El Magazín Cultural

Una celebración muy colorida

La festividad más importante del sur de Colombia, que se celebra desde 1912, está pensada para complacer a todos los públicos. Niños, jóvenes y artesanos son algunos de los protagonistas de esta jornada que le apuesta a la integración.   

Redacción Cultura
01 de enero de 2009 - 07:00 p. m.

El Carnaval de Negros y Blancos ya dio sus primeros pasos. Desde el 28 de diciembre las tradicionales “inocentadas”, pasando por la Serenata a Pasto, hasta el multitudinario Desfile de Años Viejos del último día del año, contribuyen a que la capital del departamento de Nariño se vea distinta.  

Sin embargo, la fiesta en esencia comienza este viernes, 2 de enero, día en el que la ciudad se despierta con la Ofrenda a la Virgen de las Mercedes, patrona de todos los anfitriones de este carnaval, a quien campesinos y comunidades indígenas de la región ofrecen hermosos arreglos florales al son de bandas musicales. La Virgen de las Mercedes es la encargada de otorgar la licencia para gozar del evento. Contrastando con el carácter tradicional de esta celebración, en la noche el público joven tendrá la oportunidad de gozar de conciertos con artistas como Aterciopelados, Pipe Peláez, Silvestre Dangond y Superlitio.

El sábado, 3 de enero, el turno para disfrutar de la festividad es para los más pequeños, amos y señores del Carnavalito, espacio en el que demuestran su ingenio y creatividad dándole forma a pequeñas carrozas que desfilan por las principales calles.

El domingo se realiza el desfile de la familia Castañeda, encabezado por Pericles Carnaval, quien le da rienda suelta a la diversión colectiva prohibiendo la tristeza. A este evento le sigue una larga parada de comparsas con las que se hace homenaje a personajes emblemáticos de la historia y la vida actual de Pasto. Cuando cae la noche, los tablados populares con orquestas internacionales se toman las principales plazas de la ciudad y la consigna es: diversión sin comparación. 

El 5 de enero es el día del juego con cosmético, denominado “la  pintica”, una pequeña caricia de color negro sobre la piel del vecino, del turista y del amigo. Con este acto se les rinde tributo a aquellos esclavos africanos por quienes se inició esta conmemoración. El siguiente día es, tal vez, el más importante del Carnaval. Los blancos son homenajeados a través de juegos con talcos y harinas, y los artesanos, que han trabajado en la elaboración de sus carrozas, son los protagonistas de un desfile sin igual en el mundo.

El Carnaval tiene corona

Como todos los años, se escoge una joven pastusa para ser la reina del carnaval. Este año le tocó el turno a Ana Milé González, quien recibió el mismo día la corona y su grado como contadora pública. Su misión como reina es promocionar estas fiestas carnestoléndicas, la cultura culinaria pastusa y sus tradiciones, siempre haciendo énfasis en los reales protagonistas, que son los artesanos.

Gracias al talento y al trabajo de estos artistas, la gente puede vivir el carnaval, pues son ellos quienes elaboran con esfuerzo y creatividad las carrozas que recorren la ciudad. El carnaval empieza hoy con la llegada de las colonias y terminará el próximo 7 con el Festival del Cuy, uno de los platos tradicionales.

Por Redacción Cultura

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