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“Si definimos, somos campeones”

Diego Umaña repite final con América y ya sabe en qué debe mejorar para ganarla.

Fabián Mauricio Rozo Castiblanco
15 de diciembre de 2008 - 11:00 p. m.

La soledad que eligió como compañera en la definición desde el punto blanco en el pasado Apertura, terminó por confirmarle en el estadio La Independencia de Tunja que la derrota es la mejor prueba para medir la incondicionalidad.

Mientras el cielo de la capital boyacense empezaba a inundarse de luces y pirotecnia, el vestuario visitante ardía de bronca. Era un malestar silencioso, de esos que pueden afectar más que mil vociferaciones enteras, pero de un momento a otro, uno a uno de los jugadores se pusieron de pie y fueron rodeando a Diego Umaña para demostrarle que no estaba tan solo como lucía en el banquillo.

En realidad nunca lo estuvo y muestra de ello es que hoy, con esos mismos hombres, vuelve a estar cerca del título, el mismo que no disfruta desde hace casi dos décadas, cuando en 1989 levantó la Copa Colombia con Santa Fe. Desde entonces, todo se ha quedado en buenos intentos, como el subtítulo de la Libertadores con América en el 96 o el segundo lugar también con los ‘Diablos’ en la Mustang I de este año.

No le interesa ni le preocupa ser un técnico de finales, simplemente seguírsela jugando por un grupo que para él hace rato ya se coronó en entrega, compromiso y, especialmente, lealtad hacia una camiseta.

¿La tranquilidad que ahora lo acompaña es natural o recurre a ella para afrontar el momento que vive?

La vida y el fútbol son de momentos y el actual lo afronto con madurez, bastante tranquilidad y con la satisfacción de ver cómo las ideas que uno siempre ha defendido, se están transformando en resultados, los que a su vez tienen a mucha gente contenta.

¿De pronto la procesión va por dentro?

Quiero estar tranquilo y así me siento, no estoy ni presionado ni tensionado, simplemente viviendo las cosas con mucha serenidad y calma; a veces la gente le da importancia a eso, pero yo sólo trabajo durante la semana y veo mi partido, nada más.

¿De tantas dificultades que han afrontado este segundo semestre, cuál fue la más complicada de sortear?

El comienzo de torneo porque con la final de la Mustang I no tuvimos descanso ni tiempo para recuperar, arrancamos  un campeonato sin base, pero aún así logramos con el correr de las semanas, en especial las de para por la eliminatoria, equilibrar cargas y fuimos formando un equipo que ha respondido en la parte física, gracias también a que no hemos tenido muchos lesionados ni sancionados.

¿Y lo más reconfortante?

Que llegan los dos equipos que mejor juegan al fútbol y eso es justo, es un premio a esa actitud, ojalá que salgan dos bonitos partidos y al final ganemos nosotros.

¿Qué no se debe repetir respecto a la anterior final contra Chicó?


Este equipo llega al arco contrario, tiene mucho volumen ofensivo, en la final pasada lo tuvimos y no resolvimos, entonces si ahora estamos claros y definimos las situaciones que el equipo puede y viene creando, somos campeones.

¿Medellín tiene más experiencia en su nómina?

No sé si ese factor aplique en esta final, porque América a pesar de su juventud en algunos hombres, ya tiene una final en la piel y eso hace que ahora ésta sea diferente, porque llega con mucha más madurez y experiencia.

¿Para el equipo es una revancha por lo vivido en el Apertura?

No, no la asumimos como revancha sino más bien un reconocimiento. Hace tres torneos que  estamos siendo protagonistas en los cuadrangulares y ahora tenemos otra vez la oportunidad de soñar con el título gracias a un trabajo colectivo serio.

¿Los problemas han fortalecido el grupo o los han ignorado por completo?

Ambas cosas, pero fundamentalmente los hemos dejado de lado, porque le apuntamos a la gloria, queremos entrar a la historia y ya lo demás que venga por añadidura. La gente está feliz, nos ha vuelto a acompañar y eso en el fondo es lo que nos ha fortalecido, porque luchamos por nosotros y por los hinchas, sin pensar en ningún momento en lo material.

¿Qué tiene de especial este grupo respecto a otros que ha dirigido?

Es un equipo que fue aceptando poco a poco el mensaje que se le fue dando, los muchachos se fueron identificando con él y sintieron que tienen valor dentro de la institución, con un sentido de pertenencia por la camiseta impresionante y a partir de ahí el grupo creció muchísimo. El fútbol es un sentimiento y ellos se sienten felices jugando así.

¿Cuál es el ‘técnico’ del equipo en la cancha?

Hay varios que han ido creciendo en esa labor de referentes, de ser algo más que líderes en la cancha, como es el caso de (Carlos) Valdez, (John ) Valencia, (Adrián) Berbia, (Iván) Vélez y ahora últimamente (Pablo) Armero.

¿América es el equipo más ofensivo del fútbol colombiano?

Sí, eso es valioso y la gente lo ha reconocido así, porque este equipo sale a atacar en cualquier cancha, es el mismo en el Pascual o en el Atanasio, siempre propone y mantiene la actitud agresiva de querer ir al frente a todo momento.

¿No cree que al serlo, ofrece ventajas atrás?

Hay veces jugamos al límite, asumiendo riesgos, porque en el fútbol siempre será más destruir que construir. Para crear y quebrar la defensa contraria con ideas e inteligencia, se requiere de trabajo y en cierta forma osadía para poder superar las propuestas de los rivales y eso es lo que ha venido haciendo este grupo.

¿Qué tiene este América del Diego Umaña futbolista?

La relación con la pelota , así como la tuve yo, con ideas, riqueza técnica y táctica, que no corre por correr sino que sabe para dónde hacerlo.

¿Qué le llama la atención del Medellín?

Que juega bien, por algo también recibió ese reconocimiento y con méritos llegó a la final, gracias a un trabajo coherente y respetuoso que parte de un gran técnico como Sachi y con jugadores importantes que junto a los del América han practicado el mejor fútbol del campeonato.


¿Qué tiene su equipo que no tenga el rival a vencer en la final?

No quiero entrar a comparar, cada uno tienes sus argumentos, antecedentes, un modelo de juego, jugadores para marcar diferencia, así que cada uno va a preparar lo mejor para imponerse en estos 180 minutos que faltan.

¿Su corazón resistirá una vuelta olímpica?

Me sigo cuidando, haciendo dieta, pero no me preocupo por eso y lo único que me inquieta por ahora es que el equipo siga jugando bien y logre el título.

¿Pero al menos preferiría evitar los penales?

Con penales o sin penales, por un gol o varios, yo lo único que quiero es salir campeón como sea.

¿Hizo alguna promesa por si logra dar la vuelta?

No, yo creo que hemos trabajado y merecemos esto, no nos lo hemos ganado de gratis, la hemos luchado siempre, hemos logrado sostenernos y tenemos los argumentos suficientes para conseguir la estrella.

¿Este título sería distinto a los 12 anteriores?

Creo que sí, esta sería una hazaña, ha habido muchos inconvenientes y este grupo solito se unió y a puro pulso llegó a estas instancias, motivado entre nosotros no más porque queremos darle una gran alegría a la gente, al pueblo americano y hemos puesto eso por delante.

¿Siente que la vuelta olímpica es ahora o nunca?

No, nunca hay nunca, hay que vivir el presente, lo que se hizo vale, pero siempre va a importar más lo que se va a hacer, así que hay que entregarlo todo y no guardarse nada.

Al menos la deja entreabierta

Continuidad, palabra que tanto reclaman los técnicos y de la cual ha gozado Umaña, primero en Quindío y ahora en América, es la que menos le interesa por estos días al entrenador vallecaucano, a quien ofertas del medio, e incluso del exterior, no le faltan.

Si bien días atrás confirmó a través de distintos medios que su vínculo contractual con los escarlatas expiraba el próximo 31 de diciembre y como tal abandonaría Cascajal, en las últimas horas ha abierto una opción de permanencia.

“Ahorita estoy pensando únicamente en la final, en mi cabeza no pasa la idea de quedarme o irme, sólo quiero terminar de la mejor forma este torneo y ya después habrá tiempo para decidir mi situación”, es lo único que quiso adelantar respecto a su futuro, ya que prefiere vivir el presente, el cual le indica que el título puede ser la mejor despedida o la garantía suficiente para seguir.

Por Fabián Mauricio Rozo Castiblanco

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