El simple hecho de igualar la mejor actuación en Copas del Mundo Sub 17 confirma a la selección colombiana en la mejor del fútbol nacional en un año aciago para las categorías superiores, pero tal cual lo han mostrado en la cancha, nuestros prejuveniles no tienen límite alguno y quieren más en Nigeria.
En Lagos, ciudad de dicha nación africana, la tricolor tiene este jueves (10:00 a.m., Gol Caracol) otra cita con la historia, porque de nuevo está a 90 minutos, o tal vez 30 más si hay alargue, de llegar a su primera final orbital, pero para acceder a ella deberá atravesar los Alpes suizos que se la han puesto cuesta arriba a potencias como Brasil, Alemania e Italia.
Al igual que Colombia, el seleccionado helvético marcha invicto en el Mundial Prejuvenil, aunque con una diferencia no menos importante: sus cinco salidas las cuenta por triunfos, estadística suficiente para advertir el grado de exigencia que tendrán los dirigidos por Ramiro Viáfara.
De ahí que el seleccionador nacional tenga claro que “si al revisar sus números es innegable la buena campaña de Suiza, al observar sus videos puedo afirmar que es uno de los mejores equipos del torneo a nivel individual y colectivo”.
Y si para los europeos sobran elogios, el reconocimiento también toca a los nuestros, sobre todo por su rebeldía ante la adversidad. “¡No vayan a creerse que a mis jugadores les pido que esperen a ir perdiendo para reaccionar!”, advirtió Viáfara a Fifa.com, no sin antes confesar que “lo primero que me enseñaron en el fútbol es que puede pasar cualquier cosa hasta que el árbitro dé el pitazo final”.
Esa y otras instrucciones les da a sus dirigidos, tal y como lo confirma Héctor Quiñones, quien empezó el Mundial como alternativa y hoy es titular indiscutible en la franja izquierda de la zaga: “Él nos explica que confía plenamente en todos nosotros, pero que solamente puede sacar a once. Por tanto, lo de menos es que uno sea titular o no; todos estamos listos para tratar de resolver en cuanto se nos requiera”.
No llegan completos
A las ganas y muestras de sobra de no darse por vencidos se suma ahora la mentalidad ganadora, reflejada en las palabras del capitán Juan Saiz, presente en los cinco encuentros disputados hasta el momento y cuyo “objetivo antes de venir a Nigeria era llegar a las semifinales. Sabíamos que, en caso de lograrlo, todo podía suceder. Ahora que lo hemos logrado, afrontaremos un duelo difícil con Suiza, pero tenemos algo que puede ayudarnos a ganar: ¡realmente queremos ser campeones!”.
Tanto colombianos como suizos no llegan con sus mejores armas a la semifinal, al presentar bajas por suspensión, dos por cada lado: los mediocampistas nacionales Fabián Castillo y Daniel Cataño acumularon amarillas, al igual que el helvético Pajtim Kasami, mientras su compatriota y capitán, Frederic Veseli, se pierde el juego tras ver la roja contra los italianos.
Por eso el técnico rival, Dany Ryser, reconoce que “ambos equipos llegamos cansados y con suspendidos a esta semifinal, por lo que ganará quien esté mejor desde lo anímico y lo mental. Lo futbolístico y lo táctico, a esta altura, quedará en segundo plano”.
El encuentro en el estadio Teslim Balogun de Lagos tendrá la conducción arbitral del neozelandés Michael Hester, quien estará asistido por su compatriota Jan-Hendrik Hintz y el africano Tevita Makasini, mientras el juez de la otra semifinal entre nigerianos y españoles, mañana en el mismo escenario, será Ravshan Irmatov, de Uzbekistán.
Cuatro ilusiones que buscan el último escalón al cielo y una de ellas es amarilla, azul y roja, razón suficiente para que los prejuveniles nacionales quieran quitarle las primeras cuatro letras a la penúltima instancia y estar más cerca de la gloria, para la cual aparte de fútbol, también se necesita suerte y hambre; y a los nuestros sí que les sobra.