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Monarquía en crisis

Mientras el rey Juan Carlos todavía intenta deshacerse de las repercusiones de la Cumbre Iberoamericana, un nuevo escándalo sacude la Casa Real: la separación, tras doce años de matrimonio, de la infanta Elena y Jaime de Marichalar. Un año con más fallas que aciertos para la Corona.

El Espectador
20 de noviembre de 2007 - 11:39 a. m.

Sin duda el 2007 no fue el mejor año para la corona española. El anuncio de la separación de la Infanta Elena de su esposo, Jaime de Marichalar, es el último episodio de una larga lista de hechos no tan afortunados que sucedieron en la Casa Real. El anuncio del cese temporal de la convivencia matrimonial de los duques de Lugo confirmó meses de rumores en que se hablaba de una grave y prolongada crisis en la relación.

La Infanta Elena, primogénita de los reyes Juan Carlos y Sofía de España, contrajo matrimonio con Jaime de Marichalar el 18 de marzo de 1995 en la catedral de Sevilla, ante más de 1.300 invitados y representantes de 33 casas reales. Pero el distanciamiento vino pronto. Aunque se les veía juntos en muchos eventos públicos de todo tipo, rumores palaciegos advertían que la relación se había enfriado.

Durante mucho tiempo la corona negó la crisis de la pareja. Más aún cuando en 2001 Marichalar sufrió un accidente vascular. La enfermedad hizo que cesaran los rumores porque tanto doña Elena como toda la familia real no se movieron del hospital en que fue ingresado. Año y medio después, en mayo de 2002, Marichalar sufrió otro problema vascular, cuando viajaba en un avión de Iberia a París para presenciar la final de tenis de Roland Garros. Meses después del segundo accidente vascular, la pareja se trasladó a vivir a Nueva York para que Marichalar siguiera un programa de rehabilitación especial.

El duque de Lugo, que pasaba muchas horas realizando duros ejercicios en el gimnasio, comenzó a sufrir signos evidentes de tristeza y depresión. La Infanta se mantuvo a su lado y comentó a algunos de sus más íntimos amigos que estaría al lado de su esposo hasta que se recuperara completamente. Así fue. Cuando Marichalar logró una evidente recuperación sobrevino la crisis que terminó con el contundente aviso de La Zarzuela esta semana.

De caricatura

No es el único hecho incómodo en el seno de la familia real. A comienzos de año se presentó la primera crisis familiar: la muerte de Erika Ortiz, hermana de la princesa de Asturias. Érika murió el pasado 7 de febrero, con tan sólo 31 años y dejó huérfana a una niña de seis. Lo que más incomodó a los Reyes fueron los fuertes indicios de que la hermana de la princesa se habría suicidado.

No terminaban de recuperarse de este impasse cuando se desató la polémica alrededor de los príncipes de Asturias, Felipe y Letizia Ortiz, por cuenta de una caricatura aparecida en el mes de julio en la revista humorística El Jueves, en donde dibujaron al príncipe heredero haciendo el amor con su esposa. El caso, que fue calificado como un insulto al príncipe Felipe y a la corona, mereció que un juez condenara a los dos dibujantes a pagar una multa de US$4.370 cada uno por "vilipendiar a la Corona de la forma más gratuita e innecesaria".

El escándalo se remonta a mediados de año, cuando un juez ordenó la confiscación de los ejemplares de la revista de los quioscos callejeros por considerar que su portada era un insulto a la familia real. Los acusados, el caricaturista Guillermo Torres y el escritor Manuel Fontdevila, dijeron que no fue su intención ofender a la familia real. Sin embargo, el juez no les creyó y los condenó por delitos contra la corona. El fallo desató una polémica sobre la libertad de expresión en España y su relación directa con la realeza. Reporteros Sin Fronteras emitió un comunicado en el que exige respeto para la labor de los comunicadores y dice que "es urgente reformar la legislación relativa a los delitos contra la Corona, a fin de adecuarla a la sociedad de la información".


De puertaspara adentro

En materia doméstica, los Reyes debieron soportar con estoicismo una dura protesta en Cataluña en la que se quemó una imagen del monarca. Esto se presentó a mediados de octubre en Terragona, donde un centenar de jóvenes independentistas catalanes se concentraron frente al Ayuntamiento bajo frases como "Los catalanes no tenemos Rey" o "Si el Rey quiere corona, que venga y el cuello le cortaremos", según informó la prensa.

Después se desató una crisis diplomática con Marruecos por la gira real a las ciudades de Ceuta y Melilla. Los Reyes decidieron visitar por primera vez estos enclaves españoles del norte de África y desataron la furia marroquí. El clima de tensión llegó a su punto más alto cuando desde el país africano calificaron a la visita de "provocación" y llamaron a su embajador a consulta, lo que puso en peligro las relaciones diplomáticas entre ambos estados. El gobierno español todavía tiene esa "papa caliente" entre las manos, pues la solución todavía está embolatada.

Y como si esto fuera poco, el reciente rifirrafe del Rey Juan Carlos con Hugo Chávez en la Cumbre Iberoamericana de Chile terminó por complicar al monarca. Al grito de "¿Por qué no te callas?", el Rey quiso poner punto final al discurso de Chávez, en el que calificó de "fascista" al ex presidente español José María Aznar. Tras el incidente, el Rey se retiró de la sala del centro de convenciones chileno donde se llevaba a cabo la Cumbre Iberoamericana y cerró abruptamente su participación.

Apoyo al Rey

Desde que comenzaron todos estos sucesos se han escuchado duras críticas a la Casa Real. El senador del Partido Nacional Vasco (PNV), Iñaki Anasagasti, se sumó a los más críticos para tachar a la familia real en su blog de "pandilla de vagos". Unas palabras que el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y el Partido Popular (PP) le instaron a rectificar al tiempo que elogiaron el trabajo de la institución. Desde un programa radial de la cadena Cope y, en concreto, desde el programa matinal que presenta el locutor Federico Jiménez Losantos, se llegó a pedir la abdicación del Rey.

Don Juan Carlos se ha defendido en diferentes actos públicos diciendo que "la Monarquía parlamentaria que sustenta nuestra Constitución ha determinado el más largo periodo de estabilidad y prosperidad en democracia vividos por España, gracias a valores como la convivencia, el entendimiento y el respeto mutuos, la tolerancia y la libertad".

Pero, al parecer, los españoles respaldan a su Rey. Según las últimas encuestas, el 69% de los españoles cree que la monarquía parlamentaria es el sistema político ideal para España, frente a un 22% que preferiría una República. En general, la imagen de la Corona es buena en todas las clases sociales. "¡Que viva el Rey!".

Otros divorcios en la realeza

Sin duda, el 2007 ha sido el annus horribilis del rey Juan Carlos, la historia de las Casas Reales están llenas de desamores. El caso más reciente es el divorcio del príncipe Joaquín de Dinamarca, hijo menor de la reina Margarita, quien se separó en el 2005. Ya está comprometido con la francesa Marie Cavalier.

El precedente en la Familia Real inglesa lo marcó la princesa Margarita, hermana de la reina Isabel, al separarse oficialmente de Anthony Amstrong-Jones en 1976. La reina Isabel calificó 1992 de Annus horribilis y fue, en gran parte, por las separaciones de sus tres hijos mayores. El Príncipe de Gales se divorció de la princesa Diana en 1996. En 1992, la princesa Ana firmó el divorcio de su primer marido, el capitán Mark Phillips y celebró su nueva boda con Tim Laurence. Por último, los duques de York, el príncipe Andrés y Sarah Ferguson decidieron dar por finalizado su matrimonio ese año, si bien el divorcio fue ratificado en 1996. La princesa Irene, hermana de la reina Beatriz de Holanda, disolvió su matrimonio con Carlos Hugo de Borbón Parma en 1981 y no hay que olvidar el divorcio de la princesa Carolina de Mónaco de Philippe Junot en 1980.

Por El Espectador

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