El 79° Salón Internacional del Automóvil de Ginebra, la mayor cita de la industria automotriz en Europa, abrió sus puertas al público, apostando de manera decidida a las tecnologías verdes que, por el momento, parecen ser el camino más viable para enfrentar la crisis económica por la que atraviesa el sector.
El Salón que permanecerá abierto hasta el 15 de marzo fue inaugurado por el presidente de Suiza, Hans-Rudolf Merz, quien aseguró: “Gracias a su empuje innovador, el sector automovilístico está preparado para triunfar sobre las dificultades. Ninguna industria ha sabido inventar de nuevo la rueda como la del sector automotor. El Salón del Automóvil es el escaparate mundial de la fuerza de innovación”.
La crisis no ha afectado demasiado a este Salón, que a pesar de algunas cancelaciones abrió con 850 marcas y 250 expositores, en una enorme superficie de 78.000 metros cuadrados en el centro de ferias de Palexpo.
Americanos, europeos, asiáticos y todas las grandes marcas quisieron estar presentes en este Salón, en el que los fabricantes presentarán hasta 130 novedades, sus avances tecnológicos y los prototipos de autos del futuro.
Los organizadores esperan que en los días de exposición visiten la muestra al menos 700.000 personas, manteniéndose la cifra que se ha dado regularmente en las pasadas ediciones.
Como novedad, el Salón cuenta este año con un Pabellón Verde de 2.000 metros cuadrados, en donde las empresas especializadas que comienzan en este sector y aquellas marcas con experiencia prometen un futuro limpio y ecológico para el mundo del automóvil. Se presenta una gran variedad de vehículos híbridos, que ofrecen una solución económica —y no necesariamente menos potente— a los automóviles tradicionales.
Los autos eléctricos, otra solución a la que también le están dando prioridad las marcas, no se quedan atrás en esta cita de la industria automotriz. El Pabellón Verde acoge estos días uno de los vehículos de la marca californiana Tesla, que puede acelerar de 0 a 100 kilómetros por hora en cuatro segundos, alcanzar 200 kilómetros por hora y cuenta con autonomía para 390 kilómetros. El precio, por no depender de ningún tipo de combustible, supera los 300 millones de pesos, situación que todavía lo aleja de las posibilidades del público en general.
Entre los colores más habituales, el blanco ha vuelto después de diez años de ausencia a los expositores y a la carrocería de los vehículos de varias de las marcas más importantes.