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En Risaralda, un santuario para explorar

La conservación de una muestra de selva subandina permite el desarrollo de especies viables a través de las microcuencas.

Redacción Especiales
31 de marzo de 2009 - 11:00 p. m.

Son 489 hectáreas de paz y tranquilidad en una espesa  zona de la  cordillera Central del departamento de Risaralda. Allí, de la manos de exóticos animales y centenares de especies arbóreas, se levanta uno de los lugares más deslumbrantes del país:  el Santuario de Fauna y Flora Otún Quimbaya.

“El visitante se encontrará con un maravilloso paisaje de selva subandina y bosque de niebla, con una de las cuencas hídricas más conservadas del país y con un potencial humano significativo dispuesto siempre a brindar lo mejor de su conocimiento al turista”, señala Viviana Madrid Quintero, una de las guías de la Asociación de Intérpretes Ambientales Soledad de Montaña del corregimiento de La Florida.

Se trata de un territorio ideal para los amantes de la naturaleza y del avistamiento de aves. Es un lugar para observar especies tan exóticas como el mono aullador, el zorro perruno, el guatín, el mono de noche, el perezoso, el oso de anteojos, el venado de montaña y aves autóctonas de la región y otras cuantas que han tenido que emigrar a este punto por ser desplazadas de su territorio.

Entre esas se pueden destacar la pava, soledad de la montaña, toro de monte, pato de torrente y una variedad de mariposas de todos los colores y las formas inimaginables. En la flora se pueden destacar especies poco frecuentes como el cedro, la palma de cera, palma de mecana, molinillo, chaquiro o pino colombiano, bromelias, orquídeas, entre otras.

Los interesados una vez ingresen al recinto tendrán muchas opciones para entretenerse. Unos de los planes más conocidos es la visita de los tres circuitos de los senderos.

El primero es el de Los Bejucos, una caminata circular de 1,3 kilómetros con ascenso leve, interpretado con vallas que recuerdan el nombre científico de algunas especies de flora típicas de la región, porque el tema de dicho recorrido es la sucesión vegetal.

El sendero recorre parte de la microcuenca del río Otún y selva en buen estado de regeneración. Allí se puede apreciar el mono aullador, múltiples variedades de mariposas y aves en todos los tamaños y colores.

El otro sendero ecoturístico se realiza a través del humedal. En total son 2,5 kilómetros circulares que incluyen un ascenso breve. Se transita a través de la selva subandina en estado de regeneración que permite apreciar toda la vegetación de arbustos entrelazados, variedad de orquídeas, heliconias y bromelias. A lo largo de la caminata se cruza parte del humedal que forma la quebrada de La Suiza y que interconecta el sendero Los Bejucos.

Creado en 1996, el parque busca garantizar la conservación de una muestra de selva subandina que permita el desarrollo de poblaciones viables de las especies asociadas con este ecosistema y la conservación de las microcuencas como Poloblanco, La Hacienda, El Corozal, La Suiza y la Mula en el interior del santuario.

Por Redacción Especiales

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