de San Onofre, donde se cree está el mayor número de personas desaparecidas.

Ese subregistro en el número de denuncias llamó la atención del director del CTI, Jaime Cuervo, quien invitó a los afectados a denunciar caso por caso con el fin de intensificar las investigaciones en pro de la identificación de las víctimas.

Quienes se han atrevido a denunciar han encontrado  apoyo y por eso han perseverado en la búsqueda de noticias de sus seres queridos, aunque algunas como Alice Vargas Vergara y Alicia Regina Manjarrez Manchego, de 76 años, son conscientes que de sus seres queridos a duras penas encontrarán sus huesos.

“Hasta que mis fuerzas me den, porque ya soy una vieja, seguiré buscando a mi hijo. Ya le tengo la bóveda lista en el cementerio de San Marcos para sepultar a Jaime Eduardo González, que se me desapareció en  1999 de la Plaza Benjamín Porto”, aseguró doña Alicia Manjarrez.

Por su parte Alice Vargas, quien hace parte del grupo Tejedoras de la Memoria de la Comisión Nacional de Reparación y Reconciliación, admite que la desaparición de su único hijo varón hace ocho años y medio le cambió totalmente el rumbo de su vida.

Asegura que en marzo de 2000 cuando su hijo desapareció de Córdoba, Bolívar, pensó que no iba a soportar ese dolor, sin embargo Dios le ha dado fuerzas y por eso es una de las víctimas más puntuales que tiene la Fiscalía General de la Nación en las diferentes actividades que realiza en Sucre.

La semana pasada los familiares de desaparecidos concurrieron a la sede del Polideportivo San Vicente donde arrancó la jornada de atención a víctimas del delito de desaparición forzada, actividad que se prolongó hasta el viernes pasado.

Alice dice que esta pesadilla que ellos afrontan es más dolorosa que la muerte, porque si una persona fallece se sabe que está sepultada y se le llevan flores al cementerio, pero “nosotros no sabemos,  si mi hijo está vivo, si comió, dónde está durmiendo, si  lo mataron dónde están sus restos. Este es un dolor que mata por dentro”.

La mayoría de asistentes a la jornada eran mujeres de todas las edades acompañadas por sus hijos. Ellas acudieron al lugar para que el personal de Medicina Legal les practicara las pruebas de ADN que serán cotejadas con los centenares de restos óseos encontrados en fosas comunes, en su mayoría en el Golfo de Morrosquillo y Montes de María.

En el caso de Teonila Meléndez Contreras, las pruebas de ADN a las que se sometió serán cotejadas con unos restos óseos hallados en una finca ubicada en la vereda Brisas, jurisdicción del municipio de San Onofre y que al parecer serían los de su ser querido. Su caso es uno de los más avanzados de Sucre, pues el ex miembro del bloque Montes de María de las Auc, Marco Tulio Pérez Guzmán, alias El Oso, reconoció ante un fiscal de Justicia y Paz de Barranquilla que mató al joven porque estaba en una lista que le entregaron en Plan Parejo, corregimiento de San Onofre.

“Él dijo que mi hijo no era monedita de oro para caerle bien a todo el mundo y por eso me lo mató. Ya todo está confesado y yo lo único que quiero es que me entreguen los restos”, dijo Teonila Meléndez.

Por Sincelejo

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