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“Me voy satisfecha”

Las reconocidas diplomacia y capacidad de interlocución de Noemí Sanín la han hecho salir bien librada de varios cargos que ha ocupado en el exterior. Luego de 5 años, 2 meses y 18 días de estar en la Embajada de España, la embajadora empaca maletas y se va para Londres.

Érika Fontalvo / Madrid
20 de febrero de 2008 - 02:59 p. m.

A pesar de las críticas que se han hecho a su gestión, muchos opositores del gobierno de Álvaro Uribe reconocen su labor diplomática y confirman el progreso que durante su paso por Madrid lograron las relaciones entre Colombia y España.

El viernes, justo antes de dejar la embajada, Noemí Sanín habló con El Espectador. Aseguró que trabajó mucho para acabar con el estereotipo de que “Colombia es igual a violencia y narcotráfico” y advirtió que esa percepción ha ido cambiando durante los últimos años gracias al trabajo de los inmigrantes. “Si bien hay situaciones que siguen ocurriendo con colombianos que cometen delitos en España, lo cierto es que ese trabajador cumplido que llega a tiempo a la cafetería, al hospital, que va a la universidad, y es honesto, perseverante, que atiende sus obligaciones, eso es lo que más influye en la imagen de Colombia”, aseguró la Embajadora.

Desde que Sanín estuvo al frente de la Embajada se incrementó la inversión española en el país. Dijo que “Colombia es el país que más inversiones extranjeras recibió en Latinoamérica en los últimos 7 meses”, y reconoció el papel decidido de muchas empresas españolas que decidieron invertir en el país. Sobre esto señala que España es el segundo inversionista de Colombia.

“Cuando yo llegué, prácticamente todos los inversionistas tenían pleitos con Colombia, eran 17 pleitos muy importantes y ahora sólo nos queda algo, que ojalá se resuelva, que es el problema del metro de Medellín”, agregó.

Con los ojos llorosos, el corazón arrugado y un nudo en la garganta, se despidió de Madrid. El viernes dejó el cargo para emprender otros rumbos. En pocos días llegará a Londres como la nueva embajadora ante el Reino Unido, un destino conocido y un puesto que desempeñó entre 1994 y 1995, y al que renunció tras conocer la acusación formal de la Fiscalía General de la Nación contra el presidente Ernesto Samper por la infiltración de dineros del narcotráfico en su campaña presidencial.

¿Se va con la satisfacción del deber cumplido?

Colombia cada día ocupa un espacio mejor en España. Se va conociendo más profundamente y se va admirando. Se va queriendo a los colombianos. El crecimiento económico, las mejoras en la seguridad, en el respeto por los derechos humanos, la confianza inversionista, todo se va percibiendo y se va valorando. Sí, se puede decir que me voy satisfecha.

Pero esa imagen no sólo obedece a un gobierno que está dando buenos resultados y a un país que en todo mejora, eso influye muchísimo, sino también a unos inmigrantes. Cada uno de los 550 mil colombianos que viven en España está dejando muy bien a Colombia con su trabajo honesto, con su cumplimiento, con su puntualidad. Todos los jefes y patronos españoles me hablan muy bien de sus empleados colombianos.

¿Cuando llegó cuál era su principal inquietud?

Tenía muchas, pero una de las más importantes era cómo los ahorros de miles de colombianos, pagados mes a mes a la seguridad social colombiana, no se perdieran. Personas que habían trabajado 15 años, 8 años, 10 años, venían a España con una preocupación muy profunda y decían: “Vamos a perder nuestra pensión”. Hoy, el Convenio de Seguridad Social es una realidad. Yo les digo a mis colombianos en España que les cumplí.

¿Qué fue lo más duro?

Cuando vine, el estigma de ser colombiano, por la connotación de narcotráfico y violencia, era muy profundo. Además estaba la situación de irregularidad de miles y miles de colombianos, que era muy difícil. Finalmente, gracias a un acto de valor de la administración actual del presidente  José Luis Rodríguez Zapatero, se logró la regularización de 700 mil inmigrantes sin papeles, entre ellos, casi 60 mil colombianos trabajadores, honestos y cumplidos.

¿Cómo le gustaría que la recordaran?

Como una persona que les sirvió a sus compatriotas, que fortaleció las relaciones entre los dos países y que estuvo siempre atenta a las necesidades de los colombianos residentes en España y a colaborar en muchos frentes.

¿Qué le espera en la Embajada del Reino Unido?

En 1994, durante mi paso por la embajada ante el Reino Unido, se logró consolidar la relación política y comercial de Colombia con los británicos. Espero contribuir en lo que más pueda a seguir fortaleciendo esos lazos entre los dos países.

¿Y su futuro político?

No sé. No es momento de hablar de eso. Por ahora voy a Inglaterra, no sé por cuánto tiempo, a trabajar por el país.

Por Érika Fontalvo / Madrid

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