Vukan R. Vuchic es un profesor doctorado de la Universidad de Pensilvania, en donde enseña Ingeniería de Transporte. Su vasta experiencia, que incluye tres reconocidos libros que cubren todos los aspectos de la planeación de transporte para las ciudades, lo ha llevado a ser asesor de distintas ciudades y conferencista invitado en más de 70 universidades alrededor del planeta.
En esta entrevista, el profesor Vuchic realza la importancia de tener sistemas integrados de transporte, además de insistir en la necesidad de que la capital del país desarrolle un sistema de metro.
¿Cuál es el gran reto en materia de movilidad para las ciudades en general?
El gran reto es que exista una relación entre los diferentes modos de transporte. La tendencia en general es hacia el uso del carro particular. Pero cuando todos usamos el carro, el resultado es una congestión tan grande que hace colapsar todo el sistema. Esta congestión puede ser un problema serio para la ciudad, no sólo en términos de movilidad, sino en deterioro económico y ambiental. La dependencia del carro particular no puede ser promovida en ciudades grandes. Para estas ciudades debe existir un transporte masivo de calidad, con metros y buses en la superficie. Estos modos de transporte, cuando están debidamente coordinados, no sólo proveen un mejor servicio, sino también uno más económico.
¿Para una ciudad del tamaño de Bogotá es necesario tener un sistema integrado de transporte?
Sí, por supuesto. Si se quiere tener un sistema atractivo y eficiente, es absolutamente necesario que todos los modos de transporte funcionen de manera coordinada.
¿Ese sistema integrado debe ser manejado pública o privadamente?
Debe haber una organización que funcione como una especie de sombrilla: una empresa pública que pueda controlar tanto operadores privados, como públicos, pero que vele, por sobre todas las cosas, por la calidad del servicio al usuario.
Hay varias voces que atacan la conveniencia de construir un metro en la capital. ¿Cuál es su opinión frente a esta crítica?
Yo creo que es absolutamente necesario que una ciudad con el tamaño de Bogotá tenga un sistema de gran capacidad que funcione sobre rieles. No debería haber discusión sobre este punto. Uno puede ver alrededor del mundo ejemplos de ciudades con las dimensiones de Bogotá que no tienen metro y el panorama no es alentador: congestionadas más allá de la esperanza y sin capacidad operativa. Bogotá definitivamente necesita el metro. Ahora, el gran error es pensar que algo como Transmilenio puede proveer el mismo servicio, pero a un precio más bajo. Este sistema no puede igualar en calidad, capacidad y confiabilidad la operación de un metro.
Entonces, ¿es el metro la solución milagrosa a los problemas de movilidad?
El metro no es la única solución. No hay ningún sistema de trenes urbanos que funcione sin la alimentación de buses, trenes ligeros, tranvías. No es una discusión de esto o lo otro. La cuestión está en la combinación de los medios de transporte para que cada uno juegue su papel de la manera más eficiente posible. No se trata de construir una línea de metro y esperar a que se solucione todo: no funciona así. Lo que también podría añadir es que nunca es muy tarde para dejar de ir en la dirección equivocada, incluso si así lo parece. A veces es una excusa simplemente no hacer las cosas que se requieren. Lo que hay que analizar es el costo de no hacerlo y, con mucha frecuencia, éste es bastante más alto. Uno tiene que ver hacia adelante para poder definir qué tipo de ciudad es la que quiere. Hay que pensar qué sale mejor para los próximos 10 o 20 años, y no qué es más barato ahora.
Hay quienes dicen que una ciudad no debe invertir tanto en movilidad como en la densificación de ésta.
En teoría, es correcto invertir más en densificar las ciudades para que el ciudadano no tenga que desplazarse tanto. Sin embargo, el principio básico dice que cuando usted planea un sistema de transporte, debe hacerlo en conjunto con la planeación de la ciudad. Es necesario manejar la diversidad. Tener concentradas ciertas actividades muy densas en población, como centros de trabajo, alrededor de líneas de transporte que soporten grandes cantidades de usuarios. Así se alimentan ambas variables: la movilidad y la compactación de los centros urbanos.
En síntesis, ¿cuál sería su recomendación para solucionar los problemas de movilidad de una ciudad como Bogotá?
Mi recomendación sería que construyan varias líneas de metro para la ciudad y, para los suburbios, un tren ligero, cuyo costo es más bajo que el del metro. Así mismo, para las poblaciones cercanas es necesario tener un tren que las conecte con la urbe. Por ejemplo, en México construyeron un sistema de metro bastante bueno, pero ningún tren ligero que conectara las poblaciones aledañas con la capital, hasta hace tres años, cuando se vieron obligados a hacerlo. Ahora ya abrieron una línea y están comenzando a desarrollar más.
¿Cómo lograr un equilibrio entre las soluciones de movilidad y el medio ambiente?
La clave son los sistemas que utilizan energía en vez de combustibles fósiles. Mientras más viajes se realicen en trenes, y no en carros, mayor es el ahorro en polución y en deterioro ambiental en general. Las ciudades que dependen de los carros no son sostenibles.
En sus libros, usted desarrolla la idea de la ciudad habitable. ¿Qué la constituye y cómo lograrla?
Es una en la que se combinan, principalmente, tres cosas: viabilidad económica y social junto con desarrollo ambiental. ¿Cómo lograrla en términos de movilidad? Bueno, hay cosas como que los buses que funcionan con diesel no sólo contaminan más, sino que hacen menos atractiva una ciudad para invertir y vivir, por ejemplo. En cualquier gran ciudad del mundo, como París, Tokio o Moscú, la mayor cantidad de personas se transporta en medios que dependen de la energía eléctrica, que no ejerce una presión ambiental tan severa, lo que mejora sustancialmente la calidad de vida de las personas. Así mismo, los sistemas como los metros, por su posibilidad de ir debajo de la tierra, pueden llegar al corazón de las ciudades sin tener que destruirlo todo para poder alcanzarlo. Esto genera un impacto menor en la estética y el paisaje urbano.
¿Qué es el Sistema Integrado de Transporte?
El Sistema Integrado de Transporte (SITP) es tal vez la mayor apuesta en materia de movilidad que se ha emprendido en los últimos 50 años en Bogotá. Pretende integrar, con el control de una sola entidad y con un recaudo unificado, los más de 20 mil buses de servicio público que hoy operan en la ciudad, agrupados en 66 empresas afiliadoras, más el sistema de transporte masivo Transmilenio y las futuras redes de metro que se tienen proyectadas. En el esquema del sistema sólo estarían 13 grandes empresas, que operarían igual número de zonas. La licitación aún no se ha cerrado. El SITP debe entrar en operación a principios del próximo año.
Foro sobre sistemas integrados de transporte
El Espectador trae a Bogotá a dos destacados expertos en sistemas de transporte para discutir los alcances, problemas y beneficios de los sistemas integrados de transporte. Uno es el profesor norteamericano Vukan Vuchic, quien enseña ingeniería de transporte en la Universidad de Pensilvania. El otro es el doctor chileno en ingeniería civil Juan Carlos Muñoz, quien fue uno de los asesores del Ministerio de Obras Públicas de este país en el proyecto Transantiago, que es la apuesta de sistema integrado de transporte de la capital chilena. Hoy en día, además de docente universitario, también es asesor del metro de Santiago de Chile, uno de los más eficaces del continente.
Ambos expertos debatirán el próximo viernes 25 de junio, en el Salón Rojo del Hotel Tequendama, sobre la importancia de establecer sistemas integrados de transporte para ciudades que buscan solucionar sus problemas de movilidad.