El Magazín Cultural
Publicidad

Bajo la batuta de un encantador de oídos

El director y violinista Scott Yoo tendrá la misión de coordinar las habilidades de los integrantes de la orquesta City of London Sinfonia.

Juan Carlos Piedrahíta B.
08 de enero de 2009 - 09:46 p. m.

Quienes lo han visto en escena afirman que es todo un espectáculo. Su pasión por la música recorre todo su cuerpo y, muchas veces, va más allá de sus propios límites físicos. Por eso, sus dirigidos le captan cada uno de sus movimientos y el público, aquel que solamente logra ver al comienzo y al final de sus presentaciones, se alcanza a contagiar con su energía.

Sus indicaciones al frente de la orquesta y de espalda al auditorio siempre son enfáticas. Esa es la única manera que tiene el director norteamericano Scott Yoo para hacer que una orquesta integrada por 20, 50 o más músicos profesionales se escuche como si el sonido proviniera de una sola persona.

Él asegura que no hace milagros, aunque todos los que lo han visto afirman lo contrario, pues solamente los magos y los buenos líderes tienen esa capacidad de poner a funcionar las bondades individuales en beneficio de un colectivo.

Y ese milagro sonoro lo ha hecho con más de una agrupación, y aunque actualmente es el director titular de la Orquesta de Cámara Metamorphosen, Yoo ha tenido la oportunidad de conducir a la Orquesta de Cámara de St. Paul, la Sinfónica New World, la Orquesta Cívica de Chicago, la Sinfónica de Colorado, la Sinfónica de Phoenix, la Sinfónica de Omaha, la Sinfónica de Nashville, la Orquesta de Cámara de Manitoba, la Orquesta Sinfónica Nacional de Estonia, la Sinfónica de Toledo y la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México, con la que realizó uno de los más memorables recitales.

Scott Yoo es uno de los invitados al Cartagena Music Festival, en el que confirmará su talento.

Algunos expertos afirman que la música se divide entre la buena y la mala música, mientras otros afirman que hay multiplicidad de géneros clásicos y populares… ¿cuál es su opinión al respecto?

Creo que es muy saludable que la gente hable y discuta sobre la música en general y de esa manera cada quien se puede construir un fuerte criterio sonoro. Yo interpreto música clásica, pero hay otra gente que tiene otras formas de expresión y respeto eso y lo considero absolutamente válido.

Usted es violinista desde los tres años y director de orquesta desde los 12… ¿la sensación del músico cambia durante las presentaciones al estar de frente o de espalda al público?

Mientras más lo hago más me doy cuenta de que es casi lo mismo. Cuando se dirige una orquesta hay unos requerimientos técnicos diferentes. Sin embargo, cuando se ha dirigido en muchas oportunidades, uno puede encontrar grandes similitudes. En la dirección, por ejemplo, uno siente que forma parte de un gran todo y se siente como si estuviera envuelto en algo mucho más grande. Lo mismo ocurre cuando se toca el violín en un gran concierto integrando un cuarteto... ahí uno siente que es parte de algo que va más allá de sus propios límites. Si hay una gran orquesta, ella debe ser capaz de tocar bien, incluso a pesar de un mal conductor. Pero si uno es un buen conductor y buen músico, puede tratar de convencer a los demás de su punto de vista y entonces la orquesta se convierte en una sola persona. Al director, eso sí, le toca conocer la música mucho mejor que a los demás integrantes de la orquesta.


Usted lleva varias temporadas como director musical de la Orquesta de Cámara Metamorphosen, pero también ha sido director huésped de la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de México… ¿cómo han sido esas experiencias?

Conducir una orquesta pequeña es muy diferente a manejar una orquesta grande. Es como conducir un Cadillac y un Volkswagen. Cuando usted maneja un carro como el Cadillac, se siente poderoso y su timón es tan suave que se pueden usar los dedos para controlar el carro. En cambio, cuando uno conduce un pequeño Volkswagen, si uno está en el estacionamiento tiene que trabajar muy duro, porque toca hacer mucha fuerza para conducirlo. Eso es exactamente lo que pasa con una pequeña o con una orquesta grande. Esta última requiere menos esfuerzo para moverla, pero al mismo tiempo es carro grande, así que de alguna manera si bien es más fácil manejarlo es más complicado dar un giro. Con la orquesta pequeña, en el parqueadero es difícil estacionarlo, pero a la vez es más fácil moverlo y encontrarle un lugar.

Si tuviera que escoger uno de los carros... ¿cuál escogería?

Tengo un Porche de hace 20 años y lo estoy restaurando. Ese es mi pasatiempo y lo voy mejorando lentamente cada año.

Usted fue nombrado recientemente como director musical del Festival de Mozart de San Luis Obispo… ¿podría contarnos un poco sobre este festival?, ¿cada cuánto se realiza’, ¿quiénes son los invitados?

Los invitados vienen de diferentes partes del país. Algunos son de Houston, otros de Los Ángeles, de San Francisco, en fin. Ellos vienen una vez al año para divertirnos. Creo que ese festival, en espíritu, se parece mucho a lo que sucede ahora en Cartagena, en donde dan muchos conciertos en pequeños lugares. Son alrededor de 30 conciertos en 10 días. Es muy divertido.

¿Cuál es su repertorio favorito para interpretar en el violín?

Mi repertorio favorito es, probablemente, la música de cámara. Lo que hago más es dirigir, pero cada año toco y conduzco con la orquesta. Por ejemplo, este año en septiembre toqué las Cuatro Estaciones con la Orquesta New World Sinfoni y también Mendelssohn con la Orquesta Sinfónica de México. Lo que pasa es que me he dado cuenta de que conducir lo consume mucho a uno, así que ya no interpreto tanto como antes.

¿Entonces cuáles sus obras preferidas para dirigir?

Me gustan las obras de Mozart y Beethoven. De hecho en particular mi pieza favorita para conducir la voy a tocar con la City of London Sinfonia en este festival, aunque también me gustan las sinfonías de Mendelssohn y de Schubert, que también forman parte del repertorio que vamos a presentar en Cartagena. En realidad todo lo que tiene contemplado la orquesta invitada está muy bueno.

¿Y cuál es la música que le gusta escuchar en su casa en los momentos de descanso?

Francamente suelo escuchar noticias en mis ratos libres. Tengo un iPod, y la verdad es que pocas veces lo uso para poner música, podcast o audiolibros. Cuando era joven mis profesores me decían que lo mejor era no escuchar la música que uno iba a tocar o conducir, porque se corría el riesgo de intentar copiar a alguien. Voy mucho a conciertos y tengo varios modelos a seguir, pero en cuanto a escucharlo por placer, no lo hago. En el college tomé lecciones de violín con un pianista, tomé lecciones que no correspondían a mi instrumento porque quería tener diferentes opiniones.

¿Usted viene de familia de músicos?

Mis padres no eran músicos, ellos no sabían incluso leer partituras. Ellos trabajaban para compañías aseguradoras, aunque sí tenían un gusto musical muy selecto y en mi casa se escuchaban todos los compositores clásicos.

Además de violinista y director, usted tiene una licenciatura en física de la Universidad de Harvard… ¿todas esas artes y ciencias son compatibles?

No tienen nada que ver. No hay ninguna relación entre esos oficios y la física. Cuando pensé en ir a Harvard me rompí el dedo más próximo al dedo gordo y no estaba seguro si iba a ser capaz de volver a tocar el violín, entonces decidí empezar a estudiar algo más, por si acaso. Estudié física y lo disfruté, pero nunca lo usé del todo. En el college me di cuenta de que no iba a ser un gran físico ni siquiera sabía si iba a destacarme en esa carrera. De cualquier forma quería ser músico. Insistí y me tomó seis meses recuperarme del dedo. Por fortuna lo logré y aquí estoy viviendo de lo que más me gusta hacer: música.


En Colombia el nombre del bajista Édgar Meyer es un ícono de la buena música… ¿cómo fue trabajar con él?

Fue maravilloso trabajar y conocer a Édgar Meyer. Indudablemente él es un genio. Es, sin duda, uno de los mejores bajista que hay en el mundo en la actualidad. Él ha sido invitado por muchas orquestas de América y Europa, porque conocen de sus capacidades. Es un hombre muy agradable, es muy famoso, pero no se siente una estrella y habla con todo el mundo. Su esposa es una gran violinista. A nosotros nos correspondió tocar la segunda parte de la Sinfonía de Schubert, después de hacer su solo con el que dejó al público impresionado.

¿Qué referencias tenía del Cartagena Festival Internacional de Música?

Tenía muy buenas referencias de este evento. Es muy reconocido el festival, porque siempre tiene excelentes músicos y Cartagena es una ciudad muy famosa en todo el mundo. Siempre se habla de su carácter histórico y de su belleza. En verdad estoy muy contento de venir a este festival.

¿Qué conoce de la Orquesta City of London Sinfonia que usted va a dirigir en el Cartagena Music Festival?

La Orquesta City of London Sinfonia es verdaderamente importante para la música clásica en la actualidad. La he escuchado mucho, porque tiene un número importante de registros discográficos. Su director musical, Richard Hickox, es un personaje muy influyente en el desarrollo musical del Reino Unido y su fama ya traspasó las fronteras de Europa. Me siento muy orgulloso de dirigir este colectivo de profesionales.

¿Qué proyectos tiene para este 2009 que está comenzando?

Tengo muchos proyectos. Voy a conducir en Japón y Corea en mayo. Nunca había actuado como director en Tokio. Además, tengo muchos planes para conducir orquestas en la temporada de verano. Voy a asumir el reto de interpretar algunas obras nuevas y pienso también adaptar algunas que ya había interpretado.

City of London Sinfonia, la orquesta invitada

Más de cien grabaciones discográficas confirman la popularidad de esta orquesta, fundada en 1971 por el director musical Richard Hickox.

En el Reino Unido y en toda Europa este colectivo debe cumplir con una agitada agenda que, muchas veces, alcanza un promedio de 150 presentaciones anuales.

Es la orquesta residente en el Korn/Ferry Opera Holland Park y su música llega a diversas poblaciones marginales, gracias a las visitas regionales que adelanta. Y es que la City of London Sinfonia (CLS) ha sido precursora del programa de educación musical en las comunidades de Chatham, High Wycombe, Ipswich y King's Lynn.

Dentro de su extenso repertorio, en el que se destacan por igual obras clásicas y piezas de compositores contemporáneos, se encuentra una serie de óperas del compositor británico Britten, con la dirección de Richard Hickox. Su más reciente grabación es ‘Owen Wingrave’.

Muchos de sus registros fueron realizados con el sello Collegium Records, de propiedad de John Rutter, con el que la CLS adelantó un sinnúmero de acompañamientos orquestales.

Por Juan Carlos Piedrahíta B.

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar