En 1989 publicó un libro, El ocho, que la hizo millonaria en lectores y dólares. Casi treinta años después decidió continuar la partida de ajedrez que inició cuando comenzó a escribir su primer best seller con una nueva novela, El fuego (Plaza&Janés). Katherine Neville no muestra apego al dinero, ni miedo a la crisis económica. “Fui camarera y es un oficio que aprendí bien. Si ahora me quedara sin dinero, no tendría ningún problema en volver a ponerme un delantal”.
Esta esbelta mujer, fue modelo, directiva de una empresa informática y asesora del gobierno argelino antes de dedicarse a la literatura: "Tuve la suerte de introducirme en un mundo en el que se necesitaba a gente con ganas de aprender. No sabía escribir a máquina y sigo manejando el ordenador con dos dedos”.
Neville se introduce en la trama de El ocho —publicado en 30 idiomas y con ventas superiores a cinco millones de ejemplares— y de El fuego para explicar que el primero de los libros se inicia con la defensa india del rey y en el segundo con la defensa india de la reina negra. Su protagonista gana la partida gracias a un inesperado movimiento final.
La escritora estadounidense explica en términos ajedrecísticos que El ocho es “como una partida de ajedrez compleja, como las que tantas veces disputaron los grandes maestros Karpov y Kasparov, mientras que El fuego se parece más a un juego rápido, como el que practica la jugadora Susan Polgar”.