“Con nuestras tecnologías podemos duplicar el tiempo de vida del relleno Doña Juana, hacer que se produzcan menos lixiviados (líquidos que resultan de las degradación de los desechos) y optimizar la recolección de basuras en la ciudad”, asegura Gianaldo Martinelli, representante de la empresa Macpresse Europa, encargada del manejo de los residuos en más de 30 países.
Su propuesta es la implementación del proceso de enfardado, un sistema que en este momento es utilizado en países como Italia, Corea, Alemania, Francia y Colombia, en el relleno de Envigado, Antioquia. Este consiste en compactar los residuos sólidos , que pueden estar clasificados o no, en fardos o paquetes que después son plastificados, en una sola operación continua. “La basura es comprimida en cubos de 1,10 metros por 1,80 metros. Cada paquete de basura tiene una densidad mínima de 1.000 kilos por metro cúbico, mucho mayor que la densidad que lograrían en la compactación con el sistema actual”, explicó Martinelli.
De esta forma, las seis mil toneladas diarias de residuos que ahora son transportados hasta Doña Juana en los camiones de recolección, serían primero llevados hasta una estación de transferencia en donde se haría el proceso de compactación y después serían transportados en cubos, empacados en plástico, hasta el relleno.
Las estaciones de transferencia estarían ubicadas en el sur, centro y norte de la ciudad en lugares de desarrollo industrial. Según el representante de Macpresse estos centros de acopio no presentarían problemas de contaminación para los vecinos del lugar. La empresa ha pensado, incluso, en que el futuro tren de cercanías podría ser el encargado de transportar los cubos de basura desde las estaciones de transferencia hasta el relleno.
“De esta forma, Doña Juana realmente sería un relleno sanitario, se reducirían los tiempos de uso de los camiones recolectores, se aprovecharía en más del doble el espacio del relleno y se disminuiría la contaminación en las zonas de depósito de las basuras. Los desechos, al estar comprimidos y empacados con plástico, se protegen de la humedad y las lluvias ayudando a que se produzcan menos lixiviados. Tendríamos un relleno seco”, argumentó Martinelli.
La empresa Macpresse asegura que con el proceso de enfardado las basuras están comprimidas a un punto tal que se aumenta la temperatura en el proceso de descomposición y los líquidos que en este momento se convierten en lixiviados serían evaporados.
La misma empresa está desarrollando los estudios para implementar este tipo de sistema en el relleno de Medellín. Según el estudio, con el enfardado se reducirían los costos por tonelada de basura de 60 mil a ocho mil pesos. Martinelli asegura con este sistema de manejo de basuras no incrementaría los costos actuales, pero se abstuvo de decir cuanto costaría este sistema sin antes tener un estudio actualizado sobre las basuras de la capital.
Hace cuatro años la empresa Macpresse estuvo en conversaciones con el Distrito para implementar este proceso, pero para ese entonces cambiaron a los gerentes de la UAESP (Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos), entidad encargada del relleno. “Nosotros alcanzamos a hacer un estudio parcial para Bogotá, pero después nadie más se interesó en el tema. Si se hubiera hecho algo en ese entonces, Doña Juana tendría más años de vida en este momento”, asegura Martinelli.
Según Nicolás Umaña, representante de la empresa Proactiva, actual encargada del manejo del relleno, “la tecnología que se usa hoy está certificada y validada internacionalmente. Existen nuevas tecnologías que se están utilizando en otras partes del mundo y que han probado algunas bondades, pero éstas son sustancialmente más costosas”.
Por su parte, la secretaria del Hábitat, Catalina Velasco, aseguró que existen muchas tecnologías diferentes que se utilizan en todo el mundo para el tratamiento de las basuras. “Lo que estamos haciendo en este momento es analizar las alternativas para que cuando se acabe la prórroga con Proactiva, a finales del próximo año, se tome la mejor decisión para el futuro del relleno de Doña Juana que según hemos podido establecer tiene 12 años más de vida útil”.
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