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Una tarde en el Metro…Teusaquillo

La posibilidad de que este teatro sea vendido trajo nostalgia a sus habituales asistentes.

Gabriela Amar/ Colaboración del lector
21 de junio de 2008 - 03:01 a. m.

Podría sonar como una historia de los Hermanos Marx (por Una noche en el circo), pero no lo es, o al menos no del todo. Antes de que Bogotá tenga su primera línea de Metro (de paso me animo a proponer a la calle 34), quiero dejar un testimonio del Metro… Teusaquillo, antes de que se cierre el telón.

Ubicado en la calle 34 entre carrera 13 y Avenida Caracas, el Teatro Teusaquillo se eleva discretamente como el último de los históricos y legendarios teatros de Bogotá. La calle 34, declarada hace algunos años por el Concejo de Bogotá como ejemplo de conservación arquitectónica, se supone que debería ser una demostración de los avances de la ciudad, no sólo en materia urbanística, sino sobre todo en lo que concierne el medio ambiente. En  la calle 34 no se permiten avisos publicitarios hechos en materiales distintos a la piedra o al mármol, y aunque algunos comerciantes cumplen con la norma, la mayoría no lo hace.

El recorrido por la calle 34 se inicia a la altura del Concejo, y luego de caminar cerca de veinte cuadras, se termina en el Parque Nacional. Del monumento de Luis Carlos Galán al monumento de Rafael Uribe Uribe. Como lo ven, es un sendero lleno de historia y de significaciones que pesan hondo en nuestra memoria. No es muy largo el camino. Después de media hora, nos encontramos con el Metro… Teusaquillo.

Hoy, cuando me propuse escribir esta crónica, fui a ver la película Kafka, la verdad oculta. Una joya para los amantes de la literatura. Desafortunadamente fui la única asistente a la proyección, del antiguo matiné. Eso (y el hecho de que ya no haya venta ni de dulces ni de maíz) me hizo pensar que quizá el Teatro esté en sus últimas funciones y me animó a dejar esta huella. Los laberintos, y los claroscuros kafkianos no podrían verse mejor en otra parte, más que en el Teusaquillo. El teatro, que tiene actualmente dos salas, es un templo del pasado. Un pasadizo casi secreto hacia los confines del cine de autor, y del cine extemporáneo.

Ojalá esta breve crónica sea leída por amantes de las ciudades, al estilo de Silva o de Italo Calvino. Es una invitación para pasear por la calle 34, y es también un llamado a la Alcaldía y al Concejo para velar por el cumplimiento de las viejas normas, que tienen mucho de simbólico e inactual. A los lectores les recomiendo perderse una tarde cualquiera por los sutiles pasajes del Metro… Teusaquillo, antes de que sea sólo una estación (más) del futuro Metro. Bienvenido el Metro, pero sin dejar atrás todos los vestigios (los pocos que quedan) de la vieja Bogotá de nuestros abuelos.

Cifras del teatro Metro Teusaquillo

900

millones de pesos es el precio de este teatro. Los dueños ya han escuchado ofertas pero todavía no se ha concretado el negocio.

10

personas, en promedio, asisten diariamente a las dos salas de cine del Teusaquillo, cuando antes lo visitaban 1.500 espectadores.

Por Gabriela Amar/ Colaboración del lector

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