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La Iglesia del Voto Nacional se cae

Con 100 años de historia, la Iglesia se desmorona. Este templo se erigió para conmemorar la paz una vez terminada la Guerra de los Mil Días. Hoy está rodeada de una guerra más oculta: la de la indigencia, las drogas y la muerte.

Laura Juliana Muñoz
09 de febrero de 2009 - 11:00 p. m.

En la entrada de templo, los olvidados de Dios o del Estado extienden la mano y piden sin cortesía algo de dinero. Justo al lado de la iglesia del Voto Nacional queda la calle del ‘Bronx’, un mercado negro con andenes que hacen las veces de camas para los habitantes de la calle, donde se consiguen drogas, armas y problemas. Según el párroco Darío Echeverry, al frente del templo, cada vez son menos los que se atreven a entrar al recinto sagrado por miedo a la inseguridad de la zona.

El Voto Nacional fue declarado un monumento nacional hace 34 años, lo que supone el apoyo de Patrimonio Nacional y del Distrito para conservarse con el paso del tiempo. Sin embargo, hoy esta iglesia, ubicada en la calle 10ª con carrera 15, se cae y sus secretos y tesoros, que bien podrían ser el centro de la atención de turistas y ciudadanos, se deterioran sin piedad. De las cruces de bronce que adornaban los imponentes portones de madera  no queda mucho. Sólo algunos vestigios en la parte superior, donde no han podido llegar las manos de los ladrones. Adentro el deterioro es evidente. Las gigantescas columnas que sostienen la iglesia parecen pintadas con moho, resultado de las filtraciones de lluvia. Grandes trozos se desprenden de los lados y profundas grietas atraviesan las bases de este templo.

A lado y lado del Voto Nacional se posan varias estatuas de santos, vírgenes y otros monumentos que representan la devoción de las regiones de principios del siglo XX, cuando fue construido el templo con ayuda del Estado. Cada uno es diferente, pero tienen en común estar rodeados por pinturas que se enroscan como serpentina y que con el tiempo dejan ver la pared y, cuando ésta se cae, hasta las vigas del lugar.

No son pocos los espacios en los que el techo se ha caído. Justo arriba del altar hay un hueco ovalado de unos dos metros de diámetro. Al lado hay un lienzo de una santa a la que se le aparece Jesús y a la que últimamente también se le han aparecido decenas de rasgaduras. Otras pinturas, obras del artista bogotano Ricardo Acevedo Bernal, aún pueden ser salvadas de correr la misma suerte.

¿Por qué es importante salvar este templo? De acuerdo con el padre Darío Echeverry “es un referente del pasado, de la paz y de la reconciliación”. El 22 de noviembre de 1902 el gobierno de José Manuel Marroquín firmó el Decreto 820, en el que se acordó construir la iglesia del Voto Nacional, también llamada la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús, como un símbolo que anunciara la paz de Colombia y la reconciliación de los partidos Liberal y Conservador después de la Guerra de los Mil Días. Los terrenos para la obra fueron donados al costado sur del parque Los Mártires, un monumento a los patriotas de la Independencia. El arquitecto Julio Lombana erigió un templo al estilo grecorromano con 17 metros de altura, 65 de profundidad y un obelisco en piedra de sillar que hoy en día permite ubicar la Basílica a metros de distancia. En 1918 la obra estaba terminada.

Echeverry asegura haber hecho todos los trámites ante el Ministerio de Cultura y Patrimonio Histórico para que el templo fuera restaurado, ya que la limosna de los feligreses no alcanza ni para los servicios: “Aún la respuesta definitiva está en veremos debido a que, se supone, no tienen recursos”. Mientras tanto este monumento histórico se desmorona, enterrando consigo valiosas obras de arte como pinturas, esculturas, vitrales y toda una composición arquitectónica que alguna vez representó la esperanza nacional, la misma que hoy pierden los sujetos que, justo al lado de la iglesia, se dejan llevar por la escoria del ‘Bronx’.

Por Laura Juliana Muñoz

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