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Y llegó la crisis

Las señales de recesión en Estados Unidos tienen temblando al mundo. Mientras los índices de las bolsas de valores caen estrepitosamente, las economías emergentes se preparan para el chaparrón.

Angélica Gallón Salazar
21 de enero de 2008 - 04:32 p. m.

Esta semana, la información económica estuvo en la primera página de todos los diarios y logró que muchos desprevenidos que suelen cambiar de canal cuando empiezan las noticias económicas, se llevaran las manos a la cabeza ante los graves anuncios. Los medios llamaron la atención del mundo entero con el aviso de que Estados Unidos oficialmente había entrado en la tan temida y anunciada recesión.

La actual crisis económica estadounidense empezó a fraguarse justamente después de las medidas de ayuda que tomó la Reserva Federal para superar la crisis de 2001, cuando reventó la burbuja de las empresas de internet. Con unas tasas de interés por el suelo y con el repunte histórico de los precios de la finca raíz, varios bancos empezaron a prestarle dinero a gente que no tenía historia crediticia o que estaba reportada.

En medio de la confianza y la tranquilidad, los bancos financiaron hasta el 100% de las hipotecas a cambio de unos puntos más de intereses con los que podrían cubrirse los riesgos. “Los bancos decidieron sacar bonos sobre esos créditos y así obtener una rentabilidad extra, que a la vez los habilitaba para seguir prestando”, explica el analista Álvaro Camaro, de la comisionista de bolsa Stanford.

Camila Pérez, analista de Valores Bancolombia, complementa: “Lo novedoso fue que esos créditos se empaquetaron y se emitieron papeles que con una calificación triple A se ofrecieron como una inversión con un retorno muy bueno”.

El problema empezó a vislumbrarse cuando la gente se atrasó en sus pagos porque la burbuja de la construcción (que hizo que muchos se volcaran a adquirir vivienda alentados por la idea de que al mes siguiente iban a venderla por un 20% más) empezó a desinflarse y los precios a estancarse. “Adicionalmente, el Banco Central había subido las tasas de interés y encareció las hipotecas y la gente tuvo menos posibilidad de refinanciar a menores precios”, asegura Camaro.

Empezó así una gran bola especulativa. La gente no pagaba, y si había un retraso en la cartera, los títulos que se habían emitido sobre esos prestamos empezaron a no poder responder. Pero además, como el riesgo se había transferido de tal manera que, por ejemplo, un crédito que valía un dólar lo convirtieron un papel de 4 ó 5 dólares, no se pudo cuantificar exactamente el monto de las pérdidas. “Hasta ahora empezamos a saber cuáles son los castigos en los balances de los bancos, se habla de US$100 billones”, añade el analista.

Con los precios de la vivienda cayendo, con una pérdida de liquidez del sistema financiero y con una tasa de desempleo del 5%, se terminaron de prender las alarmas, que además, coincidieron con el negro panorama mundial de los precios del petróleo, que llegaron a los US$ 100 por barril; eso, sin contar con la alta devaluación del dólar frente a otras monedas.

“Toda esta coincidencia, más el inicio de reporte de utilidades de los bancos que empezó esta semana, es lo que causa la crisis. El mercado está esperando que se reúna la Reserva Federal a finales de mes y recorte las tasas mínimo en 50 puntos básicos, pero podría ser más agresivo. Eso aliviaría un poco la situación de los mercados”, puntualiza Pérez, de Valores Bancolombia.

El gran dominó


Uno de los primeros efectos visibles ante la inminencia de que Estados Unidos decrezca es que los norteamericanos, por el efecto pobreza, se van a mostrar más austeros y van a consumir menos (el 70% del PIB de EE.UU. está sustentado en el consumo). Si eso sucede, consecuentemente el país empezará a importar menos y, teniendo en cuenta que Estados Unidos es uno de los grandes compradores del mundo, “los precios de las materias básicas como el oro, los alimentos y el petróleo van a bajar; las exportaciones van a valer menos y el nivel de las ventas al exterior de los países emergentes decaerá. Es el gran dominó”, explica Juan Carlos Echeverri, de la firma EConcept

Camaro, por su parte, asegura que en la medida en que países como Colombia empiecen a exportar menos hacia su gran socio estratégico, el déficit de la balanza comercial va a ser cada vez más grande, “con un agravante: que este año el Gobierno colombiano va a hacer una importación de tipo militar de US$ 1.600 millones; luego el hueco se va a hacer gigante y, de ser prolongada la crisis, el déficit de la cuenta corriente en la balanza comercial va a hacer que el tipo de cambio explote”.

El efecto de la recesión sobre los mercados bursátiles también se ha dejado sentir con fuerza. Las bolsas de Tokio, Australia y Singapur han mostrado números en rojo, igual ha pasado con bolsas como las de Perú y Colombia, que registran caídas del 10% en lo corrido del año. “El efecto en el mercado bursátil colombiano es completamente de contagio psicológico”, explica Camila Pérez, “porque los flujos de los mercados extranjeros hacia Colombia son mínimos en la bolsa (menos del 2% de las transacciones diarias), pero la gente se asusta. Los colombianos ven las noticias y salen a vender sus acciones a precios que no deberían”, explica la experta.

“En Colombia tenemos un entorno muy ridículo”, asegura tajantemente Camaro, porque “tenemos acciones cayendo estrepitosamente, la deuda pública desvalorizándose y la plata yéndose quién sabe para dónde, porque a diferencia de Brasil y México, acá nadie está comprando dólares”. Lo que el analista de Stanford ve que se está dando en el país, es una preferencia por liquidez. “Cuando la gente tiene miedo, se dedica a tener la plata en los bolsillos, en las cuentas de ahorros o corrientes, pero la consecuencia de esto es una devaluación del tipo de cambio”, vaticina Camaro.

Mientras se espera que el Banco Central de Estados Unidos baje las tasas de interés, el analista Juan Carlos Echeverri prevé dos efectos. “El primero es que como en Colombia la inflación va para arriba y las tasas han subido, es posible que los capitales extranjeros busquen tasas de interés más altas y en esa medida migren con fuerza hacia el país”. Pero también se puede dar el efecto contrario, que en teoría se conoce como ‘escape hacia la calidad’, “que consiste en que en los momentos de recesión e incertidumbre, los inversionistas mundiales buscan estar en sitios seguros, y los más seguros, paradójicamente, son los bonos del tesoro americano. Eso implicaría que los capitales salen de los países emergentes para posarse en Estados Unidos”.

Blindaje, ¿efectivo?


Ante la inminencia de la crisis, que sin duda tiene la potencia de afectar a todas las economías del mundo, el Gobierno colombiano ha tomado algunas prevenciones, como la colocación que hizo hace algunas semanas de US$ 1.000 millones a través de bonos, con lo que consiguió, sumado a las US$ 300 millones que traía del año pasado, financiar el 50% de sus necesidades externas para 2008. “En la medida en que el Gobierno tenga menos necesidades de financiar su déficit con requerimiento del exterior, va a ser menos vulnerable a las hostiles condiciones externas”, asegura Álvaro Camaro. Adicionalmente, el Gobierno viene sustituyendo la deuda externa por deuda interna, lo que permitirá que “el día que haya una devaluación muy grande su contribución no se dispare de una manera incontrolada”, añade el analista.

Otra de las estrategias es la consecutiva alza en las tasas de interés, que busca tener un efecto de enfriamiento en el loco consumismo en el que ha entrado el país. Sin embargo, y a pesar de todas estas medidas, los analistas consultados hacen un llamado al Gobierno para que equilibre sus cuentas fiscales (todavía el déficit del Gobierno central es de más de tres puntos del PIB) y promueva la libertad de comercio con otros países. Aunque algunos expertos, menos ortodoxos, le sugieran que “aguante el chaparrón y rece, porque todos dependemos de que China no caiga y Venezuela no nos castigue más”.

¿Qué es una recesión?


“Técnicamente, una recesión es una corrección de las decisiones que se tomaron con base en unas expectativas muy altas que no resultaron tan buenas. También se corrigen  las pérdidas que trajeron los riesgos que se tomaron con esas falsas expectativas”, explica Juan Carlos Echeverri, analista de EConcept. La recesión también está ligada a las continuas caídas de los indicadores de crecimiento económico y cuando los empresarios y las familias pierden confianza en el país, lo que afecta las inversiones, el gasto y la demanda.

La Bolsa, en picada


Según los analistas, la precipitada caída de la Bolsa en Colombia no sólo está afectada por el difícil panorama internacional. Además del efecto causado por los continuos aumentos de las tasas de interés, otro de los grandes agravantes tiene que ver con la cantidad de acciones que se han comprado a crédito. “Ahora muchos compradores de acciones a crédito ven que no tienen con qué pagar o muertos de pánico están saliendo a vender acciones como las de Ecopetrol a precios ridículos”, señala el analista Álvaro Camaro.

Los nuevos dueños del mundo

La gran crisis económica de Estados Unidos ha despertado un interesante fenómeno. Los pocos países que tienen capital de sobra para prestar, como Arabia Saudita, Corea del Sur, Singapur y Kuwait, “están comprando por la puerta de atrás a las empresas norteamericanas insignias”, dice el experto Álvaro Camaro.

Ante la inminente necesidad de capitalización de las empresas norteamericanas (Citigroup recibió US$ 14.500 millones de varios inversionistas; Merrill Lynch, la mayor casa de corretaje, recibirá US$ 6.600 millones), los países árabes y asiáticos están encontrando un destino muy atractivo para sus recursos. “Lo que vemos es que los ricos orientales terminaron siendo socios capitalistas de las empresas occidentales a mucho pesar de todos. Habrá que ver el impacto en el manejo de la propiedad de las empresas norteamericanas en unos años”, expresa el analista.

Contra la recesión


El ministro de Comercio, Industria y Turismo, Luis Guillermo Plata, hace un diagnóstico sobre las consecuencias de la crisis estadounidense.

¿Cuáles son las estrategias del Gobierno para afrontar la recesión en Estados Unidos?


La primera estrategia se concentra en la oferta exportable, buscando el aumento de exportaciones con mayor valor agregado y el aprovechamiento del acceso preferencial que se logra con los acuerdos comerciales (se espera culminar las negociaciones de Canadá y EFTA y lograr una implementación de los TLC con Chile y el Triángulo Norte Centroamericano). La segunda estrategia busca el desarrollo de sectores muy dinámicos en los mercados internacionales.

¿Las crisis afectarán la meta de crecimiento del 5% para este año?


Justamente las estimaciones están recogiendo el menor crecimiento de economías como Estados Unidos y el menor crecimiento de las exportaciones a Venezuela. Sin embargo, no podemos predecir de qué tamaño sean las coyunturas que se registran en el mundo, pero sobre el terreno el Gobierno Nacional irá aplicando los correctivos necesarios.

¿Qué estrategia deben seguir los exportadores para enfrentar la coyuntura?


Es un tanto irreal pensar que se debe reorientar el 50% de nuestras exportaciones. De hecho, sería una tarea imposible de lograr en un corto plazo. En el caso de Estados Unidos se prevé una reducción de la tasa de crecimiento en este año, y no un cierre del mercado; por lo tanto, es posible que se reduzca temporalmente la demanda de algunos productos y que ella se recupere posteriormente.

Por Angélica Gallón Salazar

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