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Educación desde la cuna

Ministros de todo el continente, reunidos esta semana en la ciudad de Cartagena, insisten en que la enseñanza antes de los cinco años es crucial para el desarrollo de los niños y de los países.

Pablo Correa / Cartagena
20 de noviembre de 2007 - 10:34 a. m.

Al nacer, el ser humano apenas cuenta con el 20% de la masa cerebral que tendrá a los siete años de vida. En otras palabras, el 80% del cerebro se forma después del nacimiento, especialmente, en los primeros tres años, que resultan cruciales pues es allí cuando se produce el mayor número de conexiones neuronales. Paradójicamente, los sistemas educativos han sido diseñados para captar a los niños y niñas después de los cinco años. Para muchos expertos, una edad a la que la suerte ya está echada.

Pero la equivocación no ha sido sólo del sistema educativo. En una encuesta realizada en el país, se encontró que el 40% de los padres consideraba que sus hijos menores de cinco años no estaban en edad para asistir a una institución educativa. Nada más contrario a la opinión de expertos en neurociencias, psicología y pedagogía y a los resultados de diversos estudios.

Uno de ellos, con una sólida evidencia en este sentido, corresponde a una investigación en la que se hizo seguimiento a un grupo de niños afroamericanos de familias con bajos ingresos en Estados Unidos desde 1962. Los investigadores efectuaron un registro anual de los participantes desde los tres hasta los 11 años y luego a distintos intervalos hasta los 40 años de edad. Cuatro décadas después de iniciada la investigación, los resultados fueron contundentes: el cociente intelectual de los menores que participaron en programas de aprendizaje temprano era mayor a los cinco años que los niños que no entraron al programa. Más aún, quienes recibieron educación temprana terminaron estudios superiores en una proporción mayor y tenían una percepción de ingresos más altos a los 40 años que quienes no participaron en el programa. En cifras brutas, el beneficio fue 17 veces mayor para quienes recibieron educación temprana.

"No podemos permitirnos posponer la inversión en los niños hasta que sean adultos ni tampoco esperar a que entren en la educación primaria, un momento que puede resultar muy tarde para intervenir", comentó hace algún tiempo John Heckman, Premio Nobel de Economía en 2000. Una opinión que comparte su colega Amartya Sen, también Premio Nobel de Economía: "No hay una inversión que pueda rendir más beneficios para los individuos y para la sociedad en su conjunto, que la realizada en la primera infancia, en particular, en la educación inicial". Para los firmantes de la Declaración de Educación para Todos en Jombiem (Tailandia) el mensaje era claro: los aprendizajes empiezan con el nacimiento.

Incluso antes. Expertos de la Unesco, estiman que un niño nacido de una madre sin instrucción tiene dos veces más posibilidades de no ser escolarizado que aquél cuya madre ha recibido alguna educación. Por esto, el Ministerio de Educación de Colombia y de otros países de la región, están tan empeñados en apuntar esfuerzos y recursos a la primera infancia, en especial, a las capas sociales más vulnerables, como la estrategia más certera para cerrar brechas sociales. "La educación es el mejor equalizador social", argumenta Carlos García de Alba, de la Secretaría de Educación Pública de México.

Aunque la Quinta Reunión Interamericana de Ministros de Educación reveló el entusiasmo y voluntad de los gobiernos de la región para trabajar en este sentido, algunas cifras muestran que la tarea es titánica. Según Gaby Fujimoto, especialista del Departamento de Educación y Cultura de la OEA, "a pesar de los esfuerzos en todo el mundo, al menos 200 millones de niños menores de cinco años no van a alcanzar su verdadero potencial".

Un esfuerzo integral

La educación inicial plantea retos nuevos a los gobiernos. Se trata de una educación que no implica exclusivamente desarrollos cognoscitivos sino también sociales, emocionales y que en caso de poblaciones de bajos recursos, exige un apoyo en salud, nutrición e higiene. ¿Cómo lograrlo? Cada comunidad debe descubrir el mejor esquema. "No es sólo jugar y cuidar niños", comentó durante la cumbre de esta semana en Cartagena, María Victoria Peralta, directora del Instituto Internacional de Educación Infantil de la OEA, y agregó: "No hay una receta fácil".

Los esquemas considerados dentro de las políticas del gobierno son diversos. Unos se enfocan en centros comunitarios, otros en instituciones formales e incluso, se están desarrollando modelos donde son los padres quienes reciben capacitación especial para que sean ellos quienes se ocupen de la educación de sus hijos en casa.


El mercado editorial ha sabido aprovechar esta última tendencia y la oferta de recetas es amplia: Educación infantil de 0 a 3 años: una guía práctica, Aprender a educar con cuentos, El desarrollo intelectual, Juegos para el desarrollo de la inteligencia o Fortaleciendo la facultad cerebral del bebé, son algunos de los títulos en los estantes de las librerías para ofrecer pistas a los padres interesados en educar a sus bebés. Decenas de páginas de internet también ofrecen guías, consejos, juegos, como apoyo a la educación inicial en la propia casa.

En Colombia, según el Censo 2005, existen 4,2 millones de niños menores de cinco años. De éstos, el 67%, no recibe ningún tipo de atención relacionada con cuidado, protección y educación. A pesar de esto, Colombia es uno de los pocos países del continente que ya cuenta con unas directrices y una política clara sobre educación inicial, además de proyectos en curso. La meta para 2010 es ofrecer esta educación a 400.000 niños menores de cinco años.

Según la Ministra de Educación de Colombia, Celia María Vélez, 40.000 niños ya hacen parte del esquema de educación inicial en el país. "Lo que queremos está planteado en términos de competencias básicas, las mismas que estamos evaluando en otros niveles. Queremos que los niños desarrollen competencias comunicativas, enriquezcan el lenguaje, sean capaces de oír cuentos y entenderlos, y de contar historias. También el pensamiento abstracto, ordenando series, y en ciencias estimulando la curiosidad. La gente cree que están jugando pero están desarrollando toda la capacidad educativa. A través de juegos y del arte, se desarrollan competencias cognitivas".

Los beneficios de la educación inicial son tan claros para los expertos y los gobiernos, que a los niños que están por nacer ya les espera una tarea tan pronto salgan del útero: matricularse en algún centro educativo lo antes posible.

Entrevista a la Ministra de Educación, Cecilia María Vélez, quien presidió la Quinta Reunión Interamericana de Ministros de Educación.

¿Se dice que existe una política sobre educación inicial pero no una costumbre entre los padres?

En países con diferencias culturales, con población indígena o rural, los padres piensan que los niños no deben ir a la escuela antes de los cinco años. Eso es un problema cultural complicado. La solución puede ser alternativas diferentes como entrenar a los padres en educación inicial. Es una de las modalidades más interesantes que estamos implementando. Estamos ofreciendo un preescolar no escolarizado, en el que se tiene un equipo que entrena y tutorea a los padres. Para zonas como Chocó o zonas rurales sería importantísimo.

Uno de los dilemas de esta educación es el desarrollo cognoscitivo versus el desarrollo social. ¿Que opina?

Son todas esas competencias. La socialización misma está desarrollando competencias. Lo que queremos está planteado en términos de competencias básicas, las mismas que estamos evaluando en otros niveles. Queremos que los niños desarrollen competencias comunicativas, enriquezcan el lenguaje, sean capaces de oír cuentos y entenderlos, y de contar historias. La gente cree que están jugando pero están desarrollando toda la capacidad educativa. También el pensamiento abstracto ordenando series. En ciencia que pregunten. A través de juegos y del arte, se desarrollan competencias cognitivas.

¿Cómo comprometerse con otro nivel educativo si las metas en los tradicionales como básica y media siguen sin cumplirse?

La educación primaria tiene mucho que ver con esto. Vamos a tener oferta para todos en el 2010, el problema es que los niños se queden ahí. Para garantizar cobertura neta en primaria es necesario invertir en educación inicial. Nosotros no podemos hacer nada más en términos de oferta. El problema es mantenerlos ahí. El problema ya no es que el niño entre a la primaria, sino que salga. Los economistas dicen que es mejor invertir en educación inicial por los beneficios a largo plazo.

Bogotá, Medellín y Antioquia han hecho una apuesta por la educación inicial. Pero, en Bogotá, por ejemplo, se reunen hasta 27 niños, entre dos y tres años, por cada docente.

Obviamente sería mejor tener 12 niños. Pero si uno mira lo que pasó en los países asiáticos, hicieron ese desarrollo con grupos numerosos. El problema es más la metodología y la relación. Esos maestros necesitan técnicos de soporte. Con una combinación entre maestros y personal de apoyo se logra el control de grupos entre 25 y 30. No es lo ideal pero es manejable.

¿Qué sacó en claro con la Cumbre de Ministros?

En la Cumbre queríamos promocionar todas las políticas en Latinoamerica y ver como van los países. Los países que tienen políticas como Chile van adelante. Estamos estudiando también otros modelos. Estuve en Suecia, y es un esquema parecido al nuestro. El ministerio responsable de la protección se ocupa de ese aspecto y el ministerio de educación de la enseñanza. En lo que coinciden todos es que la flexibilidad en la llegada de los niños al sistema es importante. Hay que adaptarse a las condiciones distintas con metodologías distintas.

Por Pablo Correa / Cartagena

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