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Los trazos de Luis Luna

“Ya no hay tiempo”, “Ni menos ni más”, son las frases que se leen en dos maderos dispuestos sobre el piso y que dan la bienvenida a Ciudades de la noche roja, la muestra que reúne lo más destacado de la obra de Luis Luna en los últimos 10 años.

Lina María Gómez González
21 de agosto de 2008 - 10:12 p. m.

Los maderos con distintas leyendas y que aparecen en varios puntos de la exposición son una obra en sí, que en esta oportunidad complementan las 25 piezas expuestas en el Museo de Artes Visuales de la Universidad Jorge Tadeo Lozano de Bogotá. Son un énfasis de la constante presencia de las palabras en las pinturas de Luna.

Esta muestra es homónima de la novela de William Burroughs, ensayista y crítico estadounidense que ha inspirado varias de las piezas del artista bogotano. “Usar la palabra es una manía de cruzar fronteras, característica del arte contemporáneo. Es traer el lenguaje, no como un grafismo, sino estructurar el cuadro con una frase independiente de su significado. En algunos casos la palabra parece una huella, en otros una sombra dentro de la pieza. Los textos siempre han iluminado mi obra”, explica el artista, quien toma la literatura como un elemento más en la paleta para darle cuerpo a medida que avanza en el trabajo creativo.

Así lo ha hecho en los últimos 10 años de trabajo, tiempo en el que su obra se ha manifestado a través de la exploración de diferentes técnicas y soportes. “El gran cambio que ha tenido Luis Luna es que pasó de la tela a otros materiales, como la madera, el cobre, el aluminio, entre otros. Sin embargo, aunque explora nuevas técnicas, no ha abandonado la pintura. Él es el pintor abstracto de su generación”, describe Ana María Escallón, curadora de Ciudades de la noche roja.

Para Luna, quien aprecia todo desde el punto de vista pictórico, cada superficie produce una susceptibilidad diferente de la imagen. Esa rutina de constante cambio de técnica y soporte no ocurre por simple novedad, obedece a una necesidad expresiva del artista, por ello ha pasado del lienzo al metal, al vidrio y más recientemente al hierro forjado, como parte del proceso creativo de aquellos temas que han caracterizado su obra.

Es así como los viajeros de la Nueva Granada, sus propios viajes, la alquimia y en especial Goya, mundos simultáneos en su obra, aparecen en esta muestra. Goya, como directriz de la exposición, evidencia la admiración de Luna por este artista precursor de las vanguardias pictóricas del siglo XX. Por ello, en su más reciente exploración con hierro forjado, presenta una serie de siluetas que a su vez proyectan una sombra en la pared y que en su mayoría hacen referencia a su trabajo sobre Goya.

La muestra, descrita por el artista como una huella y un testimonio más del arte colombiano, estará abierta al público hasta el 4 de septiembre.

Por Lina María Gómez González

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