En Cataluña, como en la gran mayoría del territorio español, la noche del 23 de junio es especial. La tradición pagana dice que encender grandes hogueras dará más fuerza al sol durante el verano, que oficialmente comienza al amanecer del 24, con el primer día de solsticio. Es la Verbena de San Juan, una costumbre que con los años se convirtió en fiesta, una fiesta que en su celebración de 2010 estuvo marcada por la tragedia: 12 personas murieron arrolladas por un tren y 14 más resultaron heridas.
Ocurrió en la estación de Castelldefels Playa, localidad de Barcelona. Cientos de jóvenes llegaban desde distintos puntos de la ciudad para reunirse al lado del mar y celebrar su propio San Juan. Un tren de cercanías efectuó la parada rutinaria al borde de la playa; esta vez, por la fiesta, iba mucho más ocupado que de costumbre. “El tren iba lleno de gente que, como yo, iba a la playa para celebrar la verbena”.
De uno de ellos salió un grupo de cerca de 20 personas que quisieron cruzar la estación a pie, pasando por encima de los rieles, sin contemplar que desde Barcelona, y con destino a Valencia, había partido un tren que en ese momento, casi medianoche, se acercaba a Castelldefels a una velocidad de 140 kilómetros por hora.
“Se escuchó el claxon del tren varias veces y en tres segundos se llenó todo de cadáveres, hubo muchos gritos y mucha angustia”, relató para la agencia EFE Marcelo Carmona, uno de los testigos del accidente. El paso subterráneo de 3,5 metros de ancho que conduce a la otra orilla de la estación estaba completamente abarrotado de gente y, al parecer, según los relatos de varios de los presentes, la impaciencia llevó a las víctimas a intentar cruzar por los rieles. La mayoría de los muertos era de América Latina, dos de ellos, colombianos (ver recuadro).
El ministro de Fomento de España, José Blanco, dice que “todo hace pensar que se debió a una imprudencia, al no utilizar el paso subterráneo de una estación que precisamente acabamos de remodelar”. Estas declaraciones refuerzan lo expuesto por el alcalde de Castelldefels, Joan Sau: “Desde que se inauguró la estación tal como la vemos en estos momentos, se cerró el paso superior y las funciones del paso de un andén a otro se hacen precisamente por el paso subterráneo, que está abierto”. Sin embargo, Carmona, de nacionalidad boliviana, asegura que dicho paso no estaba señalizado.
La operadora del tren implicado, Renfe, a través de su presidente, Teófilo Serrano, anuncia una investigación sobre el caso, que de acuerdo con la prensa española es la peor tragedia ferroviaria en el país desde que 19 personas fallecieron en el 2003, cuando dos trenes colisionaron cerca de la ciudad de Chinchilla, en Albacete.
De los heridos, todos menores de 28 años, cuatro ya fueron dados de alta, mientras que de los diez restantes, tres permanecen en estado crítico. Al margen de los afectados por el impacto del tren, otra de las personas que recibe atención médica es el maquinista que lo conducía. El hombre, conmocionado, recibe apoyo psicológico después de que se le practicara una prueba de alcoholemia que arrojó un resultado negativo.
Dos colombianos murieron en el trágico accidente
La Cancillería colombiana confirmó que dos ciudadanos colombianos hacen parte del grupo de personas que murieron este jueves, al ser arrolladas por un tren, en Castelldefels Playa.
El primero fue identificado como Jorge Eliécer Serrano. Tenía 37 años, era soltero y llevaba dos años en España, según informó el vicecónsul de Colombia en Barcelona, Ramón Jaller. Según el Ministerio de Relaciones Exteriores, el funcionario ha acompañado y ha asistido a los familiares de las víctimas desde el accidente, ocurrido en la medianoche del miércoles.
El otro colombiano que perdió la vida fue identificado como John Mauricio Osorio, de 33 años, casado y con dos hijas. Hace tres años había llegado a Cataluña por un convenio con el Sena. Trabajaba en Carrefour.