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La ‘Madame Rochy’ en la encrucijada

A través de un emisario que fue condenado durante el proceso 8.000, la protagonista del libro propone conciliación para retractarse. Se revela la identidad de ‘Madame Rochy’. Nuevas demandas por lavado de activos y concierto para delinquir.

Norbey Quevedo H.
27 de diciembre de 2007 - 10:46 a. m.

El pasado jueves, a mediodía, se descubrió el secreto. Madame Rochy dio la cara y un empresario ex condenado en el proceso 8.000 salió a representarla en busca de conciliación. Segundo tiempo de la obra del periodista Alfredo Serrano Zabala ¿Las prepago?, que vendió escándalo de reinas y paramilitares, modelos y narcotraficantes, famosas y políticos, hasta que una de las vedetes de sus historias decidió enfrentarlo en los estrados de la justicia: Natalia París denunció a la fuente por lavado de activos, concierto para delinquir e inducción a la prostitución, y a ella y el autor, por injuria y calumnia. Réplica del tamaño del revuelo bibliográfico. Disputa que se libra por cuenta del chisme.

Y que de paso motivó a la famosa Natalia París a emprenderla también, a través de su abogado Abelardo de la Espriella, contra el hijo mayor de Gilberto Rodríguez Orejuela, Fernando Rodríguez Mondragón, y el periodista Antonio Sánchez, coautores del reciente libro El hijo del ajedrecista, quienes ahora enfrentan una tutela que pretende recoger los ejemplares de su obra y la de su homóloga ¿Las prepago?, por violación a los derechos fundamentales a la honra, el honor, la intimidad y el buen nombre. Pelea de autores y fuentes calientes contra celebridades, con dos actores más que tendrán que comparecer ante la denuncia: las editoriales Oveja Negra y Quintero Editores.

Rochy, la dama de compañía y colega de relaciones públicas del fallecido periodista Alberto Giraldo, enfrenta ahora un serio dilema: aunque sabe que los periodistas no pueden ser obligados a revelar sus fuentes, entiende que una cosa es responder por difamación y otra distinta explicarle a la Fiscalía cómo se lavaron los dineros de los hermanos Rodríguez Orejuela y otros mafiosos, a través de una bien concertada empresa dedicada al exhibicionismo, la droga y el sexo. Por eso, quien dice ser su representante, ya entró en contacto con la oficina del abogado de Natalia París y está por saberse cómo se va a saldar este peliagudo litigio. Lo escrito, escrito quedó, pero Natalia quiere revancha.

Según la modelo, ninguno de los libros incluyó alusión alguna a los aspectos virtuosos o meritorios de su vida, “construida con base en el ejercicio profesional del modelaje”, sino que apelaron a “mentiras sobre su vida sexual”, desdibujando completamente su imagen. Por eso busca neutralizar la circulación de los libros y prohibir su reimpresión. “Cuando su nombre es presentado como una ‘prepago’ o un ‘juguete sexual’, existe un exceso periodístico que vulnera derechos fundamentales e incurre en expresiones injuriosas”, añade su abogado Abelardo de la Espriella, quien pretende que, conforme a las pretensiones de moda, exista “verdad, justicia y reparación con su cliente”.


Lo más paradójico de la réplica de la modelo Natalia París es que no se quedó en la defensa de su buen nombre a través de los métodos tradicionales contra la injuria o la calumnia, sino que decidió irse lanza en ristre contra la fuente del periodista Alfredo Serrano, es decir, contra la enigmática Madame Rochy, porque en medio de sus revelaciones, terminó confesando que la empresa que constituyó con el periodista Alberto Giraldo, incluso con número de identificación tributaria, se hizo con dineros de los hermanos Rodríguez Orejuela. Y, en su criterio, hubo lavado de activos, concierto para delinquir e inducción a la prostitución.

Y como la pelea es con todo, el segundo paso, después de radicar las denuncias y tutelas del caso, es que el velo que cubría la identidad de Madame Rochy, ya cayó también. El Espectador pudo establecer con las autoridades que el nombre de Madame Rochy es Consuelo García, pero en el mundo de los Rodríguez Orejuela, Alberto Giraldo y sus pares, siempre fue conocida como Carolina Duarte, hoy residente en el norte de Bogotá, en el sector de La Colina Campestre. Desde el momento de la publicación ya tenía claro lo que iba a suceder: “todas las agraciadas niñas que figuran en el libro me caerán encima y dirán que no fueron”.

Por su parte, el periodista Alfredo Serrano, autor de ¿Las prepago?, un polémico reportero santandereano que ya había formado roncha con su anterior libro La batalla final de Carlos Castaño, en el que reveló secretos inéditos del mundo paramilitar y sus principales colaboradores, sostuvo que él personalmente no piensa conciliar nada, va a ir hasta el final de cualquier litigio y ya está recaudando pruebas que respalden todas sus afirmaciones y aquellas que puso en boca de Madame Rochy. “Estoy buscando a personas que estuvieron con ella, de tal manera que si se necesita más de una fuente, habrá quién ratifique cada dato incluido en el escandaloso libro”.

En cuanto al tema particular de Natalia París, el periodista Serrano sostiene que no da para una acusación de injuria y calumnia. “Lo que pasa es que el abogado de la modelo quiere englobar en su cliente todo el tema del libro. Pero su caso es lo de menos, y así me lo han hecho saber mis abogados. Yo lo que estoy pensando más bien es en sacar la segunda parte de ¿Las prepago? e incluso ya hablé con la propia Madame Rochy, a quién por ahora no le veo disposición de conciliación alguna. Muchas personas me han llamado y la han llamado y hay gente que conoce muchos secretos de reinas, actrices, presentadoras, periodistas y modelos. Además, es bueno que el país las conozca mejor”.

Mientras tanto, la única que ha salido a darle la pelea ha sido Natalia París. Pero el libro, que ya se vende en edición pirata en los semáforos de las principales ciudades del país, dejó muy mal paradas a otras famosas. La lista es larga. Lady Noriega, Lully Bosa, Aura Cristina Geithner, Rocío Bohórquez, Lizeth Mahecha, Olga Salgado, Liliana Mesa, Tatiana Enciso, Catalina Ceballos, Lina María Gaviria, Andrea López, Rosmery Bohórquez, Sandra Muñoz y Paula Andrea Muñoz, entre otras. Todas estudian la posibilidad de emular la estrategia de Natalia París, principalmente en procura de desmentir las historias de Madame Rochy.

A su vez, Natalia París no se explica por qué las demás afectadas con la publicación no han presentado demandas. “Yo sí lo tengo claro: voy a ir hasta el final y quiero que a la tal Madame Rochy la metan a la cárcel. Esto es lo más duro que me ha pasado en la vida. Yo soy una mujer decente y con valores. Pido justicia y que se siente un precedente, para que mañana cualquier bandido no salga a decir lo que quiera sobre las modelos, los empresarios o los políticos”, resaltó la modelo paisa, quien precisó además que su madre, que ejerce el derecho, también decidió sumarse a la ofensiva jurídica contra autores, editoriales y fuentes de los controvertidos libros.


“A mí lo que más me duele de toda esta bochornosa situación es mi hija Mariana, de 7 años de edad. Ella no sabe ni entiende nada de lo que pasa, pero sí me ha preguntado insistentemente por qué estoy tan mal. A veces no sé qué hacer, pero lo único que tengo claro es que voy a pelear por mi reputación y mis valores. Lo que se publicó sobre mí es una infamia. Y yo espero que si la tal Madame Rochy se retracta de lo que le contó al periodista, los medios de comunicación y todos quienes le hicieron eco a la publicación, le otorguen el mismo espacio que le dieron al escándalo”, puntualizó Natalia París Gaviria, al reiterar su poder al abogado De la Espriella para que la defienda atacando.

El Espectador conoció que inicialmente Madame Rochy, ante la perspectiva de enfrentar una denuncia por injuria y calumnia, estaba confiada en sortear los careos del caso. Sin embargo, ante la opción de que prosperen las denuncias por lavado de activos y concierto para delinquir principalmente, ya salió del ostracismo un polémico empresario que otrora fue uno de los primeros condenados en el proceso 8.000 y que la propia Madame Rochy refiere en sus confesiones. De su mano, como ayer cuando obraba como contacto de los Rodríguez Orejuela o Alberto Giraldo, está buscando un camino más corto para aguantar el contraataque de las “agraciadas niñas” que hoy dicen: “jamás”.

Por Norbey Quevedo H.

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