Esta semana el país se vio sorprendido con la aparición de unas grabaciones aportadas por el radioaficionado Pablo Montoya, un músico invidente que aportó cuatro casetes con las conversaciones que sostuvieron los altos mandos militares durante la recuperación del Palacio de Justicia en noviembre de 1985. Lo paradójico de esas grabaciones es que éstas circularon de mano seis meses después de ocurrida la toma y retoma del Palacio de Justicia, sin que entonces la sociedad ni la justicia se declararan conmovidas.
Además, en noviembre de 1986, el fallecido periodista Manuel Vicente Peña, en su libro Las dos tomas, entre las páginas 111 y 172, transcribió las más escabrosas revelaciones de esos diálogos con dos particularidades: Primero, que el autor, en carta dirigida al entonces presidente de la República Virgilio Barco, le dijo que formalmente le entregaba las cintas magnetofónicas. Y segundo, que el mismo autor, en una constancia para la historia, le advirtió al país en su texto que los casetes se los entregó al procurador general de la Nación Carlos Mauro Hoyos.
Y la paradoja es mayor porque no sólo las grabaciones presentadas por el escritor y periodista Manuel Vicente Peña quedaron en los anaqueles de la historia. Los periódicos El País de España, en junio 22 de 1986; El Espectador, en enero 2 y junio 24 de 1986; El Mundo de Medellín, en junio del mismo año, y El Bogotano, durante los días 13, 16, 17, 18 y 19 de junio del mismo 1986, publicaron el contenido de las mismas cintas magnetofónicas, en las que aparecen órdenes y diálogos entre oficiales de las Fuerzas Armadas durante el operativo del Palacio de Justicia el 6 y 7 de noviembre de 1985 (Ver facsímil).
Lo que se publicó
En las publicaciones mencionadas aparecen crudas grabaciones en las que a través de códigos militares se evidenció una realidad que fue ignorada en ese momento crucial de la historia del país.
Las revelaciones parten con algo diciente:
"Paladín 6 (Posible clave del general Rafael Samudio, ministro de Defensa). R. Entiendo que no han llegado los de la Cruz Roja. Por consiguiente estamos con toda la libertad de acción y jugando contra el tiempo. Por favor apurar, apurar a consolidar, y acabar con todo...".
Luego, aparece otra grabación sobre las 7 p.m. del 6 de noviembre de 1985, siete horas después de la toma del Palacio:
"Arcano 6 (Supuesta clave del general Jesús Armando Arias Cabrales, comandante de la XIII Brigada del Ejército) ... de todas maneras aquí vamos a intentar controlar este sector que nos ha dado molida en el 4° piso. Ya inclusive disparamos un ‘ambrus' (posible cohete o mortero), desafortunadamente parece que no operó, pero seguimos acá".
"Paladín 6 (General Samudio Molina). Dígame cómo sigue la situación".
"Arcano 6 (General Arias) En atención a la situación de incendio de proporciones mayúsculas, entonces fue necesario evacuar, se mantiene un dispositivo en la parte externa...".
-"Paladín 6 (General Samudio). La situación aquí se enfrió. Que haya acción, que haya ruido. Que si necesita más munición le coloca toda la que necesite...".
- "Coraje 6 (General Vega Uribe). ¿Cómo me decía Paladín que algunos magistrados informan que mataron a Reyes Echandía? ¿Cómo sería la muerte de él?".
-"Arcano 6 (General Arias). R. De los que evacuamos, que presumíamos se trataba de personal magistrados por la vestimenta, se verificó había cinco magistrados y de ellos informaron al comandante de Debog (Policía Bogotá), le informaron que desafortunadamente los bandidos lo habían asesinado, pero no hemos encontrado su cadáver. Cambio".
"Coraje 6 (General Vega). Y el asesinato, ¿cuándo fue? Cambio".
"Arcano 6. R. No tuve la información porque los evacuaron inmediatamente para darles servicio médico en el Hospital Militar. Cambio".
Otra de las grabaciones que aparecen como la gran revelación por estos días fue la muerte del guerrillero del M-19 Andrés Almarales:
"Coraje 6 (General Vega Uribe). Sí, a ver que dentro de los que salen retenidos, no se nos vayan a mezclar. Cambio".
"Paladín 6 (General Samudio) R. Sí, porque inclusive tenemos información de que Otero se nos salió con la cédula de muerto, pero, pero, pero bueno... y Almarales está vivo y que lo llevaron a una unidad de P.M....".
Pero así como el país y las mismas autoridades del momento terminaron atónitos por los hechos, estas grabaciones difundidas hace 21 años no alcanzaron a conmover a nadie. Sólo la semana pasada fue que se vinieron a afectar a la sociedad y las autoridades vuelven a descubrir lo que el país ya sabía: el libro de horror y barbarie que fue escrito durante la toma y la retoma del Palacio de Justicia.