Aunque simular sea una conducta totalmente antideportiva y castigable desde cualquier punto de vista, la ATP (Asociación Profesional de Tenistas) emitió esta semana una sanción sin precedentes en la historia del deporte mundial: multó a un jugador bajo el ‘delito' de no haberse esforzado lo suficiente durante el partido de segunda ronda del torneo de San Pertersburgo.
El protagonista de esta atípica historia es el ruso Nikolay Davydenko, número cuatro del escalafón mundial, quien es investigado por la ATP por una presunta vinculación con las apuestas deportivas y por ello inicialmente multado con 2.000 dólares. Como aún no hay pruebas que lo vinculen directamente con la mafia de las apuestas en el tenis, el organismo lo descalificó con el argumento de "falta de esfuerzo".
Davydenko, primer favorito de dicho torneo, se enfrentó al número 102 del mundo, el croata Marin Cilic. Ganó el primer set 6-1 y perdió el segundo 5-7 y el tercero 1-6 cometiendo 10 dobles faltas. En la tercera manga, inclusive, el juez de silla Jean-Philippe Dercq, le hizo un llamado de atención al ruso. "Me sorprendió esa actitud del árbitro. Nunca he oído cosas como esas antes. Es intolerable. ¿Cómo sabía qué era lo que yo trataba de hacer. Me sentí que quería pero que no podía ganar, no estaba sicológicamente en la pista", explicó el ‘acusado' a los medios de comunicación.
La actitud de Davydenko hizo que la ATP prendiera las alarmas que ya en 2003 había encendido sin mucha intensidad, después de que el español Fernando Vicente ganara un partido después de seis meses sin conseguirlo. Lo hizo ante Yevgeni Kafelnikov, ex número uno del mundo. El triunfo abrió el primer halo de duda sobre las apuestas ilegales en el tenis.
Esta semana, tras la sanción de Davydenko, otros tenistas se lanzaron al agua y confesaron que algún día fueron acosados por apostadores ilegales. Los brasileños Flavio Saretta y Marcos Daniel admitieron que les ofrecieron 100.000 euros por perder un juego del Roland Garros. Y también se unió la declaración del francés Arnaud Clement quien, aunque admitió haber recibido y rechazado una oferta de dinero para perder, no quiso dar detalles del cuándo ni el dónde.
Con todo
Por esta lluvia de evidencias la ATP tomó cartas en el asunto y desde este 1º de noviembre puso el tenis en un verdadero toque de queda. Los vestuarios de los jugadores se verán en cualquier momento sorprendidos por agentes de la Interpol y se restringirá el acceso a la zona de jugadores a personas que no tengan nada que ver con el espectáculo. Así que a los jugadores les disminuirán el número de personas que podrán acreditar y la entrada a los camerinos quedará limitada a ellos mismos y a dos personas de su equipo. También sancionarán a los tenistas que no denuncien el intento de sobornos 48 horas después del hecho. Igualmente quedó prohibido el uso de computadores portátiles en las tribunas de los estadios.
Pero la determinación de la ATP que más sorprendió al mundo tenístico fue la contratación de Michael Frannzese, un ex mafioso de la ‘Cosa Nostra', para que les dicte a los jugadores charlas preventivas de cómo es el accionar de los apostadores.
"Hay varios factores que controlan la cantidad de dinero que se le ofrece al jugador. Si está endeudado, puede limpiar esa deuda en un solo partido, o más. Si no está en esa situación, la mayoría de atletas universitarios estarían en 10.000 dólares. Ése era el mínimo que ofrecíamos a un jugador. Parece ser una cifra atractiva. Por supuesto, el que hace la oferta conoce cómo es el jugador y sabe por adelantado qué cifra captará su atención. Un tenista con un ranking bajo mordería el anzuelo de los 20.000 dólares por un solo partido. Entrarles a los grandes jugadores, a los grandes nombres, tiene poco sentido, a no ser que se hayan enterrado en deudas de juego", son algunas de las confesiones del antiguo capo mafioso de la familia Colombo en Nueva York al periódico El País de españa.
El ambiente está candente, los tenistas están incómodos de tanta restricción, pero lo único cierto es que la ATP no quiere dejarse meter otro ‘as' en lo que a apuestas ilegales se refiere.