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Niña iraquí no quiso explotar

Rania, una adolescente  de 14 años, fue presentada por la policía iraquí como una terrorista que trabajaba al servicio de al-Qaeda. Según el video de su interrogatorio, difundido por la prensa, la niña planeaba lanzar un ataque el pasado domingo en la ciudad de Bakuba.

Redacción Internacional
25 de agosto de 2008 - 08:47 p. m.

Pero algo no cuadraba en la imagen: la mirada desconcertada de Rania, quien negó las acusaciones y declaró que nunca quiso activar el chaleco con explosivos que vestía.

De acuerdo con portavoces de la policía iraquí, la adolescente fue arrestada porque su actitud despertó sospechas entre los policías que vigilaban una calle de Bakuba. Pero otra cosa dicen los miembros de la coalición internacional encargados del orden público en Iraq.

“La información que tenemos es que la niña se acercó a los agentes de la policía iraquí diciendo que llevaba puesto un chaleco con explosivos, y que no quería explotar con él”, le dijo David Rusell, portavoz del ejército estadounidense en Bagdad, a la prensa internacional.

Lo cierto es que después de su detención fue interrogada por la policía la noche del domingo. Allí acudieron varios reporteros y camarógrafos que no paraban de hacer preguntas.

La niña reveló su nombre, el año de su nacimiento (1993) y que nunca quiso accionar los explosivos que escondía bajo su vestido. Un agente de la policía les dijo a los periodistas que la familia de Rania era conocida por su respaldo para con al-Qaeda y que su padre se había inmolado años atrás. El hombre pidió no ser identificado por una sencilla razón: no estaba autorizado para hablar con la prensa.

Las autoridades iraquíes revelaron ayer, junto al video, que los atentados suicidas en los que participan mujeres crecen de forma dramática: este año se han reportado 29 incidentes, frente a ocho ocurridos en 2007. Hace tres semanas, en una peregrinación chiita en Bagdad, tres jóvenes causaron una masacre al inmolarse en medio de la multitud.

Para los militares estadounidenses, la rendición de Rania es una clara victoria democrática en el Golfo Pérsico. “Indica que los iraquíes rechazan el al-Qaeda y sus prácticas”, sostuvo Joe Pendell, vocero del ejército.

Horas después del arresto de Rania, el mando militar de EE.UU. en Irak anunció que había arrestado a dos supuestos dirigentes de al-Qaeda en la capital del país.

Por medio de un comunicado de prensa se identificó a los detenidos como Salim Abdalá Ashur al Shujayri, también conocido como Abu Uzman, y Ali Rash Nasir Shamari, que responde al nombre de Abu Tiba.

Según funcionarios estadounidenses, Tiba ofrecía consejo y asistencia para elegir a los objetivos de al-Qaeda en Bagdad; por otra parte, Uzman presuntamente supervisó los atentados con carro bomba y suicidas contra la población civil en la capital iraquí. También es señalado de planear el secuestro de Jill Carrol, periodista norteamericana, realizado en enero de 2006.

Ambas noticias, sin embargo, fueron empañadas por un nuevo atentado suicida ocurrido la noche del domingo en el distrito de Abu Ghraib, al oeste de Bagdad. Murieron 25 personas, entre civiles y policías, y otras 30 resultaron heridas en la explosión, ocurrida contra la casa de un jefe sunita.

Por Redacción Internacional

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