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“Quiero perderme del mundo”: Dayana Mendoza

La actual Miss Universo dice que la Señorita Colombia, Michelle Rouillard, le parece bella, pero no sabe si será su sucesora.

Edwin A. Martínez Tutek / Bahamas
22 de agosto de 2009 - 04:00 a. m.

El 13 de julio del año pasado, la venezolana Dayana Mendoza se convirtió en la mujer más bella del planeta. Catorce meses después, con su carisma y personalidad, la bella modelo no sólo se echó al bolsillo a muchos incrédulos en el mundo, sino que se convirtió en una verdadera activista en la lucha contra el sida. Estuvo en 20 países, visitó hospitales y educó a muchachos en temas como el uso del condón, que en otra época nada tendría que ver con una reina de belleza.

Dayana ya se va, y a sólo un día de que el mundo sepa quién será su sucesora, la linda ojiverde asegura que está contando las horas para entregar su corona, porque quiere apagar el celular, perderse de todo el mundo unas semanas y dormir sin que tenga que estar esclavizada por el reloj para atender sus compromisos.

Ya a punto de despedirse de su corona , ¿qué fue lo mejor?

Lo mejor de todo es que, a diferencia de las chicas que están compitiendo en Bahamas, yo ya no me estoy preparando para nada porque ya gané. Estoy más tranquila por eso y entonces puedo disfrutar más de las cosas en Bahamas.

¿Cuál es la trascendencia de ser Miss Universo?

Yo era de las personas que pensaban que los concursos de belleza no servían para nada y los criticaba mucho, pero ya metida en esto uno tiene la oportunidad de comunicarse más con la gente y entender que no es una fiesta y pura pasarela, sino que es una forma para hacer un cambio en el mundo.

¿Qué mensaje les manda a quienes todavía piensan que estos concursos son un desperdicio de tiempo?

Que en lugar de quejarse tanto, tienen que encontrar la oportunidad de hacer algo por los demás, en lo que sea. Esto a mí me cambió totalmente la manera de pensar y estoy agradecida de haber tenido la fortuna de haber llegado hasta aquí y ver que uno nunca deja de aprender.

¿Qué fue lo que más aprendió?

Definitivamente lo que más aprendí, y bueno, aún estoy aprendiendo, es a ser más paciente y no tan explosiva, porque yo soy de las que quieren que las cosas se hagan ya y las quiero como yo las quiero. Además, como soy muy perfeccionista, eso también me quita el disfrute de las cosas, pues sé que la perfección no existe. Al tener esa actitud lo que pasa es que gastas muchas energía pensando sólo en qué es  lo que puedes lograr.

¿En 14 meses hubo momentos en los que quiso dejar la corona?

No, no tanto así, pero la verdad, estar separada un año de casa es algo que siempre da nostalgia y hubo noches en las que acostada en mi cama me ponía a pensar en mi familia y toda la gente, pero uno entiende que lo que está haciendo vale la pena y con el cariño de la gente que le rodea sales adelante.

¿Qué fue lo más difícil en todo el año?

Creo que a veces el clima fue lo que más duro me dio, pues de los 20 países que visité, fuimos a varios lugares muy fríos donde uno siente que se está muriendo. Pero eso no es tan grave. Y otra cosa quizá fue la comida, porque vas a ciertos lugares donde todo es picante y no comes picante, entonces prácticamente pasas hambre porque no encuentras nada que comer, pero no me voy a poner a decir ¡pobrecita Dayana, cómo sufrió! No fue nada serio. En general tengo que decir que la he pasado bien.

Desde el lunes se va a quedar desempleada. ¿Qué va a hacer?

Estoy lista para todo y por eso digo que todo lo que quiera venir a mi vida, pues que venga, que tengo los brazos abiertos. En este momento, la verdad, no hay nada específico a lo que ya le haya dicho que sí, pero vamos a ver qué pasa.

Pero, ¿cuáles son los planes?

A mí no me gusta planear las cosas, porque si al otro día no pasan, entonces como que uno se queda sin nada, entonces entendí que basta de estar planeando. Además, yo soy de las que cambian de idea todo el tiempo, entonces por eso no planeo, pero lo que sí voy a hacer desde el momento en que me quite la corona es escaparme. Quiero dormir, apagar el celular y desconectarme del planeta. Voy a apagar la computadora y que nadie me encuentre.

¿Cree que fue una buena Miss Universo?

Pero por supuesto y por eso a partir del lunes, cuando ya no sea Miss Universo, voy a poner mi cabeza en la almohada y voy a decir: Mira, chama, lo hiciste bien y esto  te hizo conocerte más como ser humano,  especialmente viviendo situaciones en las que nunca me imaginé estar.

¿Y qué mensaje le da a su sucesora?

Que no piense tanto y que trabaje más, que no cometa mi error, que es que muchas veces me siento a pensar y a pensar las cosas, pero estoy aprendiendo que no vale la pena calentarse el coco. Ahora digo: ¿para qué me preocupo tanto, si al final sé que todo va a estar bien? Le digo que haga su trabajo con el corazón, que aproveche y que la pase bien.

De las 84 concursantes que hay en Bahamas usted ya dijo por ahí que le gustaría que ganara Venezuela. ¿Por qué ella?

Me gustaría que ganara Venezuela sobre todo porque Osmel Sousa, el director del concurso, se pondría loco de la felicidad al igual que todo mi país. Sería muy emocionante que una venezolana corone a otra venezolana. Me imagino la locura, sería algo tan grande que sería día nacional para siempre, sería una alegría bonita para llevarle a Venezuela.


Y cerró su reinado con polémica y todo con las fotos desnudas de Maxim, ¿no?

Sí, así fue. Esas fueron unas fotos muy lindas y en mi carrera como modelo ya había hecho algo parecido para una firma de joyas. Me pareció una experiencia interesante.

¿Y qué va a hacer Dayana Mendoza para que la gente no la olvide?

Para que no se aburran de la misma Dayana Mendoza buena y que de paso me tengan en cuenta, se me ocurre, un día de estos salgo y me paro allá en Times Square en pleno Manhattan desnuda con la banda de Miss Universo encima, a ver si así me llaman para hacer una película en Hollywood y me vuelvo famosa.

¿En serio es capaz?

No, mentiras, como crees, eso soy yo loca echando broma.

El sonajero de las finalistas

La brasileña Larissa Costa, de 25 años y graduada en pedagogía, se perfila como una de las grandes favoritas para ganar mañana domingo en Bahamas la corona de Miss Universo 2009.

Miss Brasil, una morena de ojos verdes, 1,77 de estatura, pelo castaño y medidas  (90-63-93), se ha puesto a la cabeza en las preferencias de los visitantes del sitio web de Miss Universo. Además de ser modelo, trabaja para la Secretaría de Educación de su ciudad.

En segundo lugar de la lista figura la tailandesa Chutima Durongdej, de 23 años y 1,79 de estatura, una bella asiática graduada en ciencias de la alimentación por la Universidad de Nottingham (Reino Unido) y con una maestría en dirección de empresa por la City University de Londres.

En una entrevista, Miss Tailandia declaró que practica la meditación para mantener el equilibrio y la serenidad en su vida diaria, pero también es aficionada al hip hop y los ritmos latinos.

En tercer lugar destaca otra exótica belleza asiática, la indonesia Zivanna Latisha Siregar, de 20 años y estudiante de economía en la Universidad de Indonesia.

Nacida en Yakarta, Latisha ganó el premio Elite Model Look de 2006 y es una de las claras favoritas para hacerse con la corona este domingo. Entre sus aficiones figuran la lectura, la música (toca el piano), el cine, los viajes y el ejercicio físico.

Miss Bolivia y Miss Perú, enfrentadas

Y como la política nunca puede faltar, ni siquiera en los reinados, durante los desfiles previos a la coronación, el gobierno de Bolivia presentó ante la organización de Miss Universo una impugnación formal a la participación de la representante peruana en este certamen por el uso de un traje típico boliviano.

La nota de reclamo objetaba la presentación en la categoría Traje Típico de Miss Perú, Karen Schwarz, por vestir con el atuendo de la Diablada, una danza folclórica típica de la región andina de Oruro, en el oeste de Bolivia, que en 2001 fue declarado por la Unesco como Obra Maestra y Patrimonio de la Humanidad. La representante de Perú sostiene que la Diablada se bailaba en  su país dos siglos antes que en Bolivia.

Favoritismo oriental y latino

A pesar de que este año el favoritismo ha estado del lado de las candidatas de Oriente, como Miss Tailandia, Miss Indonesia o Miss Vietnam, algunas latinas también puntean las listas, y aunque la colombiana Michelle Rouillard no está en los primeros puestos, se apunta, según los expertos, por lo menos entre las diez finalistas.

Los nueve meses que tuvo para prepararse, le sirvieron, según admite Michelle, para mejorar su físico y para perfeccionar su pasarela. Aunque el cabello corto ha sido poco usual entre las reinas nacionales, ella está feliz por su apuesta.

La ganadora de las 84 candidatas estrenará corona, cuyo nuevo diseño estuvo a cargo de la empresa Diamond Nexus Labs, realizado con piedras preciosas creadas en un ambiente ecológico.

Por Edwin A. Martínez Tutek / Bahamas

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