“El negocio es el siguiente le dijeron a Cristina una tarde, a la salida del colegio: nosotros le pagamos la operación de los senos y le financiamos un curso de inglés y otro de francés. Luego usted nos paga con trabajo”. Con un sí de la niña, de 13 años, se cerró la contratación. A partir de ese momento ella entraría a hacer parte de una red de prostitución dedicada exclusivamente al turismo sexual, es decir, a atender a los cientos de extranjeros que llegan al país buscando una noche con niñas como Cristina.
Para que casos como el suyo no se sigan repitiendo, este martes, el Instituto Distrital de Turismo y las empresas del sector firmaron un pacto contra la explotación sexual comercial de niños y adolescentes. La idea es que sector privado y Distrito, en compañía de organismos internacionales como la Unicef, desarrollen estrategias para la prevención de esta problemática; que los dueños de hoteles, agencias turísticas, bares, discotecas, rechacen estas prácticas en sus negocios y las denuncien.
En Colombia no hay cifras exactas sobre la explotación sexual de menores. Según la Unicef, hay estimados según los cuales unos 35 mil niños y adolescentes serían víctimas de este flagelo. En Bogotá el turismo sexual se concentra en cuatro localidades: Usaquén, Chapinero, Mártires y La Candelaria. En esta última, según Elsa Cárdenas, de la ONG Renacer, quizá está el problema más grave.
“Este es un sector muy difícil y si no le ponemos cuidado, se va a convertir en el Getsemaní de Cartagena dice Cárdenas haciendo referencia a una de las zonas del país más golpeadas por este problema. A La Candelaria van todos los mochileros en busca de sexo y drogas y en Bogotá es muy fácil conseguir esas dos cosas”. A Renacer llegan niños desde los seis años víctimas de explotación sexual.
Uno de los firmantes del pacto fue Paul Martin, representante de la Unicef para Colombia. En entrevista con El Espectador, Martin aseguró que la erradicación de este problema es un asunto de Estado y de compromiso social.
¿Cuáles son los retos de Colombia para combatir esta problemática?
El desafío es lograr una legislación, tipificar estos delitos y sancionar fuertemente a los involucrados. No solamente a los criminales que lideran el negocio sino a los clientes, a los facilitadores y a los intermediarios. El segundo desafío es la participación de la industria de turismo. Este es un tema de responsabilidad social y empresarial.
¿Quién maneja el negocio?
La mayoría son mafias internacionales que penetran en los países con huecos en su legislación.
¿Tiene alguna relación la explotación sexual con la trata de personas?
Hay un vínculo muy fuerte en el tema de pornografía infantil y en la comercialización de niños y adolescentes a otros países, y que terminan como esclavos sexuales.
¿Cómo está Colombia en comparación con los otros países de la región?
Este es un problema escondido y no hay muchos estudios al respecto. En Colombia hay zonas en las que el problema es reconocido como Cartagena, San Andrés y Bogotá. Sabemos que en el Caribe y en América Central es un problema muy fuerte. Países como Costa Rica realmente se lo han tomado en serio, han hecho campañas y están sancionando fuertemente a los criminales. En América del Sur hay problemas bastante grandes, sobre todo en Brasil, Argentina y Ecuador.