Dice que Juan Manuel es la víctima de la propaganda sucia; que es humilde, diplomático, prudente, respetuoso y “convencido de que Colombia necesita un gobierno de unidad nacional” que él presidiría.
Cecilia Orozco Tascón.- ¿En la campaña de Santos calcularon un hecho tan asombroso como el fenómeno de popularidad repentina de Mockus?
Rodrigo Rivera Salazar.- La verdad, no. Siempre hemos pensamos que en una contienda presidencial se expresa una combinación de espacios políticos y que el antiuribismo tendería a alcanzar lo que obtuvo en 2006, esto es, el 38%. Cualquier desempeño superior a ése, debería encender las alarmas en una campaña estrechamente conectada con el legado político del presidente Uribe, como en efecto sucedió cuando las encuestas hicieron evidente ese fenómeno.
C.O.T.- ¿A qué le atribuye que una campaña bisoña como la del Partido Verde esté compitiendo de tú a tú con una tan ‘profesional’ en la política como la de la U?
R.R.S.- A la sorpresa y al interés mediático que despertó el hecho de que ascendiera al segundo lugar un actor inesperado, en lugar de alguno de los que, por muchas razones, podían haber competido con mayor fortaleza. De cierta manera, la campaña es como una eliminatoria. En la semifinal se iba a seleccionar el finalista del antiuribismo y el del uribismo. En la final, se escoge al presidente. Salvo el enroque que hubo entre Noemí y Mockus, todo lo demás ha estado dentro de lo obviamente previsible.
C.O.T.- Estos años, el péndulo político estuvo del lado de Uribe y de la línea dura de la seguridad. ¿El rápido crecimiento electoral de Mockus no querrá decir que ese péndulo se movió hacia el otro extremo, el de los derechos?
R.R.S.- Un efecto del éxito en la seguridad democrática fue que la gente perdió el miedo a regresar al pasado. Con Juan Manuel Santos esa seguridad está garantizada. Entonces concentramos el mensaje de campaña en trabajo, educación, vivienda, salud, porque la gente quiere mucho más y tiene todo el derecho. Y porque gracias a los éxitos de Uribe, la agenda no tiene que ser defensiva y de supervivencia, sino inspiradora y exigente. El siguiente paso de Colombia, el que Santos quiere liderar, será consumar en el campo económico y social hazañas comparables a las que se dieron en seguridad.
C.O.T.- Uno podría decir, al menos como hipótesis, que más bien la gente del común se cansó de tanto escándalo político y de la percepción sobre el abuso del poder. ¿Esta no es una de las razones del éxito de Mockus?
R.R.S.- Hay dos clases de ‘gente del común’: una, la que ve favorablemente a Uribe, y otra, la que descalifica todo lo que el Presidente hace. Es obvio que para los antiuribistas lo que usted sugiere en su pregunta es válido. Pero los que vemos con buenos ojos al Presidente, creemos que él ha tomado las decisiones correctas. Y somos el 70% de los colombianos. A todo ese antiuribismo que no reconoce nada bueno de Uribe, sí lo veo alineado con Mockus.
C.O.T.- El uribismo se dividió en la U, Cambio Radical y el Partido Conservador. Me parece que su candidato “coquetea” con Germán Vargas, pero se distancia de Noemí Sanín.
R.R.S.- Se equivoca. Juan Manuel tiene respeto por sus competidores. Hay mayores afinidades con unos que con otros, pero tiene la clara convicción de que será un presidente para todos y de que las mejores ideas de las otras campañas pueden ser importantes en el gobierno que él presidirá. Juan Manuel cree que el país necesita un gobierno de unidad nacional.
C.O.T.- ¿Desde cuándo? ¿Tal vez desde cuando la competencia se puso tan reñida y por eso quiere atraer a las otras fuerzas políticas?
R.R.S.- Cuando me invitó a gerenciar su campaña, el 15 de marzo, Santos fue explícito en que trabajara en el acuerdo nacional del que yo venía hablando para mantener la seguridad democrática. De modo que para mí, se trata de una convicción que le nace del corazón.
C.O.T.- Santos ha dicho que en su campaña se cometieron errores. ¿Cuáles equivocaciones de fondo, no de forma, admiten ustedes?
R.R.S.- Creímos que, hundida la reelección, nadie se atrevería a lanzarse contra el presidente Uribe y que la contienda sería contra otro candidato o candidata uribista. Dejamos que la campaña girara alrededor de la mecánica política, de encuestas, de ataques a Uribe y a Santos, y de opiniones sobre otros candidatos. Nos desligamos de Uribe en la publicidad y, entonces, la propaganda sucia, que no le hace mella al Presidente, empezó a afectar la campaña de Santos. Lo importante fue que, como en un reality, los colombianos vimos el drama de Juan Manuel y también lo vimos engrandecido en la adversidad, dando un timonazo a la campaña que nos puso nuevamente adelante en la carrera.
C.O.T.- ¿Santos víctima de la propaganda sucia? Le recuerdo que fue la campaña de ustedes la que contrató al experto internacional en campaña negra…
R.R.S.- Por sus frutos los conoceréis. Los que hablan de decencia, no hicieron otra cosa que atacar despiadadamente a Uribe y a Santos apenas advirtieron que la competencia no era entre uribistas. En cambio, la campaña de Santos no ha hecho otra cosa que plantear propuestas y respetar a los contendores.
C.O.T.- Permítame referirme a casos concretos: la valla en la que pedían votar por Santos y se decía que con Mockus “nos iban a dar por el c…”; y los mensajes a los beneficiarios de Familias en Acción y del Sena, indicándoles que el Partido Verde iba a acabar con esos programas. ¿Todo eso fue hecho por cuál campaña?
R.R.S.- No fue por la nuestra. Por cierto, Juan Manuel ha desautorizado o condenado toda alusión negativa a otros candidatos.
C.O.T.- Si ustedes desautorizaron a los autores de esos actos, ¿saben quiénes son?
R.R.S.- La desautorización ha sido categórica, pero no da lugar a suponer que se sabe o que hay que saber quién está obrando de esa forma. La campaña de Santos se concentra en el mensaje del trabajo y en explicar la forma como crearemos 2 millones 400 mil empleos. Lo demás son cascaritas que nos ponen desde el campo adversario.
C.O.T.- ¿Quiere decir que tanto la valla, como una cuña con Juanes sin autorización de éste, fueron hechas por una campaña rival?
R.R.S.- Quiero decir que no las hizo la campaña de Santos.
C.O.T.- Hay algo que no he podido entender: ¿Por qué se dieron la pela de contratar públicamente a alguien tan polémico como Rendón, con la mala fama que él arrastra?
R.R.S.- Porque Juan Manuel lo conocía personalmente, había trabajado con él en la campaña de la U en 2006 y en el Ministerio de Defensa y tenía una elevada valoración de su talento como consultor político. Él sintió que, en medio de una crisis, era un consejero apropiado y creo que los hechos le han dado la razón. La polémica, paradójicamente, sirvió para poner de presente que la campaña sucia existía, que llevaba cuatro semanas y que tenía como blanco al presidente Uribe, al propio candidato Santos y al Partido de la U.
C.O.T.- Como usted insiste, deme ejemplos concretos, por favor, de campaña sucia contra Uribe y Santos.
R.R.S.- Todos los ataques, especialmente en internet, asustando a la gente con una supuesta guerra con los vecinos, hacen parte de esa campaña. Y los refritos sobre distintos episodios que usó la oposición todos estos años para intentar, infructuosamente, desprestigiar al presidente Uribe.
C.O.T.- ¿No está confundiendo oposición política legítima con campaña sucia?
R.R.S.- No. Han tratado de asustar al país desfigurando el perfil de Juan Manuel Santos, que no ha hecho cosa distinta que cumplir con su deber.
C.O.T.- ¿Cuáles son las líneas de acción que usted, como gerente político de la campaña, le ha recomendado a su candidato?
R.R.S.- La primera, la inclusión. Después del superlíder que ha sido Álvaro Uribe, Colombia necesita un superequipo. Santos tiene las condiciones para liderarlo y la humildad para pedir ayuda a todos los colombianos. La segunda, las propuestas. Cero mecánica política, cero defendernos de ataques, cero alusiones a otros candidatos, total concentración en las propuestas sociales y económicas que, desde un comienzo, Santos concibió como “prosperidad democrática”.
C.O.T.- No sé si mi percepción es tan errada, pero Santos no se caracteriza precisamente por ser un político “humilde” que pide ayuda; ha respondido siempre los ataques y ha pertenecido a partidos basados en la mecánica política…
R.R.S.- Creo que estamos asistiendo a la transición del Santos ministro que conocimos, al Santos presidente que nos ha de gobernar. Lo que le resultaba bueno como ministro, no necesariamente le conviene como presidente. Él es consciente de que debe gobernar para todos y no para una parte del país.
C.O.T.- Es evidente que Santos despierta reacciones negativas en los países vecinos y si él es quien gana, se afectaría el bolsillo de muchos. ¿Abordarán en la campaña ese tema o lo evadirán?
R.R.S.- Lo abordaremos. Antes que un soldado, Juan Manuel Santos es un diplomático y sabe combinar firmeza con prudencia. Es un líder experto en enfrentar duras tormentas, navegar por objetivos y obtener buenos resultados. Así lo hizo como ministro de Comercio Exterior, de Hacienda y de Defensa. Con los vecinos, entre más amistad, más claridad. Todo eso lo podemos defender con buenas maneras diplomáticas.
C.O.T.- Me sigue sorprendiendo su apreciación sobre Santos: él ¿un “diplomático prudente”?
R.R.S.- Al país hay que recordarle lo que fue el Santos diplomático que negoció el pacto mundial de cuotas del café. O el que abrió los mercados de Venezuela, Ecuador y otros países cuando fue ministro de Comercio Exterior; o el que logró acuerdos impensables con partidos políticos y congresistas para adoptar duras medidas que sacaron a Colombia de la recesión hace una década. Él ha sido un servidor público que hace la tarea y así lo hizo también como ministro de Defensa. Pero tiene un talento natural para conciliar y resolver problemas.
C.O.T.- ¿Esa cantidad de caras de Santos no significan que es frío y calculador?
R.R.S.- Significa que es eficaz y que es la clase de gerente que necesitamos para sacar adelante la agenda que tenemos por delante.
C.O.T.- A usted le atribuyen la tarea de convencer a los congresistas liberales de pasarse a la U. ¿Esos parlamentarios acompañan subrepticiamente a Santos?
R.R.S.- Los ciudadanos liberales, en una gran mayoría, ya están acompañando las propuestas sociales de Juan Manuel Santos.
C.O.T.- ¿Por cuenta suya y de su capacidad de convencerlos?
R.R.S.- Por cuenta del acento social que Juan Manuel resolvió darle a su campaña.
C.O.T. Algún cargo les deben haber prometido. ¿O es pura ideología?
R.R.S.- Les hemos ofrecido lo mismo que a todos los colombianos, en público y en privado: trabajo, trabajo y trabajo.
C.O.T.- Con puestos, puestos y puestos…
R.R.S.- Como le decía, 2 millones 400 mil nuevos empleos (que se crearán en cuatro años) también les importan a los políticos responsables.
C.O.T.- Los parlamentarios de otros partidos, por ejemplo, los conservadores y los de Cambio Radical, ¿abandonarían también a sus candidatos por apoyar a Santos?
R.R.S.- Los parlamentarios tienden a seguir la opinión de sus bases. Si seguimos ganando apoyo en la gente, los parlamentarios seguramente lo expresarán así, tan pronto tengan la libertad de hacerlo.
¿Ingrato con César Gaviria?
Rodrigo Rivera fue representante, senador y precandidato del Partido Liberal. Su carrera política creció al lado del ex presidente Gaviria hasta cuando decidió apoyar la campaña de la U:
C.O.T.- ¿Por qué usted terminó en la U, si era de los liberales más cercanos a Gaviria?
R.R.S.- Sigo siendo liberal y, sin dejar de serlo, ejerzo la gerencia de la campaña de Santos.
C.O.T.- ¿No cree que fue ingrato con Gaviria y con el partido que le dio tantos honores?
R.R.S.- He sido grato con mi país, que me ha dado todas las oportunidades.
C.O.T.- ¿Cómo son hoy las relaciones suyas y de Santos con el ex presidente?
R.R.S.- Respetuosas y cordiales.
C.O.T.- ¿Es cierto, como se ha dicho, que Gaviria y Santos tuvieron un fuerte altercado, en mitad de una reunión social, por razones políticas?
R.R.S.- No es cierto. Han sido y son muy buenos amigos; y estoy seguro de que terminarán juntos en este proceso.
C.O.T.- ¿Significa entonces que los medios que hablaron de ese rifirrafe mintieron?
R.R.S.- Esa versión hace parte de la guerra de rumores con que han tratado de hacerle daño a Juan Manuel.
C.O.T.- ¿Cómo se entienden ustedes con Rafael Pardo?
R.R.S.- Con respeto. Con Rafael Pardo siempre tuve una cordial relación personal, que espero que no se haya alterado por el rumbo diferente que tomamos en política.
La Fiscalía, “una rueda suelta”
C.O.T- Explique, por favor, la propuesta de Santos de ‘fortalecer’ la justicia penal militar.
R.R.S.- Se trata de garantizar que los hechos punibles cometidos en servicio por miembros de la Fuerza Pública sean juzgados por esa jurisdicción en temas que no son del dominio de la justicia ordinaria.
C.O.T.- Pero queda la sensación de que quieren poner a salvo a los militares que delinquen.
R.R.S.- No puede haber impunidad, pero tampoco una justicia que desconozca el funcionamiento básico de nuestras Fuerzas Armadas. Por eso se requiere una jurisdicción fuerte que no pueda volverse a señalar como una puerta hacia la ausencia de castigo.
C.O.T.- Y ¿La propuesta de que la Fiscalía sea parte del Ejecutivo?
R.R.S.- Apunta a garantizar que esa entidad rinda cuentas y responda políticamente por su eficacia. Hoy es una rueda suelta.
C.O.T. ¿No es inconveniente proponer que el Fiscal sea subalterno del Presidente cuando hay pendientes investigaciones tan graves contra altos funcionarios del Ejecutivo?
R.R.S.- Es posible. Y esa es la razón por la cual Santos defiende la idea, pero está dispuesto a aceptar que sólo se aplique en el gobierno que lo suceda.
C.O.T. - ¿Incluso si él se hace reelegir?
R.R.S.- Sería necio hablar de reelección antes de haber sido elegido.