Los encantos de Brasil

Samba, sol, fútbol y una belleza natural original hacen que cuando el mundo habla de ese país se piense en carnaval, playas exuberantes y mujeres lindas.

Christian Quiroga Sánchez / Brasil
02 de junio de 2009 - 11:00 p. m.

Es el quinto país más grande del mundo y el primero en Suramérica. Suficiente espacio para encontrar todo lo que un ser humano quiere ver. Y así es. Brasil, con sus 8’547.403 kilómetros cuadrados, tiene una geografía donde se disfrutan desde el turismo de aventura hasta el de lujo, pasando por el de negocios y aterrizando en el de ocio. Río de Janeiro, São Paulo y Brasilia (su capital) ocupan los primeros lugares de recordación en la memoria de las personas, pero el país tiene mucho más que esos hermosos destinos, que no por ser conocidos dejan de ser interesantes.

Según cifras entregadas por el Instituto Brasileño de Turismo, Embratur, Río de Janeiro (30,2%), Cataratas de Iguazú (16,1%), Florianópolis (15.3%), São Paulo (13,7%) y Salvador de Bahía (10,2%) son los destinos más visitados por turistas extranjeros cuando de ocio y vacaciones se trata. Pero si el tema es de negocios, São Paulo surge como la primera ciudad a done llegan los viajeros (52,5%), la siguen Río de Janeiro (24,7%), Porto Alegre (5,4%), Curitiba (5,1%) y Belo Horizonte (4,1%).

Este país, donde en casi todo su territorio el sol calienta el 80% del año, está dividido en cinco regiones, cada una con sus encantos, que pasan por agua dulce a salada y montañas llenas de vegetación a otras con grandes caídas de agua.

Región sur

Las Cataratas de Iguazú, consideradas una de las grandes maravillas de la naturaleza, son el gran atractivo de esta zona. Están dentro de un parque nacional que lleva el mismo nombre y en donde se pueden observar 275 caídas de agua que comparten territorio con el vecino país, Argentina.

Navegar por el río buscando acercarse a las cataratas, visitar la planta hidroeléctrica de Itaipú (una de las  más grandes del mundo), pasear en helicóptero para tener una gran vista del parque y recorrerlo a pie o en bicicleta durante varios kilómetros son algunas de las actividades que se pueden realizar.

El Litoral Sur de Santa Catarina, por sus hermosas playas con olas perfectas para surfear, la visita de ballenas francas de junio a noviembre, balnearios de aguas termales y su agitada vida nocturna, debe estar en la agenda.

Florianópolis es otro de los lugares que no se pueden dejar de visitar. Playas, lagunas, pequeñas islas y dunas hacen de esta ciudad un parque de diversiones al natural, donde la rumba es un buen plan.

Porto Alegre, Curitiba y el Litoral de Paraná y Sierra Gaucha son otros destinos importantes.

Región sudeste

En esta zona se encuentran las dos ciudades más importantes del país: Río de Janeiro y São Paulo. La primera, reconocida por su carnaval, en el que la samba cobra vida para el mundo entero, y por tener dos de las playas más famosas del mundo: Copacabana e Ipanema, es el destino obligado de visita en Brasil.

Conocer el monte Pan de Azúcar, el Corcovado Cristo Redentor y el Estadio Maracaná, grandes símbolos de la ciudad, además de tener un vuelo libre de ala delta y parapente en el Parque Nacional de la Tijuca, hacer un recorrido por las diferentes playas, cenar en elegantes restaurante y bailar samba al mejor estilo de Brasil, son las razones por las cuales Río tiene el primer lugar.

En la ciudad más grande de Suramérica, São Paulo, la oferta turística es diversa y muy cultural, esta última marcada por el gran número de exposiciones que se realizan y por contar con los tres principales museos del país: Masp, Pinacoteca del Estado y Museo Paulista.

En esta imponente ciudad, como en todo Brasil, el fútbol tiene espacios privilegiados dignos de conocer. El Estadio Pacaembú, con su recién inaugurado museo del fútbol, y el Estadio Morumbí son dos templos que muestran el culto que le rinden los brasileños al deporte más famoso del mundo.

 Visitar las ciudades históricas de Minas Gerais (Ouro Preto, Tiradentes y Diamintina), Belo Horizonte y Espíritu Santo componen la otra oferta del sudeste.

Región centro-oeste

La capital del país se encuentra en esta zona. Brasilia, que ostenta el título de Patrimonio Cultural Mundial, es perfecta para hacer turismo arquitectónico (muestra de planeación y modernismo), cívico y jurídico, gracias a que concentra los tres poderes de la nación.

Asimismo, los turistas pueden visitar Pantanal matogrossense, la zona pantanosa más grande del planeta y uno de los mejores destinos del ecoturismo global. Allí, la impresionante fauna en la que sobresalen especies como caimanes, capivaras, antas, onzas y varias muestras de aves como el tuiuiú, pájaro símbolo de la región, pasan frente a los visitantes mientras se recorren sus terrenos.

Bonito es otra ciudad del centro-oeste de Brasil, donde sus maravillas naturales le hacen honor al nombre. Aquí se disfruta del paseo al flotar en las aguas cristalinas del río Sucuri y el Acuario Natural, santuarios ecológicos habitados por peces enormes, y al bucear en los ríos Formoso y Da Prata, además de visitar la Cueva del Lago Azul.

Región nordeste

Es la más grande del país y en cuyo territorio se encuentra el estado de Bahía, que en su parte sur cuenta con hermosas playas, ubicadas en Arraial d’Ayuda, playa del Espelho (una de las más bellas del país), Caraíva, Cumurixatiba y Trancoso, en este último se encuentra un gran campo de golf para el turismo de lujo.

La Chapada Diamantina, una región de sierras donde nacen decenas de ríos que brotan en las cumbres y descienden en arroyos, formando hermosas cascadas que logran piscinas naturales es otro imponente destino natural.

El Morro de São Paulo, Salvador, Pernambuco, Río Grande del Norte y Maranhão, son las maravillas para conocer en el nordeste brasileño.

Región norte

En esta zona, la imponente floresta amazónica se convierte en el maravilloso destino por descubrir, donde fenómenos naturales, flora y fauna únicas, el avistamiento de victorias regias y el encuentro con culturas indígenas son los componentes de un viaje en el que la mano del hombre poco se nota. Ese es el atractivo.

Cada día, las relaciones comerciales entre Colombia y Brasil aumentan, al mismo tiempo que abren la puerta para que con más facilidad se pueda visitar la tierra de los grandes futbolistas. Sin visa y como único requisito las ganas de maravillarse, los colombianos pueden descubrir un mundo cercano que habla otro idioma.

Por Christian Quiroga Sánchez / Brasil

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